Los tiempos de espera para pasar el cruce fronterizo pasaron de 2 a 12 horas, lo que resulta preocupante para los fabricantes de vehículos y autopartes por la interdependencia entre ambos mercados.
Expansión.- Las recientes medidas adoptadas por el gobernador de Texas, Greg Abbott, que buscan realizar “inspecciones exhaustivas” en los vehículos de carga procedentes de México con destino a los Estados Unidos, están generando creciente inquietud en el sector automotriz. Esto se debe a que aproximadamente ocho de cada diez automóviles fabricados en territorio mexicano tienen como principal objetivo llegar al mercado estadounidense.
José Zozaya, quien ocupa el cargo de presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), señaló que “se ha observado un aumento considerable en los tiempos de cruce en la frontera, pasando de un promedio de dos horas a casi 12 horas”. En una conferencia de prensa, Zozaya expresó su preocupación por estos retrasos y sugirió que ambas administraciones gubernamentales deberían sentarse a dialogar para encontrar una solución a esta problemática.
El representante sindical enfatizó que, aunque no cuentan con una estimación económica de las posibles consecuencias, instó al gobierno del estado fronterizo a no perjudicar el comercio de mercancías que se realiza de manera legal.
“Hemos expresado nuestra preocupación en diversas instancias sobre cómo esta situación está afectando al comercio legítimo entre ambos países, generando extensos retrasos en el transporte de mercancías, tanto de México a Estados Unidos como en la dirección opuesta. Esto nos inquieta, especialmente en el ámbito de las exportaciones”, recalcó.
La Industria Nacional de Autopartes (INA) también compartió su inquietud en torno a este asunto, dado que este subsector se encuentra experimentando uno de los momentos más prósperos de su historia. Solamente en julio, la producción de autopartes en México alcanzó la cifra de 10,368 millones de dólares, lo que representó un incremento interanual del 23.9%.
Este episodio se desarrolla en el cruce fronterizo de dos economías que están experimentando un pico en su cooperación gracias al T-MEC, el acuerdo que engloba a América del Norte y que garantiza un comercio libre de aranceles entre los tres países.
Según los datos de la INA, el 86% de la producción nacional tiene como destino el mercado de exportación, destacando principalmente Estados Unidos. En consecuencia, las medidas de inspección implementadas por Texas están teniendo un impacto directo en la competitividad de las empresas nacionales.
“Si bien no disponemos de una estimación precisa del impacto en la producción de autopartes en el norte del país, los retrasos en la exportación a través de estos corredores están afectando la competitividad de las empresas mexicanas que exportan a los Estados Unidos. Por esta razón, nos hemos unido al llamado”, afirmó Armando Cortés, director general de la institución.
La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) informó este domingo que, tras 21 días de aplicación de estas medidas, que han detenido el flujo de vehículos que cruzan los tres puentes que conectan la región de Ciudad Juárez con El Paso, Texas, se ha acumulado un retraso de al menos 19,000 camiones que no han podido cruzar la frontera.
Hay 1,900 mdd ‘estacionados’ en la frontera
El organismo estima que el valor de las mercancías varadas asciende a 1,900 millones de dólares, señalando que los tiempos de espera pueden alcanzar hasta 24 horas, mientras que las colas de vehículos llegan a extenderse hasta 23 kilómetros de longitud.
“Consideramos que medidas como las promovidas por el gobierno de Texas tienen un impacto directo en las cadenas de suministro y amenazan la estabilidad de miles de empresas en ambos lados de la frontera, las cuales son generadoras de empleo. Insistimos en que esta situación no concuerda con el espíritu de desarrollo y cooperación que promueve el T-MEC”, declaró la Canacar en un comunicado.
Odracir Barquera, director de la AMIA, subraya que una de las solicitudes del sector es que las autoridades estadounidenses extiendan sus horarios de trabajo y, si es necesario, que operen los fines de semana para agilizar el flujo comercial.
Añade que, hasta el momento, estas medidas se han aplicado solamente en una parte de la frontera, y destaca que los efectos negativos podrían agravarse si se extienden a cruces como el de Nuevo Laredo o hacia el este. “El problema se concentra en una zona específica de Texas en este momento; aún no se ha expandido a lo largo de toda la frontera con Texas, y eso también es un factor a considerar”, concluye.