Un recorrido por el ICE

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Sácame de aquí, Libertad, Soy Jeffrey de República Dominicana, tengo ocho meses secuestrado aquí, gritaban migrantes del mundo que se encuentran retenidos en el Centro de Procesamiento y Retención de Operaciones de Ejecución y Expulsión del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE ERO, de El Paso, Texas. Periodistas del mundo, realizaron un recorrido por las instalaciones de este sitio que aseguran no es una cárcel, sin embargo, hombres y mujeres están detenidos ahí, contra su voluntad.
Debido a las gestiones realizadas por la asociación no gubernamental Inquire First, Mg Radio, junto con otros medios de comunicación de Venezuela, Colombia, Honduras y México, fueron recibidos por autoridades que se encargan de manejar este tipo de sitios donde detienen a los migrantes para después repatriarlos.
Ángel Garite, asistente director de las instalaciones de este ICE, junto con la directora general de Inmigración y Control de Aduanas de El Paso, Texas y Nuevo México, Mary de Anda Ybarra, recibieron a la prensa contando que cuentan con centros de detención de este tipo en la zona, uno que se encuentra ubicado en El Chaparral, Nuevo México y que cuenta con mil camas, dos más en Alburquerque, y uno en Nuevo México con capacidad para 750.
No se permitió el acceso con ningún dispositivo tecnológico, solamente lápiz y papel eran aliados para los comunicadores que conocieron este sitio. Lo primero que se observa al llegar al lugar, es un estricto control de seguridad hay que pasar por muchos, lo primero los arcos de detectores de metales, entregar las credenciales de los diferentes medios de comunicación a los encargados de la seguridad interna.
Estos lugares hacen cumplir las leyes de inmigración de Estados Unidos en, dentro y más allá de sus fronteras. La labor es crítica para la aplicación de las leyes migratorias contra aquellos que presentan una amenaza para la seguridad nacional, para la seguridad pública o quienes de otra manera socavan la integridad de su sistema migratorio.
Las operaciones se dirigen contra amenazas para la seguridad pública, tales como extranjeros delincuentes condenados y pandilleros, como también individuos que de otra manera han violado las leyes migratorias de la nación, incluyendo aquellos que reingresaron ilegalmente al país tras ser removidos y fugitivos de inmigración ordenados a ser removidos por jueces federales de inmigración.
Gestiona todos los aspectos del proceso de aplicación de leyes migratorias, control migratorio, incluyendo identificación y arresto, transporte doméstico, detención, gestión de fianzas y libertad supervisada, inclusive alternativas a la detención. Además, remueve a extranjeros ordenados a ser removidos de Estados Unidos a más de 150 países alrededor del mundo.
Lo que se explicó fue que, tras las operaciones de la Patrulla Fronteriza, procesan, expulsan aceleradamente y revisan los casos de quienes piden asilo. En el caso específico del sitio visitado, solo hay mujeres y hombres; no hay menores de edad.
Aunque se insistió “no es un centro penal, es un lugar para ir con el juez de inmigración y seguir con el proceso y coordinar su repatriación”, lo visto está muy lejano a lo dicho. Quienes llegan ahí sin récord criminal, duran 45 días, pero en el recorrido muchos gritaban que tenían hasta ocho meses privados de su libertad. En estos sitios se da la expulsión acelerada que puede ser en las 48 horas de estancia de los migrantes, aunque hay algunos que duran hasta dos semanas porque pelean sus casos de asilo político. Todo depende de las naciones de las que provienen, porque a los que son de Somalia los pueden tener de 90 a 180 días y los dejan salir con supervisión.
Es un espacio rodeado de mallas metálicas, custodiado por todos lados, lo primero que se ve es un grupo de hombres vestidos de color naranja que juegan en unas canchas de básquetbol, no se pudo interactuar con ellos, solo estaban a la lejanía, pero nos gritaban algo difícil de comprender.
