Chofer asistió a reunión con sus amigos en SLP, pero no volvió con su familia; “a estas alturas es imposible hallarlo con vida”

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Milenio.- En un episodio que abarca dos años de angustia para una madre que continúa en la búsqueda de su hijo, César Isaac, de 36 años, desaparecido en circunstancias que ella cataloga como “inexplicables” en San Luis Potosí, la investigación enfrenta desafíos constantes, caracterizados por una serie de incertidumbres y complicaciones en la investigación marcada por inconsistencias.

El caso de César se desencadenó el 4 de septiembre de 2021, cuando participó en lo que parecía ser una reunión de trabajo en las Privadas Villas de Moreno, San Luis Potosí.

“El sábado se comunicó, para saludar, para decirme que estaba bien, que iba a una comida con unos amigos, ahí estuvo hasta las 20:00 horas”.
Su madre, quien prefiere mantener el anonimato por razones de seguridad, detalló para MILENIO que su hijo llegó más tarde a la reunión, la cual involucraba a presuntos compañeros de trabajo con sus parejas. Sin embargo, la madre asegura que las personas presentes niegan conocer a César, a pesar de que ella sostiene que mantenían relaciones laborales.

De acuerdo con la madre de Isaac, algunos de los presentes trabajaban en la Fiscalía General del Estado, mientras que otros eran actuarios.

La madre insiste en que su hijo trabajaba como conductor particular para una persona que sí laboraba en la dependencia. La negación de la conexión laboral aumentó la confusión y desesperación de la madre de César Isaac.

“Él no trabajaba para la Fiscalía, él trabajaba como conductor particular, para alguien que sí trabajaba ahí”, asegura.

En la noche del sábado 4 de septiembre de 2021, César dejó de comunicarse después de indicar que se dirigía a recoger a una amiga suya para ir a un rancho de uno de los compañeros con quien presuntamente trabajaba, donde fue invitado después de la presunta reunión laboral.

“Él nos avisaba de todo, me comentó que después de esa reunión iría a recoger a una señorita, que lo acompañaría al rancho de estas personas”, relató.
Sin embargo, César Isaac nunca llegó por su amiga; ella incluso le envió mensajes por WhatsApp para preguntarle dónde quedaba el rancho al que irían, pero eventualmente los mensajes dejaron de llegarle a su amigo.

​La incertidumbre de ella aumentó cuando las personas presentes en la reunión negaron conocer a César y ofrecieron versiones, de acuerdo con ella, inconsistentes sobre su partida.

“Me trasladé a San Luis Potosí para levantar la denuncia ante la Fiscalía, mientras también lo buscaba en las redes sociales”, aseguró, aunque la ficha de búsqueda se compartió en redes sociales tres días después de la última comunicación con César Isaac.

​La angustia de su familia se intensificó cuando, tras presentar la denuncia y activar la alerta Amber, recibieron mensajes de un presunto secuestrador exigiendo 200 mil pesos para la liberación de César.

La madre, en su desesperación, solicitó información personal en busca de pruebas de vida, pero las respuestas no fueron convincentes, su incertidumbre persistió. Decidieron no entregar el dinero acordado ante la falta de evidencia, y desde entonces, la madre no tiene noticias de su hijo.

La travesía de esta familia se reflejó en un escrito que la madre de Isaac compartió, detallando las irregularidades y dificultades encontradas en la Fiscalía e insinuando la posibilidad de que alguien esté protegiendo a los involucrados. “Se me hace muy raro”, menciona al describir la complejidad de su interacción con las autoridades y los presuntos secuestradores.

Dos años después de la desaparición, la familia continúa la búsqueda de César Isaac, aunque la esperanza de encontrarlo con vida disminuye.

“Yo lo único que espero es encontrarlo; a estas alturas es imposible con vida, con la situación de que se lo llevaron, yo no puedo decir ‘lo tiene tal persona’, pero tengo muchas sospechas. No creo encontrarlo con vida”, lamentó.

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