“La poesía ilumina, toca y busca adentrarse en todo”: Coral Bracho

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Disfruta el discurso íntegro de la poeta mexicana al recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023.

Aristegui.- Con la entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023 a la poeta mexicana Coral Bracho, inició la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

A continuación compartimos con nuestros lectores el discurso íntegro de la escritora laureada.

“Muy buenos días a todos, y muchas gracias por estar aquí.

Muchísimas gracias a mi entrañable amiga Verónica Murguía, escritora extraordinaria y generosísima, en todos los posibles sentidos.

Muchas gracias, también, por sus acogedoras palabras a Javier Guerrero, y a todos los miembros del jurado por su generosidad. Mi profundo agradecimiento y admiración a Marisol Schulz, y a todos sus colaboradores, por la labor que cumplen en la organización de esta Feria; y de manera especial, a Dulce Mª Zúñiga y a todos los que, con ella, hacen posible este premio.

Agradezco profundamente a Ediciones Era, que ha publicado casi todos mis libros (con el invaluable apoyo inicial de Vicente Rojo, y a lo largo de años, de Paloma Villegas, Marcelo Uribe, Michelle Pérez-Lobo y Adriana Dorantes). Era ha publicado desde 1960 a numerosos e importantes autores, entre ellos nueve de los once mexicanos (o mexicanos por adopción como Augusto Monterroso, Juan Gelman y Tomás Segovia) que han recibido este premio. Ediciones Era se ha dedicado, además, a lo largo del tiempo, a difundir la literatura en nuestro país y fuera de él, a apoyar la edición independiente y a las, cada vez más escasas, librerías en México.

Recibo este premio, tan inesperado como conmovedor, por mi actividad como poeta desde mi juventud. Una actividad que disfruto enormemente y que ha enriquecido de innumerables modos mi vida.

La poesía es una búsqueda vital a través del poder del lenguaje que no sólo ahonda en la sensibilidad humana y busca transmitir sentimientos y sensaciones de una manera única. Es también una forma de acercarse al complejo universo que nos rodea, desde una perspectiva amplia y abarcadora, y desde una estrechísima cercanía con aquello que busca compartir.

Con las ciencias, la poesía comparte la avidez por preguntarse, entre otras muchísimas cosas: ¿Qué somos? ¿En qué espacio vivimos? ¿Qué es el tiempo? ¿Cómo es el fuego? ¿Cómo es el agua?  ¿Cómo son los minerales? ¿Y el aire? ¿Y los astros? ¿Cómo son los seres vivos que habitan este planeta? ¿Cómo son los animales? ¿Cómo son las plantas? ¿Cómo somos nosotros, y cómo nos relacionamos con ellos?

Con las ciencias sociales, la historia, las neurociencias, la biología y la psiquiatría, la poesía comparte la inaplazable necesidad de preguntarse: ¿Cómo es posible que el género humano siga luchando con toda la violencia imaginable contra sí mismo? ¿Cómo es posible que se sigan aceptando y fomentando las guerras, que se siga lucrando con ellas y que se rechace y desprecie a aquellos que han sido expulsados, a causa de ellas, de sus territorios? ¿Cómo es posible que, a lo largo de siglos, se siga agrediendo y rebajando a otros seres humanos por su raza, por sus costumbres, por su situación de pobreza? ¿Cómo puede ser que en el mundo persista una desigualdad económica abismal, y una desigualdad y violencia persistentes contra las mujeres y las diversas identidades raciales y sexuales?  ¿Y cómo se siguen imponiendo y se siguen aceptando gobiernos que atentan contra la libertad y la vida de aquellos a quienes gobiernan, y de aquellos a los que quisieran gobernar? ¿Cómo es posible, en fin, y ha sido posible, que la violencia se haya vuelto una expresión cotidiana en países como el nuestro, donde los homicidios son ya incontables?

De todos estos temas y de muchísimos más nos habla y nos cuestiona la poesía, desde innumerables perspectivas y de muy diversas maneras. Y en todos ellos busca adentrarse hasta hacernos ver lo que la costumbre poco a poco tiende a ocultarnos.

Si algo necesitamos en este momento de la historia de la humanidad, es una nueva manera de ver. Una capacidad analítica y crítica que nos permita encontrar soluciones que beneficien a todos los seres humanos, y una consciencia ética que ponga el bienestar de todos y la conservación de la vida en nuestro planeta por encima de las posibles desmedidas ganancias económicas que casi todos los gobiernos permiten, aprovechan y apoyan.

El ser humano evolucionó hasta ser consciente de sí mismo a partir de la sensibilidad y los sentimientos. Y a ellos debemos recurrir ahora para fomentar un verdadero acercamiento al mundo en el que vivimos. Una postura vital que valore y proteja a los animales, que respete a la naturaleza y que propicie, de todas las maneras posibles, una profunda cercanía y cohesión entre los seres humanos.

