DC pierde su poder en el cine
El Universal.-
En 2008, Marvel y DC Comics, los eternos rivales del mundo de los superhéroes, se encontraban en una encrucijada que cambiaría el curso de su historia cinematográfica.
Mientras Gotham celebraba su héroe enmascarado en Batman: El caballero de la noche, su cinta más exitosa hasta el momento, Iron Man de Marvel despegaba sorpresivamente como un cohete Stark, marcando el inicio del MCU, el nuevo universo de superhéroes.
Marvel había vivido una especie de “Guerra Civil” interna durante los años 90. Su crisis financiera hizo que repartiera sus preciadas joyas: Spider-Man se balanceó rumbo a Sony, los X-Men se unieron a la Hermandad de 20th Century Fox, y algunos, como Iron Man, esperaron a ser producidos de manera independiente bajo el sello de Marvel Studios.
Lo de DC era diferente, la empresa ya había establecido su fortaleza en la taquilla desde los días de Christopher Reeve, quien llevó a los espectadores más allá del cielo como Superman en 1978, y los mantuvo ahí con secuelas exitosas.
El sendero continuó resplandeciente con Tim Burton y su Hombre murciélago entre 1989 y 1995, sacando de las sombras a un Michael Keaton que marcó la infancia de miles. Ese éxito incluso le permitió a DC fracasar con el Batman de George Clooney (2007) y la Catwoman de Halle Berry (2004).