Las redes sociales, un espacio de persecución a las personas LGBT en Medio Oriente y África

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France 24.- ‘Todo este terror debido a una foto: focalización digital y sus consecuencias fuera de línea para las personas LGBT en el Medio Oriente y el norte de África’, es el título del último informe de Human Rights Watch sobre la vulneración a los Derechos Humanos a la comunidad LGBT. Uno en el que la organización revela que funcionarios gubernamentales en dichas regiones están usando la actividad en redes sociales de estas personas para perfilarlas y perseguirlas.

Hanan, una joven transgénero, tenía 17 años cuando fue arrestada arbitrariamente por las fuerzas de seguridad egipcias en un restaurante en la capital del país, El Cairo.

“Había estado hablando con un hombre en ‘Facebook’ y me pidió verme. Nos conocimos en un restaurante”, relata Hanan cinco años después de los hechos para ‘Human Rights Watch’.

“Llegué y encontré a cuatro hombres vestidos de civil esperándome. Sabía que estaba siendo arrestada”, asegura.

Los hombres eran policías. Ellos tomaron su teléfono, la obligaron a desbloquearlo y a iniciar sesión en la aplicación de citas Grindr e incluso a subir sus fotos privadas a redes sociales. Tenían un objetivo: crear evidencia para inculparla.

Después, la llevaron a la comisaría y la hicieron desnudarse.

“Los oficiales me abofeteaban y me apuñalaban con sus bolígrafos para obligarme a hablar. Me amenazaron con someterme a un examen anal forzado. Les dije que siguieran adelante, no tenía nada que ocultar. Luego ordenaron a un médico forense que me sometiera al examen anal”, narra.

El de Hanan es solo uno de los casos que recoge un reporte de ‘Human Rights Watch’ (HRW) que revela que las fuerzas de seguridad de múltiples países de Medio Oriente y África del Norte las han usado para extorsionar, acosar y violar el derecho de la privacidad a personas de la comunidad LGTBIQ+.

Su caso hace parte de una de las modalidades encontradas por la organización: la de “arrestos arbitrarios, registros telefónicos ilegales, violaciones del debido proceso”.

El informe

Human Rights Watch entrevistó a 90 personas LGBT afectadas por la focalización digital y a 30 expertos, incluidos abogados y profesionales de derechos digitales para su informe ‘Todo este terror debido a una foto: focalización digital y sus consecuencias fuera de línea para las personas LGBT en el Medio Oriente y el norte de África‘.

Este se centra en cinco países: Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Túnez. Unos lugares donde las redes sociales han derivado en canales para violar los derechos humanos de estas personas, como en detenciones arbitrarias, violaciones y tortura.

Según HRW, el informe rastreó como “las autoridades de los cinco países monitorean manualmente las redes sociales, crean perfiles falsos para hacerse pasar por personas LGBT y atraparlas en aplicaciones de citas como Grindr y plataformas de redes sociales como Facebook”.

Además, como los dispositivos electrónicos han sido usados para recopilar información privada para enjuiciar a las personas del colectivo.

“Las autoridades de Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Túnez han integrado la tecnología en su vigilancia de las personas LGBT”, asegura Rasha Younes, investigadora sénior de derechos LGBT de Human Rights Watch.

Y añade: “Si bien las plataformas digitales han permitido que las personas LGBT se expresen y amplifiquen sus voces, también se han convertido en herramientas para la represión patrocinada por el Estado”.

Las detenciones

La historia de Hanan hace parte de los 20 casos de aprisionamiento tras un seguimiento en línea por parte de las fuerzas de seguridad en Grindr y Facebook en Egipto, Irak y Jordania. Países que, según HRW, “no criminalizan explícitamente las relaciones entre personas del mismo sexo”.

Ayman, un hombre gay de 23 años, vivió una experiencia parecida a la de Hanan. “Estaba charlando con un hombre en Grindr”, relata. “Quedamos en encontrarnos en el café, pero en lugar del hombre me esperaban cinco policías vestidos de civil”.

Los oficiales también le pidieron desbloquear su teléfono para revisar entre sus archivos y aplicaciones.

Encontraron fotos privadas mías con el pelo largo y otras fotos con un hombre y lo convirtieron en un caso de desenfreno e indecencia, asegura.

En esta categoría hubo diferentes consecuencias mientras las personas permanecían detenidas como “arrestos arbitrarios, agresión sexual y otras formas de malos tratos, incluida la tortura”.

Muchos de los entrevistados fueron obligados a firmar confesiones bajo coacción y se les negó el debido proceso.

La organización relata que en múltiples ocasiones en los lugares en los que fueron detenidos “se les negó comida y agua, se les negaron las visitas familiares, no se les permitió tomar medicamentos, se les acosó verbalmente, se les agredió sexualmente y se les abusó físicamente” de otras maneras.

Además de métodos que según muestra HRW fueron discriminatorios con las mujeres transgénero, que “fueron detenidas en celdas de hombres”.

La extorsión

Hassan, un joven bisexual, fue extorsionado por un hombre que conoció en Grinder. Lo conoció cuando tenía 27 años en su país, Líbano.

‘Fue muy amable y cálido’, cuenta para HRW. En su tercera cita, el hombre lo grabó mientras estaban teniendo relaciones sexuales sin su consentimiento. Al día siguiente, le pidió 1.000 dólares, amenazándolo con publicar el video en las redes y denunciarlo a las autoridades si no pagaba.

El de Hassan no fue un caso aislado. HRW documentó 17 extorsiones derivadas de aplicaciones de citas y redes sociales como Instagram y Facebook en Egipto, Irak, Jordania y Líbano.

