El suicidio es un problema de salud pública que, lamentablemente, tiene una tendencia a aumentar, debido a la individualización de la sociedad y al aislamiento provocado por las redes sociales, comentó el profesor investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), doctor Gustavo Aviña Cerecer.
El doctor Aviña, quien ha investigado esta problemática en San Luis Potosí desde el año 2012, afirma que ha encontrado una tendencia clara de aumento, especialmente en grupos que son más vulnerables y a través de métodos cada vez más letales.
“El suicidio se registra con mayor presencia en personas jóvenes, adolescentes, mujeres y niñas, con medios eficaces, como arma de fuego o ahorcamiento, aunque también se han registrado casos de uso de veneno y otros que no son tan eficaces”, explicó.
Planteó que la conducta suicida obedece, en gran medida, al desconocimiento de las necesidades sociales de los seres humanos, pues la digitalización de la sociedad hace que cada vez sea menos la convivencia directa.
“El llamado está en poner mayor atención y dedicación en visibilizar los efectos de este modo de producción capitalista, egotista e individualista. Considero que esta tendencia es cada vez más extensa y profunda por la individualidad de la sociedad contemporánea”, dijo.
Aviña Cerecer reconoció que la obsesión por las redes sociales es una consecuencia más que deriva en suicidio, al provocar una individualización, de separar lo unido, “éramos un grupo étnico, había comunión entre todos los integrantes, después fue dividido en pequeños grupos, en familias nucleares, también divididas”, comentó.
“La tecnología ha llegado al extremo de dividir al individuo y ahora hablamos de dividualidad; luego está el factor importante a considerar de cómo las redes sociales son un espacio de exposición, al punto de que las personas ven como una necesidad compartir su decisión y acto de acabar con su propia vida”, añadió.
Sin embargo, el doctor en Antropología afirma que existe la posibilidad de detectar esos problemas y dar tratamiento a través de las capacidades blandas o sociales, como la empatía, asertividad, amor propio, fortalecimiento del autocuidado y pensamiento crítico. “Estas deben ser consideradas por la población, pero también por los estudiantes, para adquirir conciencia y tener conocimiento que existe una línea de investigación y terapéutica interesante”, destacó.
“Mi intención es visibilizar toda la dimensión de la necesidad que tenemos del apego, pertenencia, vínculos, de establecer copertenencias para nuestra salud mental, directamente para las cuestiones del suicidio”, finalizó.
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