El Cabildo de San Luis Potosí aprobó por unanimidad la instauración del ritual de “Los Altares de Dolores” del Callejón del Buche como Patrimonio Cultural Municipal, durante la Séptima Sesión Extraordinaria de Cabildo.
El presidente municipal felicitó a los vecinos del Barrio de Santiago y les agradeció por mantener con vida esta tradición, con 125 años de existencia, en el que se instalan más de 400 Altares de Dolores en la calle Altamirano.
El alcalde también indicó que, con la protección que le otorga el nombramiento como Patrimonio Cultural Municipal, se conseguirá que esta festividad, en la calle de Ignacio Manuel Altamirano, pueda ser difundida y visitada por potosinos de otras partes de la ciudad y hasta por turistas.
El alcalde aseguró que, durante su recorrido por la calle de Altamirano conoció a la señora Felícitas, con 102 años de edad, quien agradeció que se reconociera una fiesta que ha vivido desde su niñez.
Al terminar la sesión de Cabildo, el presidente municipal dio un recorrido por El Callejón del Buche, que fue rehabilitado mediante bacheo con adoquín y pintura de fachadas, para preparar la calle de Altamirano para esta celebración.
En el recorrido, el alcalde visitó las casas de algunos vecinos, quienes lo invitaron a pasar y recibir un vaso de agua de frutas, como es tradición en esta festividad, lo que le da el nombre de Callejón del Buche.
El presidente municipal se mostró sorprendido por el fervor y pasión que muestran los habitantes del Barrio de Santiago durante esta festividad, que “está en el Centro, en el corazón de nuestra ciudad”.
“Esta es nuestra forma de hacer ciudad, dándole reconocimiento a este tipo de fiestas, que comenzaron como religiosas pero se convierten en tradiciones que generan cohesión en San Luis Potosí”, expresó el presidente municipal
La doctora Isabel Monroy, cronista de la Ciudad, detalló que esta expresión popular tuvo sus orígenes hace más de cien años y aunque tiene sus cimientos en una base religiosa, al paso de los años se ha convertido en una manifestación social y cultural en la que, con imágenes, flores, alimentos y adornos diversos, se promueve también la unión de los potosinos a través de la convivencia”.
La Cronista de la Ciudad resaltó el hecho de que esta centenaria tradición no cuente con un comité coordinador, sino que las familias que habitan en este callejón montan sus altares y abren las puertas de su hogar para ofrecer en agradecimiento a su visita un vaso de agua, una nieve o una paleta.
En su intervención, Isabel Monroy destacó la importancia que tiene el hecho de que el Cabildo Capitalino busque reconocer y con ello arraigar este tipo de expresiones socioculturales, además de que lo hagan apegándose a los lineamientos estipulados por la Unesco.