Adiós a las palmeras de la CDMX: la plaga que transforma la identidad urbana

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El paisaje de la capital ha cambiado y las palmas que adornaban camellones ahora son marrones y representan un riesgo, pero las autoridades no han emprendido acciones definitivas para su reemplazo.

Expansión.- Las palmeras están muertas. La Ciudad de México atraviesa por una plaga que ha hecho que desde la palmera de la ex glorieta de La Palma hasta la Avenida de Las Palmas en Lomas de Chapultepec se hayan secado.

Los íconos que facilitan el tránsito en el Metro y Metrobús de la Ciudad de México hacen alusión a lugares donde se encuentran las estaciones.

La de Xola es una de las más conocidas, con una palmera como símbolo, tanto en el Metro como en el Metrobús, que hacen referencia a los centenares de ejemplares que hay en la avenida y en el resto de la alcaldía Benito Juárez. Pero esta imagen, representativa de la zona por décadas, se ha transformado en el último par de años y está a punto de ser víctima un cambio inevitable.

El problema, grave en materia de biología, se ha convertido en un reto para la identidad urbana y la seguridad.

La plaga de las palmeras

Las palmeras de la Ciudad de México han muerto de manera rápida y masiva por causas que han sido ampliamente estudiadas, pero de las que no hay información definitiva.

La teoría más certera, analizada por la Universidad de Chapingo, indica que se trata de un hongo (Nalanthamala vermoesenii) que causa la pudrición y muerte de los ejemplares.

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“Este hongo ya se conoce en otros lados del mundo y es la primera vez se registra en México. Se empieza a infectar la palma por dentro, la seca, y con el tiempo vamos a ver que las hojas se empiezan a hacer cafés y se caen (…) quedan con muy pocas hojas arriba y ya no hay manera de salvarlas”, explica Diego Villar Morales, biólogo especialista en palmas en México.

No se tiene certeza de cómo la plaga llegó al país, pero se ha estudiado que la manera en la que se trataron los primeros casos ha influido en el contagio. El especialista indica que el hongo se ubica en la tierra y de ahí se pasa a la planta, pero también labores de poda que se realizan sin limpiar tijeras o machetes hace que se infecten todas las que fueron tocadas por el mismo instrumento.

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La manera en que las autoridades del gobierno de la Ciudad de México han gestionado las palmeras muertas ha hecho que también se conviertan en un foco de transmisión. Villar Morales comenta que cuando una de las plantas se seca, se debe quitar de inmediato, y tirar o quemar en un sitio controlado, ya que si las partes contagiadas tocan a otras, también se pueden infectar.

En la alcaldía Benito Juárez, las palmeras secas de avenidas principales como Universidad, llevan aproximadamente seis meses en el mismo lugar. La alcaldía realizó el corte de algunas de las hojas que se estaban desprendiendo, pero las demás siguen plantadas. Obras por Expansión, buscó a la alcaldía y a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, ya que a mediados de 2023 dieron a conocer una estrategia de tala y reemplazo de al menos 150 ejemplares en la Benito Juárez que no se ha llevado a cabo, pero no hubo respuesta al cierre de este artículo.

En 2021, la Sedema informó que en la capital hay alrededor de 12,000 ejemplares de los que 30% estaban infectados, pero desde entonces no ha habido actualización de las cifras ni del avance de la estrategia de poda.

Aunque la situación de las palmeras parece fatídica, sí se pudo prevenir. Villar Morales detalla que a través de inyecciones de fungicidas y un monitoreo constante, las palmeras, con más de 80 años en la CDMX, podrían haber seguido con vida.

“Esto no se hizo a tiempo porque estos hongos actúan muy muy rápido. En cuanto la palma se empieza a infectar, en cuestión de dos meses, tres meses la infección es muy severa. Y como son palmas muy altas es difícil subir a ver qué está pasando, porque los primeros síntomas se ven en las hojas. Se debe subir y monitorear cada semana, pero eso realmente no se hace”, menciona.

En algunas zonas de la Ciudad de México se perdió la batalla contra el hongo y los ejemplares fueron reemplazados. La icónica palma del Paseo de Reforma se cambió por un ahuehuete y en Polanco se han buscado especies locales para reemplazar a las que han sido taladas. En la alcaldía Benito Juárez todavía no se emprenden acciones definitivas al respecto.

La transformación de la identidad urbana

 

Las palmeras comenzaron a adornar la Ciudad de México a mediados del siglo pasado, alrededor de la década de los 40, traídas por Fernando Casas Alemán, uno de los regentes de la Ciudad de México.

