Fue una marcha fragmentaria. Por las distintas convocatorias, con puntos de salida y horarios diferentes, al menos cuatro contingentes de mujeres marcharon en distintos momentos en la Ciudad de México.
¿Polarización o diversidad en el movimiento por los derechos de las mujeres? Algunas asistentes consideraron que se trató del primer fenómeno. Pero otras apostaron por la diversidad. “Yo marcho con quienes me siento más identificada, pero eso no quiere decir que excluyo a las demás”, aseguró una joven.
Las mujeres avanzaron por las calles con dos filas de policías a los costados y gritando consignas. “Si El Peje fuera mujer, el aborto sería legal”.
Aquí las mujeres mandaron un mensaje a Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México. “¿Por qué seguimos marchando? Porque no basta con despenalizar”, afirmaron al leer un pronunciamiento bajo el asta bandera de la plancha del Zócalo.
“Este 28S queremos responder a esta duda, sugerida por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y por muchas personas más”, dijeron.
Las manifestantes exigieron periodos más largos de gestación para interrumpir el embarazo de manera legal. Actualmente, se permite en 10 estados del país hasta las 12 semanas.
“La falta de educación sexual integral y las diversas limitantes económicas, sociales e institucionales ponen en contexto de privilegio enterarnos de nuestro estado de embarazo en tiempo y forma. El aborto, y el aborto con semanas avanzadas, es un derecho”, agregaron.
También demandaron regular las clínicas privadas de interrupción legal del embarazo que “lucran” con este servicio, y acceso efectivo a anticonceptivos.
Las manifestantes recordaron a algunas de las mujeres que han sido encarceladas en México por abortar. “Gritamos fuerte y claro: Daniela, Irma, Ary, Karla, Magda”, mencionaron.
Aunque la protesta la vigilaron 700 integrantes de la Unidad de Policía Metropolitana Femenil, conocidas como “Ateneas”, más hombres policías que dirigían el operativo de seguridad, la manifestación se desarrolló en general de manera pacífica.
Al filo de las 5 de la tarde, dos contingentes más llegaron al Zócalo, entre ellos algunos de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y de la UNAM.
Con la llegada de más manifestantes el Zócalo se convirtió en un lienzo variopinto. No se llenó completamente, pero su piso retumbó con el andar seguro de las mujeres que corearon “tiemblen, tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista”.
En un segundo mitin, esta vez con templete y micrófono, una mujer explicó: “Tuvimos puntos de salida diferentes, pero estamos convencidas de que es una sola lucha la que nos tiene aquí, la que nos une”.
Los pañuelos verdes, ondeando en el aire fresco de un cielo gris que amenazaba con llover, la ovacionaron.
La criminalización del aborto en el país
Aunque 10 entidades federativas ya despenalizaron el aborto y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional criminalizar a las personas que interrumpen el embarazo, todavía quedan barreras por superar para que el derecho a decidir sea una realidad en México.
Entre 2007 y 2016, la organización civil Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), que defiende los derechos reproductivos de las mujeres, documentó 3,570 denuncias por aborto en todo el país y, al menos, 281 personas fueron sentenciadas a prisión preventiva o definitiva por esa causa.
Durante ese periodo, los estados con más denuncias fueron la Ciudad de México, Baja California y Tamaulipas.
Pese a los avances, en pleno 2022 se registran todavía denuncias por el “delito de aborto”. Hasta agosto de este año, en el país se abrieron 554 carpetas de investigación por aborto, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Por eso, los pañuelos verdes inundan el país, en conmemoración del Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Y aunque sean marchas fragmentarias, la exigencia de las mujeres es la misma: “Al final buscamos libertad y ser una misma”, ilustró una joven.
