El Financiero.-
El magistrado Reyes Rodríguez Mondragón no resistió y después de varios días de presiones y desaires de sus compañeros decidió renunciar a la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Todo comenzó el pasado lunes 4 de diciembre, cuando tres de las cinco magistraturas hicieron pública la ‘ruptura’ dentro del TEPJF al no acudir al informe de su presidente ante el pleno de la Suprema Corte.
Los ‘rebeldes’ fueron la magistrada Mónica Soto y los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, quienes presumieron en redes sociales desayunar juntos en un restaurante de San Ángel, minutos antes de que el presidente del Tribunal Electoral, Reyes Rodríguez Mondragón, rindiera su informe anual de labores ante la Suprema Corte.
Sus lugares en el pleno quedaron vacíos y únicamente se presentó la magistrada Janine Otálora.
Esa fue la primera vez que un asiento de un magistrado electoral se quedó vacío durante el informe de actividades del presidente en turno del TEPJF.
Después de este desaire, la magistrada Mónica Soto y los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes confirmaron que estaban “inconformes” con la gestión Reyes Rodríguez Mondragón como presidente del TEPJF e intentaron retirarlo del cargo el jueves 7 de diciembre.
Reyes Rodríguez logró evitar su remoción ese día al retirarse, junto con la magistrada Janine Otálora, durante un receso de la sesión del pleno, al considerar que no había condiciones para un diálogo auténtico y libre de imposiciones.
Los magistrados ‘rebeldes’ señalaban una pérdida de confianza hacia Reyes Rodríguez por su manejo administrativo del tribunal.
Sin embargo, Reyes Rodríguez dijo que la inconformidad de sus compañeros se debía a las políticas de austeridad que su administración ha planteado en el TEPJF, misma que elimina vehículos oficiales, viajes en clase VIP, bonos de gasolina, peaje y alimentación.
A partir de ahí, inició una guerra de declaraciones y misivas en redes sociales en las que, mutuamente, se acusaron de seguir intereses ajenos al TEPJF y perseguir cotos de poder al interior de esa institución.
Fue hasta este lunes 11 de diciembre, cuando Rodríguez Mondragón se reunió con sus detractores y, tras varias horas de negociación, aceptó su dimisión a la presidencia del TEPJF, no así a su encargo de magistrado de la Sala Superior.