En pandemia y con escuelas cerradas, Sinaloa, Veracruz y SLP compraron miles de desayunos escolares sin tener cómo distribuirlos

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Los DIF de Sinaloa, San Luis Potosí y Veracruz gastaron mil 770 millones de pesos en la compra de desayunos escolares durante 2020 y 2021, aún cuando la pandemia de COVID-19 obligó a los alumnos a tener clases virtuales.

Con las escuelas cerradas, el proceso de distribución fue afectado y en algunos casos los maestros y padres de familia lo resolvieron con sus propios medios, pero en otros, los artículos nunca llegaron a los niños o los recibieron caducos; otros más fueron entregados a beneficiarios de distintos programas, eran vendidos en redes sociales e incluso terminaron como alimento para animales.

Animal Político dio a conocer que en el DIF estatal se firmaron contratos con Diconsa por más de 221.2 millones de pesos para comprar desayunos escolares fríos y calientes en los años de 2019 y 2020 cuando se declaró el cierre de instituciones educativas por la pandemia del covid-19.

Animal Político revisó cientos de documentos –contratos y órdenes de compra, facturas y actas de entrega-recepción en almacenes– y recogió decenas de testimonios tanto de padres de familia y maestros de las escuelas beneficiarias como de funcionarios estatales en Sinaloa, San Luis Potosí y Veracruz, que demuestran la pérdida de control gubernamental sobre la distribución y supervisión del programa en un periodo en el que los alumnos y los maestros se encontraban en confinamiento.

Los mayores contratos para la compra de desayunos fueron suscritos por Veracruz, que en los dos años de la pandemia adquirió 209.8 millones de productos por un monto de 1 mil 366.9 millones de pesos.

Le siguió San Luis Potosí, que firmó con Diconsa contratos por 221.2 millones en el mismo periodo para comprar, al menos, 24.4 millones de artículos de desayunos escolares. Por último, Sinaloa pagó 182.6 millones de pesos para la adquisición de 102.5 millones de productos.

Durante el ciclo escolar habitual, antes de la pandemia, los desayunos eran entregados por el proveedor en los almacenes estatales del DIF. Desde ahí eran distribuidos a las escuelas donde los directores y las asociaciones de padres de familia se encargaban de recibirlos, cotejar que su contenido estuviera completo y en buen estado, firmar las actas, distribuirlos y recabar los 50 centavos que los padres debían pagar por cada desayuno y entregarlos al DIF.

Durante la pandemia, millones de artículos fueron entregados en los almacenes municipales del DIF, pero a partir de ese punto, las comunidades tuvieron que resolver la distribución con sus propios medios y la autoridad perdió el control de quiénes recibían los artículos.

En una escuela del centro del municipio de Nogales, Veracruz, el director del plantel explicó que padres de familia tuvieron que cooperar para alquilar un flete por 800 pesos, pero cuando recogieron los productos, la leche en polvo -que forma parte de los desayunos escolares calientes- estaba caduca. Decidieron usarla como alimento para cerdos.

SLP: “Regalé las galletas antes de descomponerse”

En San Luis Potosí, hacia el final de la administración del priista Juan Manuel Carreras, el DIF Estatal suscribió en 2020 y 2021 dos contratos con Diconsa para la compra de desayunos escolares fríos y calientes.

El 13 de abril de 2020, apenas dos semanas después de declarada la emergencia sanitaria y ordenado el cierre de todas las escuelas por la pandemia de COVID-19, el gobierno estatal firmó el contrato CCV/444/2020, mediante el que pagó 152.4 millones de pesos para la adquisición de 24.4 millones de productos alimenticios del programa de desayunos fríos y calientes.

Los desayunos fríos incluyen 1 litro de leche descremada, barra de avena, cereal integral, granola con avena y barra de amaranto con fruta. El desayuno caliente -que se entrega a planteles con comedores- está integrado por leche, harina de maíz, arroz, frijol, pasta para sopa, atún y sardina en lata, avena y aceite vegetal.

El 25 de marzo de 2021, cuando estaba en curso la tercera ola de COVID y las escuelas del estado continuaban cerradas, el gobierno potosino suscribió un nuevo contrato (el Co04-DIF-CAASPE-AD-01-2021) para adquirir desayunos escolares fríos por 68.8 millones de pesos.

Facturas obtenidas a través de solicitudes de transparencia confirman que el DIF Estatal hizo a Diconsa todos los pagos correspondientes a los contratos. También fueron recibidos los productos en los almacenes de los DIF municipales, aunque en algunos se registraron faltantes de los productos y alimentos a punto de caducar.

Por ejemplo, en el acta de entrega-recepción del 17 de junio de 2020, en el almacén de Moctezuma, se consignó la falta de 3 mil litros de leche descremada.

Además, en centros comunitarios que atienden a colonias de la periferia de San Luis Potosí se entregaron cantidades desproporcionadas de desayunos, equivalentes a lo que se distribuyó en municipios completos para decenas de escuelas.

Tan sólo en el Centro Comunitario Simón Díaz, en agosto de 2020, se repartieron 13 mil bricks de leche y 53 mil complementos alimenticios, equivalentes a lo repartido a todo el municipio de Matehuala.

En noviembre, en el Centro Comunitario Jacarandas y en la bodega del DIF capitalino en Periférico Norte 5015, fueron distribuidos, en cada punto, 63 mil bricks de leche y 252 mil complementos, lo doble de lo que se entregó a municipios completos como Ébano, Tamasopo o Ciudad Valles. En esta última bodega es donde se almacenaron miles de productos caducos, según la documentación obtenida.

De hecho, en 2021, durante el proceso electoral estatal, partidos políticos denunciaron el uso proselitista de programas sociales en Jacarandas y en Periférico Norte. Sin embargo, Óscar Valle Portilla, exdirector de Desarrollo Social del ayuntamiento en el trienio 2019-2021, aseguró que dichos almacenes se eligieron como puntos estratégicos de distribución, y dijo que el reparto de productos se hizo “casa por casa” y sin fines políticos.

“Nos hicieron un video burlándose: ‘mira, se están robando los desayunos porque no hay clases’. Ajá, sí, y la gente desesperada en sus casas. (…) Lo que se les olvida es que nunca dejó de haber clases: había clases en las casas. Al final del día, las mamás tenían que darle de comer a los niños ¿no?”, declaró.

Mientras los paquetes de desayunos escolares se agolpaban en las bodegas y los Centros Comunitarios, los alumnos recibían productos a punto de caducar, como en el Centro de Atención Múltiple de Axtla de Terrazas, en la capital de San Luis Potosí, donde sólo recibieron una entrega en 2020 y otra en 2021.

“A mi hijo le daban desayunos fríos. Solo nos dieron dos veces en pandemia. Y nos citaban en las escuelas a las mamás para que pudiéramos recibir los desayunos. Era un paquete y medio de leches, como 18 leches (de un litro), y cereales, era como una bolsa de mano. Algunos (productos) ya estaban muy próximos a caducar. Las leches como quiera se consumen rápido, pero las galletas no. Yo las tuve que regalar a otros niños para que se pudieran aprovechar”, relató Nallely, madre de un niño en preescolar.

En las dos ocasiones que recibieron el apoyo en esta escuela en toda la pandemia, los maestros, con sus propios recursos, se encargaron de llevar los alimentos a los niños en las visitas que hacían a las comunidades para dar seguimiento al desempeño estudiantil, declaró una docente del plantel.

 

Animal Político

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