“Muy inspirado por lo que vio en la ciudad de Los Ángeles, en California, con muchas palmeras en las avenidas principales, él quiso implementar lo mismo porque todavía la Ciudad de México estaba en pleno desarrollo, muchísimas colonias estaban detonando. La Benito Juárez estaba en un proceso total, la del Valle, la Narvarte, la Portales, y él pensó que las palmeras embellecen y dignifican mucho el trazo urbano”, explica María Bustamante Harfusch, presidenta de FundArqMX.

Fue así como se volvieron un ícono de avenidas como Xola y Doctor Vértiz. Para quienes empezaban a poblar la zona, agrega la arquitecta, fue toda una proeza impresionante, ya que las palmeras se traían de África y tuvieron un crecimiento sano y rápido.

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“Generaron un impacto porque una palmera tiene una presencia muy distintiva, diferente a de otros árboles, pues se vuelven como una especie de columnas, marcan un ritmo. Tienen una presencia muy fuerte en un camellón o en una avenida. Formó una imagen de la ciudad que nunca antes se había tenido y fue un orden, dio ejes y remates compositivos de la traza urbana que le dieron importancia o relevancia. Una especie de identidad, de decir ‘yo vivo en la calle de las palmeras’”, dice Bustamante.

El resultado hizo que su implementación continuara durante las siguientes dos décadas en el resto del Valle de México a pesar de no ser una especie endémica. Pero desde 2021, en todas las palmeras de la región se comienzan a ver afectaciones de la plaga, con troncos sin hojas o con el follaje completamente seco, lo que también lastima la imagen urbana.

La arquitecta dice que en algunas zonas se han plantado otro tipo de palmas, pero estas también se han contagiado, por lo que la solución más factible es poner otras especies, aunque eso implique perder el icónico lenguaje visual.

“Significa ya mantenerlas en la memoria, en un recuerdo, en anécdotas. De pronto a lo mejor se podrán ver en novelas, libros o películas de algo que ya fue y no volverá a ser (…) Me imagino que también al paso del tiempo el símbolo del metro o la palma que estaba también en Paseo la reforma se va a olvidar, se va a decir que en los años 60 habían palmeras. Después cambiaremos a un nuevo glifo, a un nuevo nombre identitario”, agrega la fundadora de FundArqMX.

“Estábamos parados en el semáforo, sopló el aire y para abajo cayó todo. No venimos muy seguido para acá, pero ahorita ya se nos acercaron para contarnos que nada más vinieron, cortaron, pero no quitaron bien las palmeras”, dijo Eduardo Zuleta después del accidente.

Su plan fue llamar al seguro del vehículo, que los atendió sin problemas, y después ponerse en contacto con la alcaldía, aunque consideran que no van a hacer caso de su solicitud, al conocer que el estado de las plantas ha sido el mismo durante meses.

“Quiero ver si la alcaldía se hace cargo, pero no creo. Va a ser un tema muy embrolloso, pero no creo que hagan algo a la rapidez”, dijo el afectado.

“Les pediría terminar el trabajo que están haciendo. Es un trabajo no terminado, si ves que está seco el árbol, lo retiras. Ahorita pasó en el coche, pero si le cae a una persona no sé si lo mate, pero si pudo dañar el parabrisas le puede pasar algo grave”, agregó.

En un ejercicio para hacer un reporte sobre palmeras secas, Obras se puso en contacto con la alcaldía Benito Juárez, sin embargo, se le remitió al Centro de Soluciones de Atención Ciudadana, en donde en múltiples ocasiones respondió una grabadora de voz con la opción de dejar un mensaje, pero el buzón se encuentra saturado, lo que hace imposible levantar solicitudes o quejas.

El futuro

Villar Morales y Bustamante Harfusch coinciden en que el tiempo de las palmeras en la Ciudad de México pudo haber terminado, pero que es necesario que se realice una correcta gestión de las que están secas, así como un reemplazo a especies locales.

“Se requiere que el gobierno ponga muchísimas más atención a las áreas verdes de la ciudad, porque las palmeras son un ejemplo del problema actual, pero pueden pasar muchas cosas más. Se podrían plantar palmeras mexicanas, que son resistentes a los hongos, como la brahea, u otras opciones evitando la flora no nativa”, comenta el especialista el palmeras.

La arquitecta agrega que en estos momentos en donde la temperatura de las ciudades va en aumento, es primordial voltear a ver con atención a los árboles, ya que es probado que reducen el calor y mejoran la imagen urbana.

“Es un tema importantísimo para las ciudades y más en una como la nuestra tan grande, extensa, con tanto concreto, con tantos problemas de contaminación del medio ambiente, del asoleamiento. Los árboles son tan buenos para los habitantes de las ciudades, que me parece absurdo que no sea una partida de las más importantes a nivel urbano en todas las alcaldías”, dice la experta.

 

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