Denuncian discriminación y homofobia en el Instituto Xilitlense de Bellas Artes
Blakely Morales
Hasta nuestra redacción llegó la denuncia de Beatriz y Valeria, dos jóvenes maestras del Instituto Xilitlense de Bellas Artes (IXBA), a quienes la Dirección intentó finiquitar y hacer firmar una renuncia voluntaria por supuestas irregularadidaes, pero según señalan, con un trasfondo de discriminación por lo que podrían ser víctimas de un posible acto de homofobia.
Beatriz y Valeria, seudónimos para proteger las identidades de las víctimas, llevaban cinco y un año trabajando en el IXBA, respectivamente. Beatriz dando clases de música y Valeria de ballet y llegaron al Pueblo Mágico de Xilitla, egresadas de importantes escuelas de artes, prácticamente para dedicarse a ello.
Los hechos ocurrieron el reciente jueves 23 de noviembre del 2023, cuando fueron convocadas por separado por la directora del IXBA, María Cristina Soberón Rivera, quien se encontraba con otra persona conectada por Zoom que se presentó como mediadora.
Según quedó asentado en actas levantadas por las víctimas ante la Dirección Municipal de Derechos Humanos de Xilitla, compartidas a este medio de comunicación, la supuesta mediadora les aseguró que de acuerdo a la directora Soberón Rivera, habían cometido “algunas irregularidades” suficientes para prescindir de sus servicios y rescindir sus contratos.
De Beatriz se dijo que no apagó las luces del auditorio al finalizar una función de música y que sus alumnos andaban corriendo; de Valeria, que los suyos habían manchado las paredes del instituto, que en la presentación de danza para el informe del presidente municipal de Xilitla, no entregó la música a tiempo, y que había alterado los registros de entrada.
Pero en realidad esas sólo fueron excusas para ocultar el que parece ser el verdadero motivo de fondo: discriminación por orientación sexual.
“Que dos maestros del instituto me habían sorprendido cometiendo actos indebidos con otra maestra dentro de mi salón y en otras áreas de la escuela, todavía la licenciada me dijo como de burla, ‘y no te voy a decir cuáles fueron esos actos porque tú ya los conoces’. Y se empezó a reír. Y le dije: ‘Es que no los conozco, ¿me los podría decir, por favor? porque no sé cuáles son esos actos’; me dijo: ‘sí, a ti y a otra maestra las vieron besándose y acariciándose dentro de tu salón y afuera del teatro, y hay evidencia de eso’; le dije: ‘no estoy enterada en qué momento hice eso, ¿me podría mostrar las evidencias?’. Y la licenciada me dijo: ‘no, es que yo no las tengo, pero por ahí las tienen'”.
Beatriz y Valeria sostienen una relación sentimental desde hace algunos meses y han sido cautelosas pues comentan:
“Nos hemos tomado de la mano del IXBA hacia afuera, jamás ni tomado de la mano ni abrazado; ni enfrente, porque todavía esperamos a llegar a la esquina para tomarnos de la mano; en el IXBA jamás nos hemos ni besado, ni abrazado, ni siquiera dado un beso en el cachete, nada; mucho menos en frente de los niños, ni en horario de clases como dicen estas señoras que tienen sus evidencias”.
La queja ante organismos de Derechos Humanos se encuentra en curso y a pesar de que todavía pueden apelar por la reinstalación en sus puestos de trabajo, Beatriz y Valeria ya no buscan regresar sino exigir un pago justo por el despido injustificado. La directora del IXBA, María Cristina Soberón Rivera ya está citada para una audiencia en el Centro de Conciliación Laboral de Ciudad Valles, pero además podría enfrentar un proceso de indemnización por la muy probable discriminación.
Del caso, ya tienen conocimiento tanto la Segunda Visitaduría de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ubicada en Ciudad Valles, como la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (CONAPRED), pues además, denuncian que la directora del IXBA, María Cristina Soberón Rivera es una persona con actitudes y expresiones racistas hacia la población de origen indígena.
“Es algo que realmente está pasando, esta es la situación con estas personas, tienen un historial larguísimo de maestros que están uno, dos, tres, o exagerando cuatro años, y se van, porque por una u otra cosa nadie está a la altura de la mujer, si no es porque eres moreno, es por tu orientación sexual, o es porque eres según ella pobre, pero nadie está a la altura de ella”.
