El número de usuarios de vapeadores y cigarros electrónicos pasó de 975,000 en 2019 a 2.1 millones en 2023.
Expansión.- El gobierno federal mexicano ha librado una batalla constante para reducir el consumo de tabaco en el país, y la última estrategia para enfrentar el uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos busca elevar las prohibiciones sobre la importación, distribución y comercialización de estos dispositivos a un nivel constitucional. Esto desarmaría los amparos que han frenado los dos decretos presidenciales anteriores.
Dichos decretos presidenciales, uno publicado en 2020 y otro en 2022, han enfrentado desafíos legales a través de los amparos promovidos por empresas y asociaciones. En octubre de 2022, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictaminó que las prohibiciones para la importación y venta de vapeadores y cigarros electrónicos, estipuladas en dichos decretos, eran contrarias a la Constitución, estableciendo así un precedente legal. Esto significa que los jueces federales deben conceder amparos a aquellos individuos que buscan importar, distribuir o vender dispositivos de vapeo en México.
Pero si se prospera la modificación a los Artículos 4 y 5 de la Constitución, para prohibir la venta de estos dispositivos, los amparos existentes quedarán sin efecto.
Expertos legales consultados por Expansión explicaron que, de aprobarse la iniciativa, es probable que estos casos lleguen nuevamente a la SCJN para determinar si los cambios violan derechos humanos, como el derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Además, Juan José Cirión, presidente de México y el Mundo Vapeando (Mexvap), quien ha promovido los amparos entre usuarios y vendedores de vapeadores para obtener suspensiones provisionales que permitan comercializar estos dispositivos, considera que la nueva iniciativa presidencial consolidaría un mercado negro y dejaría en desventaja a las tiendas reguladas.
Una industria que crece pese prohibiciones
La dificultad para obtener dispositivos y líquidos debido al cierre de tiendas y clubes de vapeo, ha generado un mercado más clandestino y difícil de rastrear. Jorge Romero es testigo de ello. “Cuando comencé a utilizar el vape, se organizaban ferias en el World Trade Center y concursos para crear figuras con el vapor; había tiendas establecidas en centros comerciales y clubes de vapeo. Ahora, hay que comprar casi en secreto, sin compartir la ubicación de los vendedores de líquidos o vapeadores”, comenta.
El ingeniero menciona que antes, la mayoría de los establecimientos aceptaban compradores mediante cita previa y al presentar su identificación oficial, pero ahora los grupos se han vuelto privados y solo se comparte información sobre vendedores de dispositivos, líquidos o piezas de repuesto para vaporizadores, como resistencias y algodones especiales, entre conocidos.
Pese a ello, los vapeadores siguen ganando terreno. Según datos de la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2023, el número de usuarios de vapeadores se ha duplicado en los últimos años, pasando de 975,000 en 2019 a 2.1 millones en 2023.
Estos dispositivos, que permiten inhalar nicotina en forma de vapor, se han promocionado como una alternativa al tabaco menos perjudicial para la salud, debido a que no producen alquitrán ni monóxido de carbono, dos de los elementos más dañinos del humo del tabaco. Empresas como Philip Morris han fijado metas ambiciosas para aumentar sus ingresos a través de la venta de sistemas de vapeo como IQOS, en lugar de los cigarros tradicionales. Según datos proporcionados por la empresa, los productos libres de humo representaron 37% de sus ingresos netos en 2023.
No obstante, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos de América (FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido una advertencia sobre el riesgo significativo asociado con los dispositivos electrónicos de calentamiento o vaporización (vapeadores), debido a la presencia de glicerina, propilenglicol y glicerol. Estas sustancias, al degradarse, pueden producir toxinas que causan quemaduras graves en la piel y daños severos al ser inhaladas.
Según datos recabados en la iniciativa de reforma presentada por López Obrador el pasado 5 de febrero, entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, se reportaron en Estados Unidos un total de 2,807 casos de pacientes hospitalizados o fallecidos debido a lesiones pulmonares graves ocasionadas por el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores. El análisis de laboratorio reveló que el acetato de vitamina E, presente en algunos productos de vapeo, contenía tetrahidrocannabinol, un compuesto fuertemente asociado al brote de lesiones pulmonares graves.
Otro análisis cromatográfico realizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y citado en la iniciativa, confirmó la presencia de sustancias altamente tóxicas en los productos examinados.
Mientras los importadores y comercializadores prevén que la nueva iniciativa de reforma constitucional desatará una nueva ola de solicitudes de amparos en los tribunales, la discusión sobre los riesgos para la salud asociados con el vapeo continúa a nivel internacional. Si bien se considera que los dispositivos electrónicos representan una alternativa menos perjudicial que los cigarrillos tradicionales, organizaciones como la American Cancer Society advierten sobre posibles efectos negativos, como enfermedades pulmonares, cardíacas y cáncer.
El mercado global de cigarros electrónicos y vaporizadores ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años y se espera que esta tendencia continúe. Grand View Research proyecta una tasa de crecimiento anual compuesta del 30.6% entre 2023 y 2030, impulsada por una mayor conciencia pública sobre los riesgos relativos de los distintos productos de tabaco.