Pobreza en Latinoamérica y el Caribe en niveles superiores a los de 2014: Cepal

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Forbes.- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que la región se encuentra en una crisis de desarrollo y una de sus principales manifestaciones se ve reflejada en la pobreza, que si bien está ligeramente por debajo del mínimo registrado en 2014, la pobreza extrema se encuentra en un nivel superior al de ese año, profundizada por la pandemia por Covid-19.

De acuerdo con el estudio “Panorama social de América Latina y el Caribe 2024”, en la región la pobreza se redujo de manera sostenida de 1990 a 2014 de 51.2% a 27.7%, pero su reducción se atenuó a partir de entonces y aumentó con la pandemia. En 2023, alcanzó un nivel ligeramente inferior a la del año 2014 (27.3%) que, sin embargo, es el nivel más bajo desde que hay registro comparable.

“Una cosa es decir que es el nivel más bajo desde que hay registro pero lo otro es entender que hay dos grandes periodos. Uno es de 1990 a 2014, cuando la reducción fue de, prácticamente, un punto por año en la pobreza, pero que luego aumentó y aumentó en 2019”, dijo el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Durante la presentación del estudio, añadió que la pobreza extrema aumentó con la pandemia a 13% y disminuyó a 10.6% en 2023, pero aún se encuentra por encima del 8.6% del 2014; además, persiste la alta desigualdad de ingresos, medida por el Índice de Gini, pues en 2023 no presentó cambios significativos respecto a 2022.

Ante este panorama, el Director de Desarrollo de la Cepal, Alberto Arenas, aseguró que para avanzar en la erradicación de la pobreza se requiere establecer un estándar de inversión social para la protección social no contributiva que se ha propuesto entre 1.5% y 2.5% del producto interno bruto (PIB) o entre 5% y 10% del gasto público total.

Para avanzar en la erradicación de la pobreza extrema en 2030, se requieren recursos financieros equivalentes a 1.5% del PIB o 6% del gasto público total de los gobiernos centrales de la región, destinados a los programas de protección social no contributiva.

Sin embargo, en promedio, en 2022 los ministerios de desarrollo social de 20 países de la región gastaban en la protección social no contributiva 0.8% del PIB o 3% del gasto público total. Para alcanzar en 2023 el Objetivo de Desarrollo Sostenible 1, se requiere una expansión del gasto social destinado a la protección social no contributiva de 0.1% del PIB por año.

Crisis del desarrollo

En este contexto, la Cepal advirtió que está situación ocasiona que América Latina y el Caribe se encuentre en una crisis del desarrollo que se expresa en tres trampas: baja capacidad para crecer; alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social; y baja capacidad institucional y gobernanza poco efectiva.

Para salir de las tres trampas de desarrollo, aseguró, el desarrollo social inclusivo es fundamental, entendido como el proceso económico y social que permite que las personas alcancen una vida libre de pobreza y un  nivel de bienestar basado en un crecimiento  económico alto, sostenido, inclusivo y sostenible,  con la garantía del ejercicio de derechos, abordando  las brechas y desigualdades sociales.

El organismo dependiente de Naciones Unidas aseveró que la ampliación de los sistemas de protección social y el Estado de bienestar es una de las 11 transformaciones indispensables que ha planteado la CEPAL en el modelo de desarrollo para avanzar hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible.

Otras transformaciones relacionadas son: la educación universal efectiva y la formación profesional; el avance hacia la igualdad de género y la sociedad del cuidado; y  la reducción de la desigualdad, el aumento de la movilidad y la cohesión social.

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