Israel prometió intensificar su ofensiva terrestre contra Hamás, mientras que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió su apoyo a Israel.
El Economista.- Israel prometió intensificar su respuesta a un ataque del grupo militante palestino Hamás con una ofensiva terrestre, mientras que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió su apoyo a Israel y lanzó una advertencia a cualquiera que pudiera intentar aprovecharse de la situación.
Israel informó que decenas de sus aviones de combate atacaron más de 200 objetivos en la noche previa al miércoles en un barrio de la ciudad de Gaza que, dijo, había sido utilizado por Hamás para lanzar su oleada de ataques sin precedentes.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, al menos 950 personas han muerto y 5,000 han resultado heridas en el abarrotado enclave costero.
El sábado, hombres armados de Hamás procedentes de la Franja de Gaza arrasaron partes del sur de Israel, en el ataque militante palestino más mortífero de la historia de Israel.
El ejército israelí declaró que el número de muertos en Israel había alcanzado los 1,200 y que más de 2,700 personas habían resultado heridas.
“Hemos sufrido un gran número de bajas”, dijo el portavoz militar, teniente coronel Jonathan Conricus.
Las víctimas eran en su inmensa mayoría civiles, abatidos a tiros en viviendas, en la calle o en una fiesta de baile al aire libre. Decenas de israelíes y extranjeros fueron capturados y trasladados a Gaza como rehenes, algunos de ellos mostrados en las redes sociales mientras los exhibían por las calles.
Los militantes de Hamás que mantenían secuestrados a soldados y civiles israelíes amenazaron el lunes con ejecutar a un cautivo por cada casa de Gaza atacada sin previo aviso, pero al caer la noche del martes no había indicios de que lo hubieran hecho.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, se dirigió a los soldados cerca de la valla de Gaza: “Hamás quería un cambio y lo tendrá. Lo que había en Gaza ya no lo habrá”.
Empezamos la ofensiva desde el aire, más adelante lo haremos también desde tierra. Controlamos la zona desde el segundo día y estamos a la ofensiva. Sólo se intensificará”.
Al menos 1,000 hombres armados infiltrados desde Gaza habían muerto, informó el diario Israel Hayom.
Israel retiró sus tropas de Gaza en 2005, tras 38 años de ocupación, y la mantiene bloqueada desde que Hamás tomó el poder allí en 2007. El asedio anunciado el lunes impedirá la entrada de alimentos y combustible.
En la frontera septentrional de Israel, se disparó una salva de cohetes desde el sur de Líbano hacia Israel, lo que provocó un bombardeo israelí de respuesta, dijeron tres fuentes de seguridad.
Más proyectiles lanzados desde territorio sirio cayeron en zonas abiertas de Israel, aumentando aún más los temores de que la violencia pueda desembocar en una guerra más amplia.
“Todavía no sabemos si estos cohetes fueron disparados por las fuerzas armadas sirias, por alguna de las muchas milicias iraníes que existen y son acogidas por el régimen sirio, o por Hezbolá o por cualquier otra acción”, dijo el teniente coronel israelí Conricus.
“Lo que sí sabemos es que contraatacamos disparando hacia las fuentes de fuego y actualmente la situación allí está tranquila”.
Las sirenas que advertían de la llegada de cohetes sonaron durante la noche en las comunidades israelíes cercanas a la frontera de Gaza.
Reacción internacional
En la Casa Blanca, Biden calificó los ataques de Hamás de “acto de maldad absoluta” y dijo que Washington estaba enviando rápidamente ayuda militar adicional a Israel, que incluye munición e interceptores para reponer el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro. Pidió a Israel que siguiera la “ley de la guerra” en su respuesta.
Dijo a los periodistas que Estados Unidos había “mejorado nuestra postura de fuerza militar en la región para fortalecer nuestra disuasión”, incluido el traslado de un grupo de ataque de portaaviones y aviones de combate.
“Permítanme decir de nuevo a cualquier país, cualquier organización, cualquiera que esté pensando en aprovecharse de la situación, tengo una palabra: no lo hagan”, dijo Biden, en una aparente referencia a Irán y sus aliados en la región.
