Desde el sexenio de AMLO, la política de prevención de adicciones se ha centrado en la difusión de una campaña publicitaria, sin que se compruebe su impacto y resultados.
Expansión.- Entre 2019 y 2024, el gobierno federal ha invertido alrededor de 86.8 millones de pesos en la difusión de una campaña de comunicación para prevenir el consumo de drogas, especialmente de fentanilo. Sin embargo, la Secretaría de Salud y la extinta Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) no han comprobado el impacto de la campaña y su aporte para atender esta problemática.
A pesar de esa falta de información, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que compartirá esta campaña con Donald Trump como una prueba del trabajo que realiza México para evitar el consumo del opiáceo sintético, que tiene en una emergencia sanitaria en Estados Unidos, país al que el 20 de enero llegará a gobernar por segunda ocasión.
La mandataria federal informó que esto lo habló con el presidente electo estadounidense en la llamada telefónica que sostuvieron el 27 de noviembre, después de que Trump amenazara con imponer nuevos aranceles a los productos mexicanos si el gobierno de Sheinbaum no controla la migración centroamericana y el tráfico de fentanilo.
La presidenta detalló que en esa conversación Trump le preguntó si México tenía un problema de consumo de fentanilo, a lo que ella respondió que era muy poco, lejos de lo que se registra en Estados Unidos, donde alrededor de 70,000 personas fallecen cada año por sobredosis por el uso de fentanilo.
“Me preguntó si en México teníamos problema de consumo. Le dije que realmente era muy poco. Me preguntó: ‘¿Por qué?’. Y le dije: ‘Pues, dos temas: Uno, las familias mexicanas nos cuidamos entre nosotros, somos muy unidos en nuestras familias y nos protegemos’”, narró la presidenta.
“Pero, además, le platiqué que el presidente (Andrés Manuel) López Obrador hizo una campaña masiva de comunicación en las escuelas y en los medios de comunicación. Y le dije: ‘La campaña se llama El fentanilo mata’”, agregó en una de sus conferencias diarias.
Sheinbaum mencionó que a Trump le interesó esta campaña y le solicitó que le enviaran lo que se hizo en la administración pasada para controlar el uso y tráfico del fentanilo, lo que cumplió el canciller Juan Ramón de la Fuente.
Una campaña estigmatizante
La campaña que menciona la presidenta forma parte de la Estrategia Nacional para Prevenir las Adicciones (ENPA), presentada oficialmente el 5 junio de 2019, durante el sexenio de López Obrador.
Sin embargo, organizaciones de la sociedad civil han señalado que los spots son estigmatizantes y no se centran en la atención al consumo ni en la reducción de daños, pese a que el gobierno de López Obrador inició con la promesa de dejar atrás el modelo prohibicionista.
En el spot “El fentanilo mata”, dirigido a las escuelas, se advierte a las y los jóvenes sobre los peligros de consumir esta sustancia. Se dice que es tan adictiva desde la primera toma que quienes la distribuyen de manera ilegal la agregan a otras drogas para generar más demanda. Sin embargo, en las imágenes con las que se ilustran sus efectos, se puede observar a jóvenes en situación de calle, lo que podría criminalizar la pobreza y otras circunstancias no necesariamente vinculadas al consumo de drogas.
La narrativa sobre el consumo de sustancias que se comparte en escuelas y dependencias de gobierno ha sido estigmatizante históricamente, pero es necesario abordar este problema desde una visión humanista y no prohibicionista, explica Romina Vázquez, coordinadora de vinculación e incidencia en CE Libre. Esta asociación de reciente creación promueve la implementación en México de políticas de reducción de daños.
“Las drogas están entre nosotros, podemos decidir si consumirlas o no. Pero lo que no está bien es juzgar, encasillar y poner etiquetas”, menciona en la presentación de la asociación.
Campaña, sin meta concreta
De acuerdo con dos auditorías a esta estrategia, realizadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en los ejercicios fiscales 2019 y 2021, la estrategia de prevención de adicciones no se estableció como parte de algún objetivo, ni se asoció a ninguna meta concreta.
La Secretaría de Salud y la entonces Conadic señalaron que la campaña era necesaria porque el alto consumo de sustancias era causado por la falta de difusión de materiales de prevención y atención a las adicciones, por la “desintegración familiar, el exceso de oferta de sustancias adictivas; la deserción escolar; la alta marginación, y la discriminación”.
“Sin embargo, la Conadic no acreditó que la definición del problema se sustentara en un diagnóstico previo, con evidencia confiable”, expuso la ASF en la auditoría 176 de 2019 .
