La deficiente gestión social que hubo en la pasada administración gubernamental, tuvo como efecto que al menos una veintena de municipios, no tengan en operaciones sus respectivas plantas de tratamiento de aguas residuales.
La amenaza que conlleva esa omisión, atenta contra el medio ambiente.
El hecho de qué no haya plantas tratadoras provoca que el agua esté sucia y contaminada aún así es utilizada por la ciudadanía que hasta llega a consumirla.
Ignacio Segura titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Regional explicó que es conocido, varios municipios, muchos de ellos en la zona Huasteca, realizan sus descargas de aguas residuales, sin tratamiento, en arroyos, ríos, o cuerpos de agua, lo que además del daño ambiental causado, tiene efectos negativos en la salud de personas que consumen después el líquido.
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