2024: año en que AMLO quiere concretar la militarización de la seguridad

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El presidente López Obrador envió una nueva iniciativa para que la Guardia Nacional pase a la Sedena. De concretarse, se daría más poder y recursos a las Fuerzas Armadas y se reduce el poder civil.

Expansión.- El presidente Andrés Manuel López Obrador confirma que es una persona que persigue sus objetivos: así como buscó tres veces consecutivas la Presidencia de la República, ahora va por un segundo intento para que la Guardia Nacional quede formalmente adherida a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y se concrete la militarización de la seguridad pública, lo que implica graves riesgos, entre ellos mantener una estrategia que no da resultados y solo ha generado más muertos, opacidad, violación a derechos humanos así como dificultar que los militares dejen las tareas de seguridad.

Para los expertos, una Guardia Nacional bajo el mando, composición, entrenamiento y régimen disciplinario de la Defensa Nacional no es la solución para un país que suma más de 170,000 homicidios dolosos.

“La seguridad pública en manos de militares, lo único que va a hacer es agudizar el problema”, advierte Erubiel Tirado, coordinador del Diplomado de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana.

La insistencia del presidente López Obrador para que la corporación que nació en 2019 pierda el carácter civil plasmado en la Constitución es “blindar” a la Guardia Nacional para que no corra el mismo camino que la entonces Policía Federal, la cual fue encabezada en algún momento por Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos y en espera de sentencia por delitos relacionados con el crimen organizado.

“Para evitar que la Guardia Nacional se corrompa, como sucedió con la antigua Policía Federal, por la falta doctrina, profesionalismo y lealtad al pueblo, se propone que esta institución, creada para cumplir tareas importantes de seguridad pública, forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, con estricto respeto a los derechos humanos”, dijo el pasado 5 de febrero el presidente al presentar su iniciativa de reforma constitucional con la que busca modificaciones a 12 artículos de la Constitución.

López Obrador ha rechazado que en su gobierno se militarice la seguridad pública, ello a pesar de que el combate a la violencia está en manos de las Fuerzas Armadas y que la corporación que creó para pacificar al país está integrada en más del 80% por militares: 68.4% procedentes de la Secretaría de la Defensa Nacional y 13.9 % de la Secretaría de Marina.

Pese a la composición de esa nueva corporación y de haber facultado a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública hasta 2028, los resultados no han llegado. El sexenio de López Obrador es el más violento de la historia de México.

“Ya lo vemos, en estos últimos años, lo que más tenemos son muertos que en los años anteriores. Y no era una cuestión simplemente de militarizar o no. Simplemente los militares no sirven para la seguridad pública”, agrega Tirado.

Éste es el segundo intento del presidente López Obrador de entregar la Guardia Nacional a la Sedena. En septiembre de 2022, en el Legislativo se aprobó una iniciativa para que la Sedena tuviera el control operativo y administrativo de la Guardia, sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación revirtió la aprobación porque viola la Constitución.

El artículo 21 de la Constitución es claro y específico en el tema de dejar la seguridad en manos de una fuerza civil:

“Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y profesional”.

Es por ello que analistas como René Gérez López, investigador de la organización Causa en Común, califican como incompatible darle a la Sedena la GN.

“Dar la operación y administración a la Secretaría de la Defensa Nacional es ilógico porque no puede una institución castrense estar a cargo de una institución civil, es simplemente incompatible en todos los sentidos”, explica.

Valoran que la Guardia Nacional quede adherida como un cuerpo más de las Fuerzas Armadas daría más poder y recursos a los militares y complicaría que extraerlas de una tarea que corresponde al ámbito civil.

“En la práctica, esto significaría dotar de un carácter permanente a la centralidad de los cuerpos castrenses en la política de seguridad pública. En suma, al finalizar el sexenio de López Obrador, observaremos a las Fuerzas Armadas más empoderadas que nunca”, sostiene el internacionalista, historiador, consultor político, Jacques Coste, en su texto “2024, la consolidación de la militarización”.

La iniciativa

En el paquete de iniciativas que presentó el lunes, López Obrador propuso que la Guardia deje las filas de lo civil y que vía 12 reformas a la Constitución, forme parte de las Fuerzas Armadas.

De mera concreta, la propuesta del presidente consiste en:

Lograr la aprobación para que la Guardia Nacional quede bajo el control de la Sedena no será sencillo. Morena y sus aliados no tienen los votos que se requieren para modificar la Constitución en ninguna de las dos cámaras. En Diputados tienen 273 votos de los 334 que se requieren para la mayoría calificada y en el Senado de la República 71 de los 84.

Organizaciones de la sociedad civil como México Unido Contra la Delincuncia (MUCD) advierten que aprobar la iniciativa en los términos propuestos por el presidente implica que los militares no dejen una tarea que corresponde a civiles.

“Aprobar la iniciativa en sus términos implica que las Fuerzas Armadas jamás salgan de tareas de seguridad pública federal y deja finalmente nuestra seguridad a cargo de militares que no saben ni deben hacer prevención, investigación ni persecución del delito, y cuya función en realidad es la guerra. Una peligrosa agenda a la que la ciudadanía ha resistido desde hace dos sexenios”, planteó MUCD en un comunicado.

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Militarizar la seguridad pública, advierte Tirado, es muestra de la falta de visión de Estado y de una estrategia racional para combatir la violencia

“Es un asunto que tendrá que seguirse revisando y en el cual se deben decisiones: si quiere seguir transitando con militares en seguridad pública. Los Estados ya estamos viviendo los resultados y seguirá, aunque a lo mejor no hay piso y seguiremos cavando nuestras tumbas más abajo”, plantea.

Que la Guardia Nacional forme parte de la Sedena también es un riesgo para los derechos humanos. Los militares no ven a presuntos delincuentes como presuntos delincuentes, sino como enemigos. En 2023 se presentaron 404 quejas contra el Ejército por presuntas violaciones a derechos humanos y 354 contra la Guardia Nacional, ambas se ubicaron en el top ten de instituciones con más denuncias.

Los números de la Guardia

La Guardia Nacional está por cumplir cinco años, sin embargo, no han contribuido a pacificar al país. En sus primeros cuatro años de operación, esa institución realizó 26,000 puestas a disposición de presuntos delincuentes ante el Ministerio Público y ante la autoridad de Justicia Cívica.

Mientras que en materia migratoria entre 2019 y 2023 realizó 239,545 rescates de personas en contexto de movilidad, es decir, migrantes, de acuerdo con el Censo Nacional de Seguridad Pública Federal 2023.

“Cinco años después tenemos un desorden administrativo, pero también tenemos un desorden operativo, porque la Guardia Nacional no está haciendo absolutamente nada por lo que a seguridad pública. Entonces, ¿nos deben una Guardia Nacional? Yo creo que sí. Yo creo que nos deben más que una Guardia Nacional una Estrategia Nacional de Seguridad Pública porque no nada más es la Guardia Nacional, se olvidó el Consejo Nacional de Seguridad Pública. En fin, colapsó por completo la estructura institucional que tenía”, agrega René Gérez López.

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