Las tonterías de muchos jugadores de la Liga mexicana resultan, si cabe, más chocantes que las de sus colegas que se cubren de oro en Europa.
El País.- Que los futbolistas profesionales mexicanos viven en una burbuja es algo conocido. En un país en el que millones de personas apenas consiguen sacar la nariz del agua cada día, económicamente hablando, la ostentación, las excentricidades y, por qué no decirlo, las tonterías de muchos jugadores de la Liga MX resultan, si cabe, más chocantes que las de sus colegas que se cubren de oro en las ligas europeas o asiáticas.
El más reciente episodio de esa desconexión entre la realidad y las “estrellas” del deporte de las patadas en México ha sido protagonizada por el defensa central cruzazulino Julio César Cata Domínguez, quien se subió al ring de la controversia por haber celebrado este fin de semana una fiesta temática en honor a su hijo de 12 años. Pero no una fiesta centrada en un tema cualquiera, como los que suelen requerir los chamacos a esa edad. Nada de superhéroes de Marvel o Jedis de Star Wars o personajes de manga y anime. La fiesta del hijo del Cata giró en torno al narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cartel de Sinaloa, preso en Estados Unidos, y cuyo hijo y sucesor de parte de su poder, Ovidio, fue detenido en Culiacán, Sinaloa, el pasado 5 de enero.
El arresto de Ovidio precipitó una reacción virulenta de parte del cártel, que dejó 29 muertes, 10 de ellas de militares, además de decenas de heridos, y una cauda de vehículos robados o incendiados, saqueos, bloqueos ilegales y vandalismo en la ciudad.
Nada de ello arredró al Cata, quien, a pesar de que una de las consecuencias del incidente fue la suspensión del juego de la Liga MX entre Mazatlán y León del viernes 6, decidió que sería buena idea usar en su fiesta distintivos relacionados con El Chapo, como las siglas JGL o la palabra “Chapiza” en las gorras de los asistentes, además de llevar pistolas de juguete para los niños invitados. Incluso, otros compañeros del Cata en el Cruz Azul estuvieron presentes en el lugar, como Erik Lira, Carlos Rodríguez y el argentino Carlos Rotondi.
Las redes sociales, a las que el jugador tuvo la idea de subir las fotos del cumpleaños en cuestión, estallaron contra él. Los usuarios lo llamaron de todo: inconsciente, cínico, pillo… Muchos de los más duros en su contra han sido los propios aficionados del Cruz Azul, puesto que Cata (Arriaga, Chiapas, 1987) no es un jugador del montón en la historia del club.
Se trata de un canterano que ha luchado por sus colores desde la lejana temporada 2006, hace casi 17 años. Es, de hecho, el jugador que ha vestido en más ocasiones la playera del equipo de La Noria en todos los tiempos. Y un tipo que, aunque le haya costado sangre, lágrimas y muchas burlas y memes, ha llegado a ganarlo todo con el equipo de sus amores: Liga, Copa, Supercopa y hasta una Concachampions. También ha defendido a la selección mexicana en 24 partidos a lo largo de su carrera, aunque nunca consiguió consolidarse en ella.
Esta no es la primera polémica que enfrenta el Cata. En 2020, Héctor Huerta, un colaborador de la cadena deportiva ESPN, aseguró que tanto Domínguez como otros colegas suyos del Cruz Azul “recibieron llamadas” antes de la semifinal en que fueron eliminados por los Pumas de la UNAM, dando a entender un posible amaño. En aquella ocasión, los señalados salieron al paso, indignados, exigiéndole a la empresa que retirara sus dichos. El tema acabó diluido.
En esta ocasión, la presión ha crecido de tal modo que Domínguez tuvo que disculparse con un comunicado, que difundió en sus redes la noche del sábado y ahora se encuentra en espera de las posibles sanciones que decidan imponerle tanto su club como las autoridades de la Liga mexicana. ¿Servirá el episodio como un llamado de atención al resto de las “estrellas”? El próximo escándalo nos lo dirá.