Expansión.- La espera llegó a su fin. En medio de fuegos artificiales, los gritos de los aficionados y un halo de controversia, el Mundial de Qatar abrió sus puertas a las millones de personas que invadirán sus calles y sintonizarán en todo el mundo.
La ceremonia de apertura del primer Mundial de futbol celebrado en Medio Oriente fue una mezcla de nostalgia y presente. Las canciones y mascotas de los torneos previos se escucharon y desfilaron en el estadio Al-Bayt, sede del partido inaugural entre el anfitrión Qatar y Ecuador.
El actor estadounidense Morgan Freeman se presentó como parte de la inauguración y Jung Kook, integrante de la banda de K-Pop BTS se encargó de poner el ritmo y confirmar que nada para la creciente popularidad del género en todo el planeta.
En las gradas y calles del emirato, más de 14 mil ecuatorianos se dieron cita para la que esperan sea su primera victoria en el torneo.
El sheik de Qatar, Tamim bin Hammad al Thani, estuvo a cargo de las palabras oficiales para dar inicio al máximo torneo de futbol en el planeta.
Qatar espera con este torneo consolidar su presencia a nivel global como una de las economías más importantes de Medio Oriente, con uno de los ingresos per cápita más elevados y una infraestructura moderna, mucha de ella creada para atender las necesidades de los aficionados de futbol en el Mundial.
De acuerdo con estimaciones de diversos medios y consultoras, este será el Mundial de futbol más costoso de la historia, con casi 300,000 millones de dólares gastados por el emirato. En contraste, Brasil destinó alrededor de 15,000 millones en 2014 para celebrar su torneo.
Mucho del gasto realizado por Qatar se destinó a la construcción desde cero de siete de los ocho estadios en los que se celebrará el Mundial, además de un sistema de transporte colectivo, carreteras y hoteles. En ese esfuerzo de construcción, miles de trabajadores inmigrantes perdieron la vida, algo que el emirato disputa.
En días recientes, además, creció la controversia por la postura del país en torno a los derechos de las personas homosexuales, así como la prohibición para la venta de alcohol en los estadios.
Pese a lo anterior, se espera que más de 2 millones de personas visiten en persona Qatar y el torneo llegue a una audiencia de más de 5,000 millones de personas.
