Un peritaje presentado por víctimas del desplome de la Línea 12 del metro apunta a fallas en el diseño, la construcción y el mantenimiento

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Un grupo de víctimas y familiares de víctimas de la tragedia de la Línea 12 del metro de Ciudad de México no se resigna. En la incesante búsqueda de justicia que iniciaron hace casi un año, cuando un tren en un tramo aéreo se desplomó sobre una carretera dejando 26 muertos y un centenar de heridos, han presentado este jueves un nuevo peritaje. En conferencia de prensa anunciaron que la evaluación, realizada por el ingeniero arquitecto Tomás Andrade Ramos, señala una combinación de fallos en el diseño de la obra y la construcción, y deficiencias en el mantenimiento como causa del desplome. La conclusión del estudio apunta contra las empresas vinculadas y las Administraciones responsables de la circulación de esa línea.

“Puedo afirmar que esta estructura colapsa por deficiencias en el diseño, deficiencias en la construcción y deficiencias en la toma de decisiones correctivas emanadas de los manuales de mantenimiento”, asegura Andrade Ramos en un video en que explica lo sucedido el 3 de mayo de 2021. La presentación del peritaje se da a pocos días del primer aniversario, cuando la Fiscalía solo ha acusado a 10 exfuncionarios por lesiones, daño a la propiedad y homicidio culposo, y ha dejado fuera a las empresas que levantaron la obra —Ingenieros Civiles y Asociados (ICA), Alstom, CAF y Grupo Carso, del magnate Carlos Slim—. El estudio es el primero presentado por las víctimas de la tragedia, independientemente del realizado por el Gobierno de Ciudad de México.

El informe oficial presentado por las autoridades en septiembre del año pasado, llevado a cabo por la empresa noruega de Det Norske Veritas (DNV), apuntaba a una falla estructural en la construcción y diseño original de la infraestructura como causa de la tragedia. Dejaba al margen los posibles problemas de mantenimiento en la línea desde su construcción y después del terremoto de 2017. De acuerdo con Andrade Ramos, egresado del Instituto Politécnico y con 30 años de experiencia en el sector, el manual de mantenimiento obligaba al Sistema de Transporte Colectivo a monitorear la estructura. Las revisiones debían hacerse anualmente y después de un sismo mayor a siete puntos, explica. “Esta estructura falla por falta de mantenimiento, las lecturas que debieron haberse tomado debieron haber avisado que esta estructura tenía un potencial colapso”, dice el ingeniero.

El peritaje de las víctimas es una larga lista de errores que fueron omitidos en todos los procedimientos. Las trabes de la línea tenían marcadas deflexiones, deformación de la estructura hacia abajo, y presentaban un fenómeno llamado pandeo, un desplazamiento hacia los costados. Tan solo reportando estos dos fenómenos podría haberse evitado la tragedia, asegura Andrade Ramos. Otra prueba de las fallas que tenía la línea es el agua que afloraba de la construcción, con el nombre técnico de eflorescencias, que demostraba el mal estado de la obra.

En cuanto al problema de diseño, el perito señala que los apoyos de un lado de las trabes eran móviles, cuando debieron ser fijos. “Ahí es donde se gesta una tragedia”, afirma. “Es una responsabilidad compartida porque hubo un diseño que se dio, una instrucción que se dio en obra, inobservancia en la propia obra y cuando estuvo terminada, nunca se revisó que ese cabezal debió haber tenido esos apoyos fijos”. A eso le suma una tercer trabe diagonal que se apoyaba en una de las dos trabes centrales y provocaba un esfuerzo adicional sobre la estructura. Es en ese punto, asegura, donde comienza a colapsar la obra

El grupo de 12 víctimas que presentó este peritaje, representadas por el abogado Téofilo Benítez, está entre las pocas que todavía no firmaron un acuerdo reparatorio económico —que incluye en su gran mayoría cláusulas de confidencialidad—. “Ellos no quieren dinero, tienen moral y tienen valores, no por 100.000 o 200.000 pesos se van a callar”, dice Benítez en entrevista con este periódico. “Tienen lealtad con la sociedad civil que fue quien les apoyó tras la tragedia y lo que quieren es que esto no se vuelva a repetir”, agrega. Bajo esa idea, el grupo de víctimas ha pedido derribar los tramos elevados de esa línea que siguen en pie como medida de precaución. “Es probable que pueda suceder otra tragedia si no revisamos los [reportes] históricos de esta línea”, ha dicho el autor del peritaje.

Benítez reclama que en un año no haya habido casi avances en la causa judicial y califica la investigación oficial como pobre. “Estamos buscando que no se oculten datos, es bien sabido quién hizo el proyecto, quién debía darle mantenimiento y quién debía verificar que pudiera andar”, reclama. Entre los puntos cruciales señalados en el nuevo peritaje está la falta de pernos. El estudio asegura que de 680 que estaban previstos utilizarse en ese tramo, solamente se colocaron el 43%, y de los que sí se pusieron, el 85% estaba mal colocado. “Se te puede olvidar uno o dos pernos, pero 100 no se olvidan, eso se llama corrupción”, reprocha el abogado.

La tragedia atraviesa a las tres últimas Administraciones de la ciudad. La llamada Línea Dorada se construyó en el mandato del actual canciller, Marcelo Ebrard, a cargo del Gobierno capitalino entre 2006 y 2012. Fue suspendida por más de un año por problemas electromecánicos durante la gestión del ahora senador opositor Miguel Ángel Mancera, al frente del Ejecutivo de la ciudad entre 2012 y 2018. Bajo su mandato se realizaron las reparaciones tras el terremoto de 2017. También involucra al Gobierno de Claudia Sheinbaum, en el poder desde 2018. Otro grupo de víctimas anunció este martes que llevará el caso contra tres de las cuatro empresas del consorcio constructor a una corte de Nueva York.

El País

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