El cultivo intercalado de varias especies vegetales en un mismo terreno sería una técnica prometedora para nuestra vida futura en el planeta rojo.
WIRED.- De las muchas cosas que necesitaremos para vivir en Marte, una seguirá siendo fundamental: la comida. Sin embargo, si en el futuro logramos asentar colonias en el Planeta Rojo, será necesario cultivar y, por tanto, disponer in situ de una fuente fiable de alimentos.
Depender de los envíos de cohetes para satisfacer las necesidades de los futuros colonos sería simplemente muy costoso y arriesgado, por lo que la comunidad científica está explorando distintas maneras de optimizar la agricultura espacial. Las últimas noticias proceden ahora de un invernadero de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), donde los investigadores han demostrado cómo un método, empleado en agricultura y denominado “cultivo intercalado”, parece mejorar el rendimiento de las cosechas en el suelo marciano (desde luego, simulado). Los detalles del estudio se publicaron en Plos One.
Qué son los cultivos intercalados y cómo funcionarían en el suelo de Marte
El término “cultivo intercalado” se refiere a una técnica que implica sembrar simultáneamente plantas de distintas especies que poseen propiedades complementarias y, por tanto, se ayudan mutuamente a crecer, optimizando el uso de los recursos, incluidos el agua y los nutrientes.
En este caso, los investigadores plantaron juntos tomates, guisantes y zanahorias en un regolito marciano simulado, es decir, un suelo desprovisto de materia orgánica desarrollado por investigadores de la NASA, que se ajusta casi a la perfección, tanto física como químicamente, al suelo marciano real. A continuación, añadieron bacterias y nutrientes y controlaron los gases, la temperatura y la humedad del interior del invernadero para recrear las condiciones esperadas en una instalación similar en suelo marciano. “Marte está muy lejos. Un vuelo actual llevaría unos nueve meses”, declaró a Reuters Wieger Wamelink, coautor del estudio y especialista en ecología vegetal de la Universidad de Washington. “Si quieres vivir allí, tendrás que cultivar localmente. Nuestro principal objetivo es aprovechar al máximo los recursos del lugar”.
El éxito de las tomateras de cultivos intercalados “en Marte”
En análisis posteriores, el equipo observó que los tomates cultivados de este modo habían producido aproximadamente el doble que los que crecían solos en el mismo suelo marciano simulado. Además, los frutos eran de mayor tamaño y las plántulas florecían y maduraban antes. Posiblemente, especulan los investigadores, las tomateras se beneficiaron de la proximidad de las plantas de guisantes, ya que se sabe que estas últimas son expertas en convertir el nitrógeno del aire, con la ayuda de bacterias añadidas en el suelo, en un nutriente clave.
En cambio, la producción de guisantes y zanahorias no aumentó. “Dado que se trata de una investigación pionera, en la que es la primera vez que se aplica esta técnica de cultivo intercalado a la agricultura espacial, realmente no sabíamos qué esperar”, comentó la astrobióloga y autora principal Rebeca Gonçalves. “Y el hecho de que funcionara verdaderamente bien para una de las tres especies fue un gran hallazgo, sobre el que ahora es posible desarrollar nuevas investigaciones”.
La combinación adecuada de cultivos
Las cosechas de guisantes no mostraron ningún cambio, mientras que las de zanahorias disminuyeron de forma estadísticamente significativa. Ahora, sugieren los investigadores, solo es cuestión de encontrar la combinación adecuada. “Es muy importante cómo se seleccionan las especies que se van a mezclar, porque el tomate se benefició de los guisantes, pero la zanahoria definitivamente no”, concluyó Wamelink. “Esto se debe probablemente a la falta de luz. De hecho, las plantas altas de tomate y guisantes superaron a la de zanahoria quitándole luz”.
Hay que señalar que ninguno de los investigadores comió las verduras cultivadas en el suelo marciano simulado porque tenían que someterse a ciertas evaluaciones. “Probamos una cosecha anterior, que incluía tomates”, concluyó el experto. “Los marcianos me parecieron más dulces que los terrestres”.