Con sold outs y más conciertos: la industria ve de lejos la recuperación

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Aún con un creciente número de eventos en México, CIE –la principal empresa de entretenimiento en el país– aun no se recupera y el año pasado mantuvo sus ingresos por debajo de 2022.

Expansión.- Los reflectores de la industria del entretenimiento se encendieron después de una pausa a finales de 2021. La pandemia marcó uno de los momentos más álgidos para este sector que ahora se encamina hacia la recuperación, pero a un ritmo lento.

A partir de esa fecha, el desfile de artistas internacionales, nacionales, festivales y eventos deportivos no han parado, pero la inercia no ha sido suficiente para marcar una recuperación por completo.

Al igual que otras industrias, las empresas de eventos, patrocinadores y productoras se mantuvieron con respirador durante la pandemia. Aunque apostaron por eventos virtuales y aforos reducidos, la estrategia no les fue suficiente para detener una caída pronunciada en sus ingresos.

Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), que tiene entre sus negocios a OCESA, es una de las compañías que lidia con la recuperación. El grupo tuvo una amplia lista de festivales y conciertos en 2023, entre ellos la presentación de Taylor Swift, Depeche Mode, The Weeknd, Post Malone, y Lana del Rey, además de la primera edición del Festival Arre.

Aunque ya hay un pulso de recuperación marcando el paso y un aforo total en la mayoría de los eventos que se realizan, la estrategia continua siendo insuficiente. De enero a septiembre del año pasado, la empresa que preside Luis Alejandro Soberón Kuri reportó ingresos por 989 millones de pesos, una cifra 9.1% menor a la reportada en el mismo periodo de 2022.

La compañía que tiene entre sus recintos al Foro Sol –que este año cerrará sus puertas–, reportó al cierre de 2019 –el año previo a la pandemia– ingresos por 12,578 millones de pesos.

Para este año, la empresa tiene agendados festivales como Vive Latino y Corona Capital, en la Ciudad de México; la presentación de talento internacional como Ringo Star y Nothing But Thieves, además de espectáculos deportivos como la Fórmula 1.

Ángel Méndez, consultor de negocios y académico de la Escuela Bancaria Comercial (EBC), explica que durante dos años las empresas como CIE buscaron opciones para sobrevivir, pero el boquete que se generó en sus ingresos ha sido difícil de resarcir. “La industria perdió mucho terreno, el confinamiento en un factor importante, pero a eso le agregamos que la situación económica no pinta bien y los niveles de inflación afectan a los bolsillos, es entonces que el panorama parece retador”, declara. “Con la inflación, la gente si regresa a los eventos, pero priorizan sus gastos y regresan a los eventos de forma mesurada. Con menos disponible por la inflación dan prioridad a gastos y deudas”, dice.

La recuperación avanza a crédito

El mercado mexicano del entretenimiento en vivo tiene una característica que lo destaca: las preventas se han convertido en el fenómeno que encamina a los eventos al sold out.

Empresas productoras y boleteras impulsan esta práctica debido a las alianzas que tienen con algunas instituciones financieras, que dan a sus clientes el acceso a las ventas exclusivas y meses sin intereses, que dan un empuje ante el costo de algunos eventos.

“Con la venta de boletos a meses sin intereses, la carga financiera se la quedan las instituciones financieras, ellas llevan el riesgo mientras que la prestadora de servicios para el desarrollo de los eventos y la venta de boletos recibe el dinero y esto da un respiro a la industria”, dice Méndez.

Para este año, el mercado de eventos musicales de México alcanzará ingresos por 349,400 millones de dólares. La cifra implica un crecimiento anual de 2.36% y llegará a 383,500 millones de dólares para 2028, según datos de Statista.

La consultora proyecta que este año el número de usuarios en el mercado de eventos musicales será de 8.4 millones y disminuirá 6.1% hacia 2028. El ingreso promedio por usuario será de 41.83 dólares.

“La industria trata de innovar, de adaptarse a la tecnología, hacen que la gente viva diferente al experiencia, por ejemplo en las formas de pago, pero es difícil cambiar la forma de entretener a las personas en un concierto, mientras que sale muy caro traer a un artista internacional. Hay signos de recuperación, pero será en el mediano plazo”, dice Méndez.

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