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Con una historia que data de 1924, el Hotel Roosevelt de Nueva York, dejó atrás el glamour y el lujo de sus más de mil habitaciones, para albergar a miles de migrantes que fueron abrazados por el gobierno de esa ciudad.
En la calle 45 en pleno centro de la isla de Manhattan, de estilo renacentista italiano, a tan solo 800 metros de Times Square, a poco más de un kilómetro del Empire State Building, y a 1.7 kilómetros del Central Park, se localiza este sitio que desde el año de 2023 se ha convertido en un centro de recepción de indocumentados de las naciones del mundo.
En el 2020 tuvo que cerrar sus puertas a raíz de la pandemia y el gobierno de Nueva York decidió alquilarlo por 220 millones de dólares por tres años, para convertirlo en centro de recepción migrante, así ayudaban a la empresa que confiaba en la Gran Manzana para traer sus inversiones y al mismo tiempo daban auxilio a los errantes del mundo.
Este asilo a los migrantes se da, debido a que Nueva York, es considerada una ciudad santuario, lo que significa que debe proporcionar refugio a cualquier persona que así, lo solicite. Además, los que llegan pueden ser elegibles para beneficios públicos, como asistencia en efectivo, atención médica y empleo.
Sus instalaciones son elegantes, con acabados lujosos y muy amplias, sus pasillos, elevadores y habitaciones son como salidos de un cuento, a donde quiera que se voltea hay el encanto que han reflejado decenas de películas y programas televisión. Aunque su belleza arquitectónica pierde valor frente a la crudeza de las escenas de decenas de exiliados del mundo que llegan ahí para asilarse, expulsados por sus propios países tras vivir hambre, pobreza e inseguridad.
Manuel Castro comisionado de la Oficina de Asuntos Inmigrantes de la alcaldía de la ciudad de Nueva York, atendió a periodistas de Venezuela, Colombia, Guatemala, Honduras y México, donde explicó gran parte de la logística de operar este albergue. Ofreció un recorrido por algunas áreas específicas como lo son los dormitorios donde hay decenas de camillas que sirven para darle techo a los paisanos, zonas comunes de salud, de administración, entre otras.
“A nadie le preguntaron si queríamos ser la ciudad o el Estado de recepción de los migrantes llegando al país, simplemente el gobernador decidió empezar a enviar autobuses de forma política porque fácilmente ese tipo de apoyo a la comunidad migrantes se le puede dar en la frontera en los estados fronterizos y no tener que enviar a gente que tal vez no quería venir a la ciudad de Nueva York para recibir ese tipo de atención”
Nueva York asume todos los costos que significa atender a unos 210 mil migrantes que llegan al año y el funcionario contestó a El Sol de San Luis, que el recurso para atenderlos sale de los recursos de la ciudad de las luces, lo que significa que cada año gastan alrededor de 5 billones de dólares “el gobierno federal nos ha apoyado con muy poco en dar esta respuesta”-
En el hotel se inscribe a los migrantes para que sean recibidos en los otros 200 albergues que tienen abiertos para migrantes. Ahí las personas llegan a aplicar por asilo, se intenta buscar asistencia legal y apoyo.
En un principio los indocumentados llegaban de Texas porque las autoridades de Nueva York se dijeron abiertos a recibirlos, algunos hasta llegaron a señalar que se trataba de sacar ventaja política de este tema, al considerar a los latinos un buen botín político. Sin embargo, vieron la difícil situación que se ha observado a partir del 2020 en materia migratoria y apoyaron, trasladándolos desde la frontera en vehículos, camiones o aviones, sobre todo porque tenían sabían que los de América Latina tenían la necesidad de cambiar su historia.
En la parte legal, se infiere que en la ciudad de Nueva York los migrantes, tienen derecho a una cama en un refugio, independientemente de su estatus migratorio. Cualquier persona que haya ingresado a los Estados Unidos después del 15 de marzo de 2022 se considera un “recién llegado” y éstos, ingresarán a un sistema de refugio diferente al de aquellos que han estado en los Estados Unidos por más tiempo.
En este lugar, las familias pueden dormir en una habitación con hijos menores, tienen acceso a comida -de la que no hablan muy bien-, a duchas y otros servicios. Una de las responsabilidades que tienen los migrantes es que están obligados a llegar temprano porque sus puertas se cierran, al parecer tienen toque de queda.

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