Los derechos laborales ahora son recompensas en las apps de movilidad

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Tanto Uber como Didi implementaron beneficios para los socios conductores, que van desde descuentos en seguros médicos hasta préstamos. ¿Son estas recompensas o deberían ser derechos? Te explicamos.

Expansión.- Uber comenzó a circular en México en 2013 y Didi cinco años después. Desde entonces, más plataformas de movilidad como inDrive o Cabify se han sumado a la lista de opciones para trasladarse en las principales ciudades del país. Pero, como en cualquier camino, se han enfrentado a obstáculos.

Aunque los choferes de estas plataformas pagan impuestos y comisiones por usar la plataforma, son considerados “socios”. Esto implica que no cuentan con un sueldo base mínimo y que no pueden acceder a los servicios de salud del IMSS sin pagar una cuota adicional, aunque, de acuerdo con el informe de Oxfam, Este futuro no applica, si se cobrara un impuesto de 3.5% a Uber, podrías pagar el seguro de todos los socios repartidores durante cinco años.

Esto es por una sencilla razón: porque ante la ley mexicana son considerados trabajadores independientes y no asalariados. Esto quiere decir que prestan sus servicios de forma independiente y, de acuerdo con Juan Carlos Torra, asociado de práctica laboral en Holland & Knight, no tienen una relación de subordinación con el empleador y no reciben un salario fijo, sino que solamente cobran los viajes realizados.

Un largo camino recorrido, sin destino final

En 2019 comenzaron a ocurrir macro protestas en 28 entidades del país, donde más de 150,000 personas que son parte del Movimiento Nacional de Taxistas exigieron “piso parejo” respecto a estas aplicaciones. Estas protestas marcaron un hito, pues abrieron el camino a nuevos debates para la regulación de las aplicaciones.

Pero mientras los taxistas exigen que a los conductores de las aplicaciones se les soliciten las mismas condiciones, pues este sector está sujeto a una serie de obligaciones que los vehículos de plataformas no, como una licencia tipo B, una concesión de transporte público individual, placas y engomados de transporte público, los choferes de Uber y Didi tampoco están necesariamente parados en el mejor camino.

Desde hace un par de años, varias protestas comenzaron a surgir para exigir mejores condiciones laborales para los socios conductores. De entrada, para dejar de ser considerados “socios”, y que sean reconocidos como “trabajadores independientes”. Este cambio garantiza un seguro médico, prestaciones de ley y un sueldo base.

Los principales impulsores son el Sindicato de la Unión de Trabajadores de Apps Móviles (SUTRAM) y la Unión Nacional de Trabajadores por Apps (UNTA), que desde 2022 elaboraron el “Manifiesto del piso mínimo de las trabajadoras y los trabajadores de plataformas digitales”. En dicho documento se plantean propuestas para integrarse a la Ley Federal del Trabajo para proteger y garantizar los derechos humanos de los trabajadores de plataformas móviles.

Pero, los avances en temas legislativos no van tan rápido como quisieran los choferes. O al menos, no necesariamente a su favor.

En septiembre, por medio de la Gaceta Oficial (GCDMX) se indicó que el Reglamento de la Ley de Movilidad presentó reformas, adiciones y derogaciones de algunas disposiciones para que el Servicio de Transporte de Pasajeros Privado Especializado con chofer pueda tener un mejor control. Esto quiere decir que ahora, los conductores tienen que contar con una Constancia de Registro y la Constancia de Registro Vehicular para circular de forma legal.

Pero, de las peticiones propuestas por la SUTRAM y la UNTA, poco se ha avanzado, pues los conductores siguen siendo considerados trabajadores independientes. “Hay varias propuestas para reformar la Ley Federal del Trabajo y crear un capítulo especial para empleados de plataformas”, explica Torra. Pero, de acuerdo con él, lo que sigue muy discutido es la subordinación del trabajo, pues en sentido estricto, los conductores no reciben órdenes del empleador y ellos pueden aceptar o rechazar los viajes cuando quieran.

Las apps, ¿tapando baches legislativos?

Las aplicaciones de movilidad son conscientes de las peticiones de los conductores. A lo largo de los años se han llevado a cabo numerosas mesas de trabajo y diálogos constantes para mejorar la situación laboral, que han resultado en propuestas por las mismas tecnológicas.

Por ejemplo, esta semana Didi anunció que invirtieron más de 410 millones de dólares en hispanoamérica para impulsar las ganancias de conductores, repartidores y restauranteros. Y, de sus principales novedades es que implementaron nuevos programas.

Didi+ es uno de ellos y, de acuerdo con Juan Andrés Panamá, director General de las DiDi Hispanoamérica, Medio Oriente y África, permite múltiples ganancias estratégicas. “Su objetivo es ayudar a los conductores a reducir sus costos y por ende ayudarles a tener mayores ganancias. Si vienen por salud, gasolina o entretenimiento, el objetivo principal es reducir costos”, explicó. ​​Algunas de las ventajas principales son descuentos o facilidades relacionados con gasolina, renta de autos, administración de flotillas, contabilidad y finanzas, seguros de auto, asociaciones para programas de salud, bienestar y educación, entre otros.

Otra de las novedades es el Programa de Puntos Didi, en el que los conductores van generando puntos que pueden intercambiar por cosas en la plataforma, desde descuentos en gasolina y comisiones de Didi hasta una televisión.

Por su parte, en mayo de este año, Uber también implementó nuevos beneficios y recompensas para mejorar el programa de lealtad a socios. “Es un programa de lealtad en el que pueden tener cuatro niveles: azul, oro, platino o diamante y el nivel depende de la cantidad de viajes y la experiencia que brindan en la plataforma”, compartió en su momento Juan Pablo Eiroa, director de movilidad de Uber México.

Entre las recompensas se encuentran descuentos y beneficios en membresías de gimnasio; la posibilidad de contratar Protege+ con Axa, es decir, un seguro médico con un costo preferencial; CuraDeuda, para solicitar reducciones en deudas que ya tienen; y PrestaNómico, préstamos con tasas preferenciales. Adicional a nuevas herramientas de seguridad.

Pero, de acuerdo con la antropóloga Natalia Radetich, lo que deberían ser derechos sociales y laborales se convierten en mercancías. “El trabajador, en vez de ser un sujeto de derechos colectivos, se convierte en un consumidor endeudado”, explica en su libro Cappitalismo: la uberización del trabajo.

Así, en lugar de pagarle un salario que permita la vida digna de los trabajadores, se estimula su endeudamiento.

Además, Radetich menciona que las apps no solo se apropian de la fuerza de trabajo, sino también de sus bienes y recursos.

Por ejemplo, recientemente Uber anunció una alianza con JAC para dar 20% descuentos en la compra de autos eléctricos, para que así los conductores cuenten con su vehículo propio. Sin embargo, es paradójico que la aplicación de movilidad más grande del mundo no opere con coches propios. Son los mismos conductores quienes tienen que contar con él para trabajar.

En su libro, Radetich es crítica sobre este punto. “Así, trabajadores informales y con pocos recursos financian a grandes corporaciones multinacionales y las subsidian poniendo los medios de trabajo”.

Torra explica que previo a hablar de una evasión de derechos laborales, debería existir una relación laboral para ello. Al no ser considerados trabajadores asalariados, sino independientes, este tipo de recompensas mas bien se convierten en incentivos para estimular a los conductores a que permanezcan más tiempo conectados, brindar un mejor servicio y aportar más, sin que ello implique que sean empleados.

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