“En seis casos, los objetivos de la extorsión denunciaron a los perpetradores a las autoridades, pero posteriormente fueron detenidos”, asegura el informe.

En cada país el delito fue llevado a cabo por diferentes actores. Por ejemplo, en Irak los entrevistados pertenecientes a la comunidad LGBT aseguraron que las amenazas fueron perpetradas por “particulares y grupos armados”. Mientras que en Jordania, la organización registró un caso en el que los “extorsionadores afirmaron ser agentes de inteligencia”.

Los interrogatorios y detenciones de las víctimas de extorsión

Tras la extorsión, para muchos de los entrevistados no acabaron los problemas en sus países de origen.

Según HRW, seis de las víctimas fueron “interrogadas y detenidas después de que el extorsionador las denunciara sobre la base de su orientación sexual o identidad de género o después de que la víctima denunciara la extorsión a las autoridades y fuera detenida en lugar del perpetrador”.

En Irak se presentaron decenas de casos de amenazas de muerte a personas de la comunidad LGBT. Foto de archivo.

“Pensé que estaba recurriendo a la ley para protegerme, pero me estaban manipulando…. Me es imposible recurrir al Estado ahora para nada porque no tengo confianza en ellos… después de lo que me había pasado”, señala Yamen, un hombre gay de 25 años que fue extorsionado en Jordania.

Uno de los seis casos acabó en una sentencia de seis meses de prisión por el supuesto delito de “promover la prostitución en línea”.

El acoso en línea y las amenazas de muerte

“Hola maricón. Sabemos dónde trabajas y dónde vives. Te follaremos y te mataremos”, decía uno de los siete mensajes con amenazas de agresión y muerte que recibieron Laith, un hombre iraquí de 27 años, y su novio en febrero de 2020. Todos estos llegaron por Grindr desde dos cuentas diferentes.

No pensé que pasaría nada porque todo el mundo recibe amenazas en línea y la mayoría de las veces no pasa nada. Después de recibir estas amenazas, mi novio dijo que sentía que alguien lo estaba siguiendo. Un par de meses después (en mayo de 2020), lo mataron, relata.

Desde entonces Laith vive con el miedo de ser la próxima víctima, por lo que se mudó a otra ciudad, cambió su número y eliminó todas sus cuentas de redes sociales.

Según HRW, este tipo de amenazas, aunque están presentes en todos los países estudiados, “fueron particularmente comunes y tuvieron consecuencias especialmente atroces fuera de línea en Irak”. La organización reportó 32 casos de amenazas de muerte en línea en dicho país.

A las amenazas de muerte se le suman otros tipos de acoso en línea que incluyen modalidades como ‘outing’ (el acto de revelar la orientación sexual o identidad de género de una persona lesbiana, gay, bisexual o transgénero sin el consentimiento de esa persona) y ‘doxing’ (publicación de información de identificación personal sobre una persona sin su consentimiento).

HRW reportó 26 casos de acoso en línea en Jordania, Líbano y Túnez.

Este tipo de actos tuvieron todo tipo de consecuencias para sus víctimas, como la pérdida de sus trabajos, violencia familiar, abuso físico, entre otras.

La “evidencia” digital en arrestos y enjuiciamientos

En la estación de policía de Metn, registraron nuestros teléfonos (obligándonos a desbloquearlos usando la fuerza física), incluidos nuestros chats y galería de fotos. (Los oficiales) me obligaron a responder a todos los que me enviaban mensajes de texto y pedirles dinero a cambio de sexo. Nunca me había dedicado al trabajo sexual, pero usaron estos chats como evidencia en mi contra. (Mi amigo y yo) estuvimos detenidos durante 2 meses y 20 días en una celda de hombres, narra María, una mujer transgénero de nacionalidad libanesa.

Como el de María se documentaron 45 casos de arresto arbitrario que involucraron a 40 personas LGBT en Egipto, Jordania, Líbano y Túnez.

“En los 45 casos, hablamos con las víctimas y todas dijeron que los oficiales habían registrado sus teléfonos, en su mayoría usando la fuerza o bajo amenaza de violencia”, señala el informe.

“Las fuerzas de seguridad también utilizaron esta información para justificar los abusos en su contra basados ​​en su orientación sexual o identidad de género supuesta o real”, concluye el informe.

Responsabilidades de los países y las plataformas

Tras haber recolectado y analizado los testimonios, HRW hace una serie de recomendaciones a los países recordando que “tienen obligaciones bajo las leyes internacionales y regionales de derechos humanos para abordar las violaciones descritas en este informe”.

Unos compromisos que, según señala la organización, no han sido cumplidos en múltiples ocasiones. “Las autoridades de Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Túnez han violado múltiples derechos fundamentales de las personas LGBT, incluidos sus derechos a la no discriminación, la libertad de expresión (incluso en Internet), la privacidad, la libertad de tortura y otros malos tratos, e igual protección ante la ley”.

Estos abusos ocurren, en parte, por “la falta de protección por leyes o suficientes regulaciones de plataformas digitales” que ha generado una enorme impunidad.

En cuanto a las plataformas, HRW asegura que “deberían invertir en la moderación del contenido, particularmente en árabe, eliminando rápidamente el contenido abusivo y el contenido que podría poner en riesgo a los usuarios”.

Al mismo tiempo deben “identificar, prevenir, detener, mitigar, remediar y dar cuenta de los impactos adversos potenciales y reales de la focalización digital en los derechos humanos”, indica el informe.

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