Afuera de uno de los salones, presentaron a la hermana Marrufo quien explicó que el ICE ERO de El Paso, Texas, es una de las instituciones más antiguas, pues fue creada en 1966. Ella tiene una función primordial en el lugar, que es apoyar con los servicios religiosos, de meditación, pero también de apoyar con asesoría jurídica externa y con el idioma inglés.
Luego revisamos el Centro de Salud, un espacio pequeño con consultorio, espacio dental, no se pudo ver si había camas. Se quedó clavado en la mente que, aunque las mujeres sufren agresiones sexuales en su trayecto migratorio no lo denuncian por pena y se hace difícil su atención, detalló el médico Amezaga.

En las cifras oficiales que tiene el ICE ERO en su pagina web reporta que en un día común tienen bajo custodia a 50 mil 165, 453 órdenes de retención presentadas, 98 arrestos de prófugos, 20 órdenes penales efectuadas, 392 arrestados, 337 extranjeros delincuentes arrestados, mil 400 extranjeros fichados o ingresados a detención, se gastan 761 mil 644 dólares en cuidado de salud para detenidos, se dan 732 remociones, hay 476 extranjeros delincuentes removidos, 7 vuelos fletados y 15 conocidos o presuntos pandilleros.
Otra de las notoriedades, fue que muchos portaban uniformes de distintos colores, es la forma de clasificarlos, los que portaban los overoles rojos son personas con delitos calificados, los de color naranja tenían récord criminal o faltas administrativas, los de azul marino eran de baja peligrosidad, los de color blanco, café y amarillo, son migrantes que les permiten realizar trabajos en la cocina y las instalaciones, a cambio les dan una retribución económica simbólica de un dólar.
En 2023 el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó y promulgó la ley SB4 con tres normas que endurecen el trato a los inmigrantes. Creó un mecanismo que permite deportar a los inmigrantes al país desde donde hicieron el cruce irregular, en tanto que gobierno de la República Mexicana ha rechazado esta ley, sin embargo, poco importa, estos sitios están ahí con toda frialdad.
Llegamos a la sala de detención que como secreto a voces todos conocen como congeladora, permitieron que las observáramos desde una ventana, es una sala metálica, donde hay bancas, una pequeña pared donde al parecer del otro lado, había un escusado, explicaron que ahí, las mujeres se colocan ropa fresca, cuentan con artículos de higiene personal y se sientan para esperar algún tipo de asistencia. En la pared, hay un letrero con los diversos idiomas para que señalen el que reconocen como suyo. En estas salas de detención pasan de entre 6 a 12 horas.
Mg Radio, cuestionó sobre la garantía a los derechos humanos de las personas que llegan ahí, pues había una sobreexposición de quién cayera en esta congeladora. Todo se ve, como si fueran ratas de laboratorio. Aseguraron que los viernes son visitados por organizaciones no gubernamentales y además se ofrecen servicios de abogacía. Entre 5 o 6 veces al año, recurren a organismos que los ayudan a cumplir con los estándares de calidad necesarios pues tienen que contar con acreditación de Centros Correccionales, de derechos humanos, civiles y son auditados constantemente.
Caminando por los pasillos de este lugar, veíamos a sujetos que nos vigilaban, nos escoltaban y no eran de seguridad, uno muy característico fue un hombre hispano que traía saco azul marino metálico, pantalón de mezclilla blanco, botas puntiagudas y un sombrero. De esos que pareciera alcanzaron el sueño americano y ahora son grandes empresarios; algunos hasta supusieron que era el dueño de este centro de retención porque caminaba y ordenaba por la zona de manera muy familiar, siempre atento a nuestros pasos.
Y es que cabe añadir que se sabe que estos espacios en Estados Unidos han resultado un negocio muy lucrativo debido a que el gobierno americano empezó a subcontratar el manejo del sistema penitenciario a empresas desde los años 80. Se sabe que encarcelamientos masivos garantizan un crecimiento de la industria cuyo mercado más grande ahora es la población inmigrante indocumentada.