Responsables estadounidenses afirman que no tienen pruebas de que Irán haya orquestado los ataques, pero señalan el prolongado apoyo de Teherán a Hamás.
El exjefe de Hamás, Jaled Meshaal, convocó protestas en todo el mundo árabe el viernes en apoyo de los palestinos, en comentarios grabados a los que tuvo acceso Reuters.
“(Debemos) dirigirnos a las plazas y calles del mundo árabe e islámico el viernes, el viernes del diluvio de Al Aqsa”, dijo Meshaal, que actualmente dirige la oficina de Hamás en la diáspora.
Biden envió a su principal diplomático, Antony Blinken, a Israel, quien transmitirá “un mensaje de solidaridad y apoyo”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que Washington estaba hablando también con Israel y Egipto sobre la idea de crear un paso seguro para la salida de civiles de Gaza.
La coalición de derechas del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y los líderes de la oposición estaban cerca de formar un Gobierno de unidad de emergencia.
Países como Fiyi, Corea del Sur, Dinamarca, República Checa y Canadá se apresuraron a evacuar a sus ciudadanos, muchos de ellos atrapados tras la cancelación de vuelos por parte de las principales aerolíneas.
Ningún lugar es seguro
Medios de comunicación palestinos afirmaron que los ataques aéreos israelíes alcanzaron viviendas en la ciudad de Gaza, en la ciudad meridional de Jan Yunis y en el campo de refugiados de Bureij, en el centro de Gaza.
Una de las viviendas atacadas pertenecía al padre de Mohammed Deif, líder del brazo armado de Hamás en Gaza, según las informaciones. El hermano de Deif y otros familiares murieron, según estas informaciones.
Los residentes que pedían ayuda en redes sociales afirmaron que muchos edificios se habían derrumbado y que, en ocasiones, hasta 50 personas habían quedado atrapadas en su interior sin que los equipos de rescate pudieran llegar hasta ellas.
Naciones Unidas dijo que más de 180,000 habitantes de Gaza se habían quedado sin hogar, muchos de ellos cobijados en las calles o en escuelas.
En la morgue del hospital Khan Younis de Gaza, los cadáveres yacían en el suelo sobre camillas con nombres escritos en sus vientres. Los médicos pidieron a los familiares que recogieran rápidamente los cuerpos porque no había más espacio para los muertos.
Un edificio municipal fue alcanzado mientras se utilizaba como refugio de emergencia. Los supervivientes hablaron de muchos muertos.
“Ningún lugar es seguro en Gaza, como se puede ver, atacan en todas partes”, dijo Ala Abu Tair, de 35 años, que había buscado refugio allí con su familia tras huir de Abassan Al-Kabira, cerca de la frontera.
Dos miembros de la oficina política de Hamás, Jawad Abu Shammala y Zakaria Abu Maamar, murieron en un ataque aéreo en Jan Yunis, dijo un responsable de Hamás.
El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino dijo que, desde el sábado, los ataques israelíes habían destruido más de 22,600 viviendas y 10 centros de salud y dañado 48 escuelas.
“Esta flagrante deshumanización y los intentos de bombardear a un pueblo hasta la sumisión, de utilizar el hambre como método de guerra y de erradicar su existencia nacional son poco menos que genocidas”, escribió el martes el enviado palestino ante la ONU, Riyad Mansour, en una carta al Consejo de Seguridad de la ONU, a la que tuvo acceso Reuters.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, denunció los ataques de Hamás: “El derecho internacional humanitario es claro: la obligación de tener un cuidado constante para preservar a la población civil y los bienes de carácter civil sigue siendo aplicable durante todos los ataques”.
La violencia también se recrudeció en Cisjordania ocupada por Israel y en Jerusalén Este, donde la policía israelí dijo haber matado a dos palestinos que dispararon fuegos artificiales hacia los agentes el martes por la noche.
En Cisjordania, 21 palestinos han muerto y 130 han resultado heridos en enfrentamientos con las fuerzas israelíes desde el sábado, según el Ministerio de Sanidad palestino.