Crónica.- Este 1 de enero de 2025, se formalizó la creación de la Secretaría de las Mujeres en México, una nueva instancia que tiene como objetivo centralizar y coordinar las políticas públicas relacionadas con la igualdad de género. Este cambio institucional pretende fortalecer la atención y el respeto a los derechos de las mujeres en todo el país.
La Secretaría, que sustituye al Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), se encargará de supervisar la implementación de políticas públicas con enfoque de género e interseccionalidad, además de formular estrategias para prevenir y erradicar la violencia de género. También trabajará en la promoción del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y a acceder al cuidado en diversos ámbitos.
Funciones de la Secretaría de las Mujeres
Entre sus principales responsabilidades, la Secretaría de las Mujeres se enfocará en vigilar la correcta implementación de políticas públicas a nivel federal, estatal y municipal, orientadas hacia la igualdad de género y los derechos humanos. Asimismo, deberá coordinarse con diferentes dependencias del gobierno para garantizar que las acciones y recursos estén alineados con los principios de justicia social y equidad.
La nueva dependencia se presenta como una respuesta a las necesidades de las mujeres en el país, tomando en cuenta las dificultades históricas que han enfrentado para acceder a los mismos derechos y oportunidades que los hombres.
Citlalli Hernández, al frente de la Secretaría
La titular de la Secretaría, Citlalli Hernández, es comunicóloga de formación y actualmente senadora de la República. Su trayectoria incluye diversos roles en el ámbito político y social, siendo electa como diputada local en 2015 y senadora por la Ciudad de México en 2018. A lo largo de su carrera, ha sido militante del partido Morena y activista en movimientos sociales.
Con la creación de esta Secretaría, se busca fortalecer la institucionalidad del Estado en relación con la protección y promoción de los derechos de las mujeres, pero también se plantea un desafío para garantizar que las políticas sean efectivas y respondan a las diversas necesidades de la población femenina en México.
Este paso busca contribuir al avance de la igualdad de género en el país, pero también plantea interrogantes sobre los recursos, la coordinación interinstitucional y los resultados que se puedan obtener en el corto y largo plazo.