
Una biografía revela que Freud pudo exiliarse en México.
ABC.- Este 2025 se cumplen 86 años de la muerte de Sigmund Freud, considerado el padre del psicoanálisis y una de las mentes más influyentes del siglo XX.
Aunque su legado sigue vivo, pocos conocen el drama que rodeó sus últimos años, marcados por el ascenso del nazismo, el exilio forzado y una posible oportunidad de terminar sus días en México o América Latina.
Una biografía titulada “Salvar a Freud”, escrita por Andrew Nagorski, ofrece una mirada íntima y reveladora sobre ese periodo oscuro en la vida del pensador.
Entre los detalles más sorprendentes, se encuentra la posibilidad real de que Freud pudiera haber emigrado a México, Chile o Argentina para salvarse del régimen nazi.
El humor de Freud ante el horror nazi
En medio de la persecución ideológica y racial que enfrentó como judío y pensador liberal, Freud no perdió su agudo sentido del humor. Cuando los nazis promovieron la quema de sus obras, escribió:
“En la Edad Media me hubieran quemado a mí, pero hoy se conforman con quemar mis libros. ¡Eso es un gran progreso!”
Este tipo de frases retratan su carácter resiliente, que según la biografía lo ayudó a enfrentar no solo la persecución, sino también el cáncer de boca que lo aquejó en sus últimos años.
Freud, la Gestapo y el exilio forzado
Freud vivió la mayor parte de su vida en Viena y se negaba a abandonarla, aun cuando el ambiente se tornaba peligroso. Todo cambió cuando su hija Anna fue arrestada por la Gestapo.
La represión escaló: irrumpieron en su casa, confiscaron documentos y el cerco sobre su familia se volvió insostenible.
Fue entonces cuando Freud aceptó que debía huir. En plena lucha contra el cáncer, comenzó a considerar sus opciones.
¿Por qué no eligió México?
Según la BBC, Freud recibió ofertas no oficiales de exilio en México, Chile y Argentina, promovidas por académicos e intelectuales que incluso prometían cubrir sus gastos. Freud, que leía español con fluidez, vio con interés estas alternativas.
Sin embargo, eligió Londres. Ya había estado allí antes y sabía que podría continuar su trabajo intelectual con libertad. Su nueva casa se convirtió en un refugio cultural y hoy es un museo en su honor.
Freud y su decisión por una muerte digna
Ya en Londres, Freud escribió su última obra, “Moisés y el monoteísmo”, mientras su salud se deterioraba. El cáncer avanzaba y el dolor se intensificaba. Fiel a su pensamiento racional, Freud pactó con su médico Max Schur una muerte digna.
El 22 de septiembre de 1939, Schur le administró una dosis de morfina que lo llevó a morir pacíficamente al día siguiente.
Un legado que trascendió el exilio
Freud no murió en México, pero su pensamiento sí cruzó fronteras. Su legado vive en universidades, clínicas y museos de todo el mundo.
Y hoy, 85 años después de su muerte, la pregunta de si pudo haber terminado sus días en América Latina nos recuerda cuán cerca estuvo el continente de acoger a una de las mentes más influyentes de la historia moderna.