Durante la temporada de calor, el término “deshidratación” es empleado de manera común, y describe un estado clínico que resulta de la pérdida de agua, derivada de un consumo insuficiente de líquidos o de la pérdida excesiva de los mismos, por lo que es importante el consumo de líquidos, protegerse de los rayos directos del sol y vestir ropa adecuada que permita la transpiración.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis Potosí señaló que, debido a su peso y sistema inmunológico más frágil, las y los menores de 5 años, así como los adultos mayores y personas enfermas, son más propensos a padecer síntomas de deshidratación.
Dependiendo de su nivel, se califica como deshidratación leve, moderada o severa; ésta última es considerada una situación de emergencia que puede llegar a poner en riesgo la vida.
El riesgo de deshidratación se incrementa en temporada de calor. Los principales síntomas que se manifiestan son: sed intensa, los ojos hundidos, boca pegajosa o reseca, disminución o ausencia de producción de orina, estado letárgico y pulso débil.
Existe una prueba sencilla para saber si se presenta deshidratación, esto se logra presionando con un dedo la palma de la mano o la planta del pie por tres segundos, si la piel no recupera su rubor normal en más de cinco segundos, es señal de alerta.
De acuerdo con los signos y síntomas presentes se llevará a cabo la clasificación del paciente como hidratado, deshidratado o con choque hipovolémico y se otorgará el tratamiento oportuno que consta de brindar una fórmula única y oral a base de agua, electrolitos y glucosa.
Por último, el Instituto hizo un llamado a evitar la automedicación o el uso de remedios caseros, para evitar que se puedan enmascarar o agravar los síntomas, asimismo, recomendó incrementar el consumo de agua simple, y en caso de presentar síntomas acudir a valoración a la unidad de Medicina Familiar.
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