Este tipo de contratos se dice llegan a ser multimillonarios porque se hacen cargo de todo el período de encarcelamiento del detenido, incluyendo el transporte, la alimentación y cuidados médicos. Se llega a asegurar que al año se cobran 60 mil dólares por cada preso convirtiendo al indocumentado en un tema lucrativo más que un fenómeno social o humano.
Otra de las áreas que visitamos fue el comedor y la cocina donde se informó que preparan dos mil 400 alimentos al día, primero se alimenta a los hombres y luego a las mujeres, con este dato, se puede deducir que hay alrededor de 800 migrantes en este centro penitenciario. Se afirmó que se les dan cinco menús, que indican los nutriólogos. Solo una vez al año se permite que el Consulado Mexicano les lleve tamales y pozole -en navidad-. Pero en general afirmaron que llegan a tener en su dieta, fajitas, tortillas, arroz, papas y sándwich.
Aquí se aseguró que a quienes trabajan en este espacio por 40 horas a la semana reciben un dólar por día, con lo que ganan, pueden comprar alguna golosina o mandar correo.
Permitieron el paso al dormitorio 14, un espacio grande, donde hay camas individuales a modo de literas, todas de fierro, solo tienen un colchón con una sábana blanca, no sé observan cómodas, o mesitas para poner un vaso de agua. Hay casilleros, unas mesas de frio metal para convivencia. En la pared cuelgan algunas tablets y teléfonos desde donde hacen videollamadas con sus abogados, que, por cierto, le cobran a cada una de ellas en 6.07 dólares las llamadas locales y 6.35 dólares las llamadas internacionales, los mensajes salían en 1 dólar con 20 centavos.
Se les escuchaba hablar en español, convergían ahí diversas nacionalidades, también edades. Se indicó que se les permitía ver alguna película y hacer algún tipo de actividad deportiva en las canchas.
El grupo de reporteros entramos y las observamos como si fueran objeto de museo, no se podía interactuar con ellas, algunas lloraban desconsoladamente y aunque queríamos brindarles auxilio, no fue posible porque no se les consultó nuestra visita, según dijeron. Aunque parecía que las habían amenazado para que no hablaran de nada, sus ojos hablaban por su vox. Solo las saludamos “buenas tardes” y ellas observaban a los de seguridad con cierta temerosidad.

Los hombres y mujeres que están detenidos, tienen derecho a cuatro horas de recreación al día, incluso pueden ir a la librería que esta abierta de 7 a 10 de la noche y según su clasificación tienen permiso para ingresar. Allí, hay computadoras donde tienen acceso a libros y algunos cursos de capacitación para navegar en la red. En los anaqueles se veían más textos religiosos, pero también novelas como Ana Karenina del ruso León Tolstói, uno se pregunta sí la trágica historia de la joven aristócrata casada con un alto funcionario y que decide dejarlo todo por un romance con un militar, les es de ayuda en ese mundo de encierro.
Hay literatura de diversos idiomas que son donados y que no pueden incluir violencia sexual o relatos de escape, se pueden descargar libros de cursos de cocina, entre otros.
Entre dormitorios y algunas áreas comunes se ven algunas salas de corte de cabello, los propios internos realizan esta actividad, tienen permitido darse tijeretazo, pero nada exótico.
Las escalofriantes cifras de este tipo de sitios, indican que el 90 por ciento de los recluidos que piden asilo en Estados Unidos de América, no son elegibles porque están migrando por razones financieras y por la pobreza que hay en sus países.
Además de que el 70 por ciento de los repatriados tienen un antecedente penal tanto en la Unión Americana como en su país. Calculan que en este fin de año en ese lugar específico habrá una deportación de 38 mil 190.
En la llegada solo había silencio, conforme avanzábamos en sus pasillos, se oían gritos, y los jóvenes adultos se colocaban en las ventanas con mucha ansiedad, cada paso que dábamos era de horror y dolor, porque de nueva cuenta, la migración mostraba otro de sus rostros más crueles. Los que no reportan los indocumentados cuando logran su sueño americano, haber estado ahí, donde dicen que no es cárcel, pero donde todos están tras una ventana, una puerta o una malla metálica.

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