Más que nunca, es importante una educación que fomente en los niños, en la juventud y en la sociedad en general, además de una capacidad reflexiva, propositiva y creativa que nos haga más libres, una capacidad introspectiva y comunicativa que nos permita adentrarnos en nosotros mismos y nos acerque lo más posible a las distintas maneras de pensar y de sentir de otras personas y culturas, a través de la literatura y de las más diversas formas de arte.

Si el lenguaje verbal es y ha sido el modo más completo de comunicación que ha acompañado a la humanidad a lo largo de siglos, la poesía es una de las formas más penetrantes, sugerentes y generativas en que éste se manifiesta. Las posibilidades de expresión de la poesía son incontables, y cada vez más abiertas a distintas formas de sensibilidad, de maneras de acercarse al mundo y de entrar en contacto con los demás.

A lo largo de la historia y en diferentes países, muchos poemas han jugado un papel importante en los procesos de sensibilización de la sociedad respecto a los problemas raciales y de discriminación en los que se encuentra inmersa, y han incidido en el desarrollo de una conciencia ética necesaria para la humanidad. La poesía vuelve así perceptible, de una manera directa, lo que la costumbre, los estereotipos y los prejuicios nos impiden ver y sentir.

Durante siglos, la poesía se ha comunicado y se sigue comunicando a través de expresiones directas y coloquiales. Desde los modos más sencillos y escuetos hasta las formas más complejas y cambiantes.

De las diversas capacidades expresivas de la poesía, quizá las primeras que descubrí cuando me acerqué a ella fueron sus efectos emotivos, y su singularidad perceptiva y asociativa, en poetas españoles de los Siglos de Oro, como Garcilaso, Quevedo y Lope de Vega, y en poetas españoles y latinoamericanos posteriores, como García Lorca, Neruda y Vallejo; franceses e ingleses como Baudelaire y T.S. Eliot, y en mexicanos como López Velarde. Más adelante me atrajeron, no sólo sus capacidades sonoras, en poetas como Verlaine, sino asociativas de maneras inusitadas, como la poesía de Góngora. Por último, en poetas como Lezama Lima, David Huerta y José Carlos Becerra descubrí su capacidad de adentrarse en distintos niveles de la realidad, y en numerosos y cambiantes espacios de la sensibilidad imaginativa y sus incontables flujos generativos. A partir de mi acercamiento a estos últimos poetas, comencé a escribir.

Escribir poesía es experimentar, de un modo u otro, una fuerza creativa que brota desde la estructura más íntima del lenguaje, y pone constantemente en relación las propiedades sonoras y plásticas de las palabras con sus sentidos. Música y pintura conviven, pues, constantemente en ella. La creación poética no sólo capta, así, con una enorme libertad, una experiencia somática o corporal, a través del ritmo y de las imágenes visuales y sonoras, sino las pone en relación, y las enriquece, a través de las imprevistas y cambiantes asociaciones que los significados de las palabras generan.

Por medio de procesos mentales que, por lo general, no experimentamos a un mismo tiempo, sino de maneras más bien independientes, la poesía crea y entrelaza sus sentidos. Así, de formas muchas veces inusitadas, pero también reconocibles une, en su despliegue discursivo, la percepción de la realidad y sus distintos enfoques, las imágenes y modos de expresión de la imaginación, y las evocaciones de la memoria y de los sueños, con procesos analíticos que las sopesan en una incesante y abierta búsqueda de sentido que nos guía sin definir de antemano sus desenlaces.

A través del lenguaje que abre y sugiere caminos para conocer y sentir la inmensidad del espacio cotidiano en el que nos movemos, de la infinitud de lo más pequeño y la cercanía de lo más lejano, la poesía ilumina, toca y busca adentrarse en todo lo que nos es dado sentir y conocer a lo largo de una vida.

La poesía es, pues, una forma única de ver, de sentir y de comunicar que nos produce una constante sensación de descubrimiento. Una manera de experimentar, en un mismo proceso generativo, las más diversas capacidades mentales y creativas, y de darle a la sensibilidad un importante lugar en nuestra vida.

Es, también, gracias a sus diferentes expresiones musicales y plásticas, la posibilidad de retener en la memoria la presencia de aquellas sugerencias que nos impactan y nos dejan huella.

Nada más hermoso y conmovedor que ver esta Feria del Libro llena de niños, en compañía de adultos, hojeando y disfrutando libros, y de jóvenes y adultos interesados en la impresionante variedad de opciones que se ofrecen en ella —desde que Raúl Padilla la inauguró—, año con año.

Si el mundo va a cambiar, va a ser sin duda, de esta manera.

Es un verdadero placer, y un grandísimo honor recibir aquí, de la FIL, este premio. Muchas, muchas gracias de nuevo.

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