El país atraviesa por una de sus peores crisis hídricas en su historia, y no solamente por los niveles del Sistema Cutzamala, sino a nivel nacional
Infobae.- La escasez de agua en México se agrava ante la predicción de la ONU sobre el aumento de las sequías para el 2050. Este fenómeno, alimentado por factores como el cambio climático, el crecimiento poblacional, la sobreexplotación del recurso hídrico y la deforestación, pone en jaque no solo la disponibilidad del agua sino también su calidad en el país.
El Sistema Cutzamala, crucial para el abastecimiento de agua en el Valle de México, ya muestra signos de insuficiencia. La advertencia de alcanzar el “Día Cero” el 26 de junio subraya la inminencia de una crisis hídrica, evidenciando una realidad que se extiende más allá del centro del país. Estados en todo México comienzan a experimentar niveles críticos en sus presas, aumentando la preocupación por el acceso al agua.
El cambio climático, al modificar los patrones de lluvia, hace que éstas se vuelvan impredecibles, mientras que el crecimiento de la población eleva el consumo de agua. La deforestación, por su parte, reduce la capacidad de los ecosistemas para retener agua y regular el ciclo hidrológico. Estos factores interconectados agravan los desafíos de México en cuanto al manejo y conservación del recurso hídrico.
La crisis se profundiza con las recientes olas de calor y la falta de precipitaciones, situaciones que anticipan una de las peores crisis hídricas en la historia de México. La atención urgente y acciones concretas se vuelven indispensables para enfrentar esta creciente amenaza.
Niveles de las presas
De acuerdo con el monitoreo de las Principales Presas de México que actualiza de lunes a viernes la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al día de hoy hay al menos cuatro presas completamente secas.
Se trata de Divino Redentor y La Venta, ambas en Querétaro; así como Hermosillo y Punta de Agua en Sonora, que se ubican en un 0 por ciento en su almacenaje actual.
En tanto, hay 22 presas que se encuentran en un nivel de llenado ubicado por debajo del 10 por ciento.
En contraste, sólo hay 87 presas de 208 llenas a un nivel superior al 50 por ciento, mientras que el resto apenas sobrevive con menores niveles, muchas de ellas con hasta 1 por ciento.