Por el contrario, detalló, las campañas contra las drogas que promueven la estigmatización y la discriminación de los usuarios provocan una actitud de rechazo y desaprobación hacia dichas personas, pero no necesariamente reduce el consumo.
Aldó Contró, presidente de CE Libre, coincide en que falta evidencia en México para el diseño de las políticas de atención a las adicciones.
“Las prohibiciones se aplican sin evidencia científica”, subraya. “Los gobiernos toman decisiones que les permiten salir de las presiones en el corto plazo”, agrega.
Más allá de las campañas, lo que ha impedido que México prevenga realmente las adicciones y las atienda, es la falta de programas suficientes y adecuados para ese fin y la carencia de recursos humanos capacitados para la atención de la población con problemas de adicción, así como la insuficiencia de recursos financieros.
De acuerdo con la ASF, de 2007 a 2014 los recursos destinados a la prevención y atención de adicciones presentaron un aumento, pero a partir de 2015 descendieron de manera constante.
El presupuesto ejercido en 2019, de 1,400 millones de pesos fue inferior en 11.5% al de 2013. En 2024, el gasto aprobado fue de 1,642 millones de pesos. En términos reales, sería 39% menor al de 2013.
Además, en 2019, las dependencias operaron sin presentar la actualización de la norma de prevención y atención integral del consumo de sustancias.
“Por lo que la política operó con una norma desactualizada”, apuntó la ASF.
… Y sin comprobación de resultados
Las revisiones de la ASF arrojan que en 2019 la Conadic, por cada proveedor, se comprometió a la difusión de entre tres y 16 materiales de arte visual en medios digitales, así como un spot de radio para ser emitido en 210 ocasiones. Sin embargo, no acreditó los contratos suscritos para la elaboración del arte visual difundido en medios digitales, ni la producción del spot de radio, “por lo que se desconoce su costo y los proveedores responsables de su elaboración y producción”.
De 63 materiales de arte visual acordados para ser difundidos como publicidad en sitios web, se contó con evidencia de la difusión de 62 (98.4%), y para uno de los proveedores sólo se proporcionó evidencia de la difusión de tres de los cuatro materiales acordados. Se estableció, además, que la difusión tendrían un alcance de 43.7 millones de personas.
“Conadic no acreditó las métricas de alcance señaladas en los contratos, requeridas para identificar el número de personas”
No acreditó que la cobertura de la campaña fuera nacional ni el cumplimiento del objetivo de la difusión de los mensajes.
“Tampoco se presentó evidencia documental de la entrega de los spots en sus diferentes versiones al prestador de los servicios para su difusión”, expone la ASF en la auditoría 67 de 2021 .
La epidemia que sí: metanfetaminas
Según datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, el consumo de fentanilo en México está lejos de alcanzar los niveles de Estados Unidos, aunque su uso continúa en aumento, sobre todo en los estados del norte del país.
En los últimos 10 años, la demanda de tratamiento médico por consumo de fentanilo pasó de cinco casos en 2013 a 518 en 2023, de acuerdo con información de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama).
En contraste, el consumo de metanfetaminas es el mayor en el país, pues de las 180,000 consultas médicas por uso de drogas en 2023, 49% fue por metanfetaminas.
Sin embargo, México se ha quedado rezagado en la atención del consumo de sustancias y, pese a la epidemia de metanfetamina, en México es limitado el acceso a medicamentos indicados para prevenir sobredosis fatales, como la naloxona.
“Lo estamos viendo en la frontera: la gente que cae en sobredosis no tiene acceso a la naloxona y puede morir por una sobredosis”, lamenta Clara Fleiz, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Sin datos nuevos sobre consumo
Aunque el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones publica cifras sobre la atención médica a personas usuarias de drogas, desde hace ocho años no se actualizan los datos sobre el consumo de sustancias en México.
México necesita una política de drogas sustentada en datos confiables”,
Fue en 2016 cuando se levantó por última vez la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat). Tras la exigencia de activistas y organizaciones de la sociedad civil, la Secretaría de Salud y la Conasama anunciaron la realización de un nuevo sondeo.
El levantamiento de información en campo de la Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones (Enasama) 2023-2024 inició el 30 de octubre del año pasado y concluyó en mayo de 2024.
“El siguiente paso consiste en el procesamiento y estandarización de los datos de la Enasama por parte del Conahcyt, que llevará a cabo el análisis estratégico, con el objetivo de integrar un informe público”, se informó.
Sin embargo, el año está a punto de terminar y no se han difundido los resultados de la encuesta. Incluso, en 2023 México Unido contra la Delincuencia (MUCD) ganó un amparo que ordena a las autoridades retomar la encuesta de consumo de drogas. En mayo de 2024 se refrendó esa resolución, pero el gobierno sigue sin publicar los datos.