Estos vehículos, que cuestan entre 4,000 y 19,000 pesos según capacidad, tamaño y diseño, se han convertido en una solución de movilidad urbana asequible.
Expansión.- Hace unos años, caminar por el Eje Central Lázaro Cárdenas, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, era adentrarse en un bullicioso corredor dominado por locales de reparación de celulares. Hoy, la escena ha cambiado drásticamente: los scooters, bicicletas y motocicletas eléctricas de manufactura china se han convertido en los nuevos protagonistas.
La transformación es evidente en el tramo de Lázaro Cárdenas que va de Izazaga a Madero, donde al menos cinco locales dedicados a estos vehículos han abierto sus puertas en lo que va del año. Esta tendencia refleja no solo un cambio en el paisaje comercial, sino también una respuesta a la creciente demanda de movilidad alternativa en la ciudad.
Vanesa, trabajadora de uno de estos locales ubicado en Lázaro Cárdenas 94, explica que hace poco más de un mes el negocio migró de la reparación de dispositivos electrónicos a la distribución de vehículos eléctricos de la marca china Yongkang Seedream. “Por lo menos vendemos una motocicleta al día. Ahorita muchos están viniendo a preguntar, y dentro de dos semanas tendremos más de 20 modelos. Todo llega de China en piezas y nosotros lo ensamblamos aquí”, comenta.
A unos metros de este establecimiento, un negocio con toldos que anuncian “China Market” exhibe motocicletas eléctricas junto a utensilios de cocina y mascarillas. “Nos acaban de llegar. Aún no tienen precio, pero sabemos que traerán más”, señala una empleada.
Los precios de estos vehículos varían entre los 4,000 y los 19,000 pesos, dependiendo de su capacidad, tamaño y diseño. La mayoría son recargables mediante corriente eléctrica convencional, una característica que los hace atractivos para usuarios que buscan opciones económicas y sostenibles de transporte urbano.
El auge de los scooters eléctricos no es exclusivo de la Ciudad de México. A nivel mundial, el mercado de estos vehículos alcanzará un valor estimado de 1,030 millones de dólares en 2023 y podría crecer a 1,400 millones para 2029, según la consultora Mordor Intelligence. Este crecimiento, a una tasa anual compuesta de 6.43%, se debe principalmente a la expansión del mercado en Asia-Pacífico, donde se encuentran los principales fabricantes, como Zhejiang Luyuan Electric Vehicle.
La proliferación de estos vehículos responde a la necesidad de soluciones prácticas ante el congestionamiento vial, así como a la demanda de transporte en zonas donde el transporte público es limitado.
¿Oportunidad o desafío?
Aunque estos vehículos representan una opción accesible y eficiente, su rápida masificación plantea retos en términos de regulación y seguridad vial. Bernardo Baranda, director para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), advierte que este crecimiento debería ir acompañado de normativas claras.
“Es un fenómeno que se ha masificado y nos debe preocupar, pero sobre todo ocupar, por cuestiones de seguridad vial y del desorden que ya estamos viviendo en las calles”, comenta Baranda.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Fabricantes e Importadores de Motocicletas (AMFIM) subraya la importancia de un uso responsable. Aunque muchos de estos vehículos no son considerados motocicletas por su potencia, el organismo hace un llamado a los usuarios a respetar medidas mínimas de seguridad, como el uso de casco y el respeto a los límites de velocidad. Sin embargo, admite que no existe un registro formal que permita dimensionar el tamaño de este mercado en México.
La llegada de estos vehículos eléctricos no se limita al Eje Central. En avenidas como Izazaga y calles peatonales como Génova, la oferta de scooters y motocicletas se ha vuelto una constante, marcando un cambio significativo en el comercio del Centro Histórico.