La reactivación de rutas de pasajeros en México requiere la formulación de regulaciones específicas y la garantía de estándares de seguridad en la operación del transporte ferroviario de pasajeros.
Expansión.- La mañana del lunes de la semana pasada, un vagón del Tren Maya, en ruta desde Campeche hacia Cancún, se descarriló de la vía en Tixkokob, Yucatán. Este incidente, aunque menor en sus consecuencias, destaca los desafíos que enfrenta el ambicioso plan del gobierno federal de reactivar rutas de pasajeros en México.
La formación de una Comisión Dictaminadora para investigar el suceso y prevenir futuros problemas es un paso necesario. Sin embargo, la solución requerida va más allá de abordar un proyecto específico.
Uno de los principales obstáculos es la falta de regulaciones específicas en torno al transporte de pasajeros en el país. La Norma Oficial Mexicana (NOM) “Sistema Ferroviario-Seguridad-Clasificación y Especificaciones de Vía” establece que en vías de excepción no se permite la operación de trenes de pasajeros, salvo cuando están vacíos. Esta falta de claridad deja al descubierto la casi inexistencia de normativas en esta área crucial.
“Hoy México carece esencialmente de regulación y normatividad para el transporte de pasajeros, y no se han desarrollado modelos eficientes”, dice Benjamín Alemán Castilla, socio fundador de Alttrac y profesor de Economía en el IPADE.
Además, las NOM existentes, como la NOM-055-SCT2-2016, están orientadas al transporte de carga, sin abordar las complejidades del transporte de pasajeros.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado su interés en reactivar los trenes de pasajeros en el país, cubriendo más de 18,000 kilómetros de vía. Sin embargo, el respaldo gubernamental a esta industria carece de una base normativa sólida y específica para el transporte de personas.
Antes de lanzar nuevos proyectos, es esencial establecer regulaciones y estándares más robustos en esta materia. La última publicación en el Diario Oficial de la Federación relacionada con este tema, la NOM-EM-003-ART-2023, se limita a diferenciar las velocidades permitidas para trenes de pasajeros y de carga según su clase, sin abordar otros aspectos de seguridad.
Alemán Castilla destaca la necesidad de establecer criterios más precisos en diversos aspectos, como la operación, la interconexión, la coexistencia entre el transporte de carga y de pasajeros, así como la convivencia entre el entorno urbano y el ferroviario. Esto incluye la gestión de cruces a nivel, el funcionamiento de las estaciones y las especificaciones mínimas requeridas para garantizar la seguridad y calidad del transporte para los usuarios, así como la implementación de sistemas de seguridad, entre otros aspectos.
“Hay muchos puntos que deben considerarse y trabajar en ellos”, dice Alemán Castilla.
