Blakely Morales
El representante de los piperos al interior de la Alianza Mexicana de Transportistas A. C. (AMOTAC), Francisco Ávalos, comentó que los hechos violentos contra los repartidores de agua en la ciudad ya había sido una constante, pero nunca habían llegado al grado de asesinar a uno de sus agremiados, por causa de la escasez de agua.
Entrevistado brevemente este martes, luego de la caravana de despedida para Alejandro Leija, chofer de pipa asesinado el domingo por la noche en la colonia Valle Dorado, el líder del gremio aseguró que:
“El Realito ha fallado desde que inició, pero nunca habíamos llegado a este extremo, nos habían secuestrado la pipa con todo y operador, si no llegaba otra pipa con agua; nos habían golpeado operadores, pero en esta ocasión que nos hayan matado a un compañero, eso sí es para pensar qué está pasando en esta sociedad”.
Tras los hechos del domingo pasado en la colonia Valle Dorado, donde el pipero Alejandro Leija perdió la vida por los ánimos desbordados de una familia sin agua, este martes, unos 60 choferes transportadores del líquido, desfilaron desde el kilómetro dos de la carretera a Matehuala para despedirlo.
Aunque el plan original de los transportistas era apersonarse en la Unidad Administrativa Municipal, para focalizar el reclamo a la falta de atención del Gobierno capitalino al problema del agua, funcionarios de la Dirección de Concertación Política lograron disuadir la protesta negociando con la familia de Alejandro Leija.
La caravana, encabezada por el féretro de la víctima, se detuvo en ese punto para dirigirse desde ahí al panteón para darle sepultura.
El líder de los piperos, Francisco Ávalos, lamentó que su compañero haya perdido la vida por 2 mil litros de agua: “Entiendo la desesperación de esa familia por 2 mil litros de agua, la entiendo, pero no tenía derecho de quitarle la vida a un compañero”.