Aunque las redes sociales pueden fortalecer la relación entre jefes y empleados, también propician desafíos relacionados con la privacidad y la gestión de posibles conflictos.
Expansión.- La conexión digital entre jefe y empleado empieza con una invitación en redes sociales. Pero la decisión de aceptar o declinar esa solicitud de amistad se vuelve un dilema que va más allá de la pantalla, pues tiene sus pros y sus contras.
Para Ivonne Vargas, especialista en capital humano, la transparencia que implica tener al jefe como amigo en redes puede traducirse en una mayor comprensión mutua. La posibilidad de conocer aspectos personales y profesionales fuera del ámbito laboral puede fomentar un ambiente de trabajo más cercano y colaborativo, incluso la humanización del jefe puede generar empatía y fortalecer los lazos profesionales.
Sin embargo, la línea entre lo personal y lo profesional puede volverse borrosa. La exposición constante a la vida digital del jefe podría generar presiones adicionales para los empleados. Por ejemplo, la sensación de ser observado puede afectar la libertad de expresión y generar un ambiente laboral cargado de expectativas y juicios.
La autocensura también podría convertirse en una barrera que limita la autenticidad y la expresión genuina en línea. Además, el riesgo de conflictos derivados de la visibilidad en redes sociales incrementa. Comentarios malinterpretados, desacuerdos en temas personales, o la presión de mantener una imagen “perfecta” en línea, son potenciales desencadenantes de tensiones que podrían afectar la relación laboral.
“Observar perfiles en redes sociales puede llevar a la formación de ideas erróneas, ya que es inevitable que desarrollemos juicios hacia otras personas. Esta probabilidad de generar una idea vaga e inexacta sobre alguien puede extenderse a las relaciones laborales y complicar la dinámica entre compañeros y jefe”, dice Jorge Mérida, socio fundador de la consultora ADN Wellbeing.
¿Entonces acepto al jefe o no?
Todo depende de la red social y de la relación que tengas con tu superior. Salvador de Antuñano, director de Recursos Humanos en Adecco México, tiene una nueva jefa a nivel regional y solo la tiene en LinkedIn porque es una red para fines profesionales. En cambio, a otro de sus jefes, con quien lleva trabajando más de cinco años, lo tiene agregado en Facebook, porque la relación laboral trascendió a una relación de amistad.
“Tengo amigos en la compañía que me conocen y son de mi círculo de confianza. Ellos saben que si posteo una mala palabra o si me ven en alguna fiesta no hay problema, pero hay colegas que tienen una imagen corporativa de mí y aunque ellos me manden invitación en redes más personales yo no las acepto. Diez años antes, no me hubiera gustado tener a ningún jefe o compañero en mis redes sociales. Ahora sí, e incluso si la relación con la nueva jefa trasciende seguramente la tendré en Facebook o Instagram”, dice.
Los especialistas consultados recomiendan que si la relación con el jefe comienza a tejerse, se agregue a redes como LinkedIn, ya que esto puede ser muy benéfico para ambos: el jefe sabe tu trayectoria, con quién interactúas a nivel profesional, quiénes te han dado algunos reconocimientos o felicitaciones, y qué nuevas habilidades estás adquiriendo. “Eso aporta mucho valor a la información que pudiera obtener tu jefe o tus compañeros de ti”, asegura Mérida.
Por otro lado, el empleado puede recibir valoraciones. Una recomendación o reconocimiento de tu jefe siempre es una palomita en el historial, lo que eventualmente puede abrir más puertas y contribuir al crecimiento de una carrera profesional.
En redes más de uso personal como Twitter, Instagram, Facebook o TikTok la recomendación es que no se tenga a personas que son del trabajo, al menos no al comienzo de la relación laboral. Ya cuando existe una relación más cercana o amistad, es válido y natural.
¿Y si el jefe me cae mal?
Vargas puntualiza que nadie está obligado a aceptar al jefe en redes sociales. Pero de aceptarlo es oportuno ser cuidadoso. Puedes hacer cambio en la configuración para que no puedan ver todo lo que publicas, actualizar filtros, curar el contenido y publicar cosas personales que estén alineadas con los valores de la compañía, sin caer en la falsedad.
“Considera que las relaciones maduras y respetuosas entre subordinados y jefes pueden fortalecer la colaboración y la comunicación en el entorno laboral. Además, la línea entre lo profesional y lo personal se ha vuelto más difusa. Hoy día, es común que haya este tipo de convivencias en la esfera digital”, comenta Vargas.
Tan es así que la revisión de redes sociales en el ámbito de recursos humanos es un fenómeno cada vez más evidente. Vargas refiere que aproximadamente 75% de los reclutadores, incluidos directores, admiten que en algún momento se consulten las redes sociales de candidatos a un puesto y de colaboradores activos.
Esto ocurre porque la revisión de perfiles en redes sociales proporciona una ventana adicional para evaluar la idoneidad y el ajuste cultural de los candidatos y empleados.
Tampoco se trata de borrar tus cuentas de redes para no ser observado, el meollo del asunto, según los expertos consultados, es saber usar las redes, con base en la naturaleza de cada una.