Milenio Los homicidios dolosos con arma de fuego en México se duplicaron en los últimos siete años. Los números totales revelan que de 9 mil 209 casos registrados en 2015, la cifra pasó a 18 mil 262 en 2022, lo que representa un aumento de 98.31 por ciento, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La mayoría de los asesinatos se cometen con armas de fuego que llegan a México de manera ilegal, casi siempre desde Estados Unidos. “Esto se debe a la falta de controles de ese país en la venta, pero también por la corrupción que hay del lado mexicano y que permite que estas armas pasen”, afirma Lucía Chávez Vargas, directora ejecutiva de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos.
La especialista expone que en México se cometen 83 asesinatos al día. En el caso de los homicidios dolosos con arma de fuego, las fiscalías reportaron 18 mil 262 en 2022. Es decir, al menos 50 en cada jornada. Esto quiere decir que seis de cada diez asesinatos son perpetrados con pistolas, fusiles, rifles o ametralladoras, la mayoría provenientes de armerías de Estados Unidos. “Son cifras escandalosas”, exclama.
El ascenso se explica en buena parte porque los contextos de violencia en México confirman que existe un conflicto armado en el que se ha hecho abuso de estrategias bélicas que han resultado en más muertes cada día, añade Chávez Vargas.
La especialista comenta que los homicidios y armas crean un problema complejo. La mayoría de asesinatos con arma de fuego sí está relacionado con la estrategia de seguridad en el país. Existe, explica, una diversificación de mercados criminales con una estructura de organización y que abastecen a los cárteles, que son los grupos que compran y adquieren armas de alto calibre utilizadas para matar.
A esto se junta, por ejemplo, la violencia contra las mujeres, es decir, los feminicidios con arma de fuego en el núcleo familiar, y los asaltos a mano armada que terminan en homicidio. Las armas, señala, también tienen relación con la desaparición de personas.
“Es muy complejo porque las policías y el ejército muchas veces actúan en complicidad con los cárteles y organizaciones criminales y en este afán por combatir a estos grupos se arman de manera importante. Vemos a autoridades haciendo supuestas labores de seguridad ciudadana que cargan armas que son para matar”, dice.
Estos elementos han logrado cifras elevadas en los últimos siete años, sumando 137 mil 45 casos de 2015 a 2022, con un ascenso importante a partir de 2018.
“Al gobierno se le ha salido totalmente de control poder erradicar las violencias. Lo que estamos viviendo en el país es aterrador. Se compara con países que han sufrido conflictos armados”, indica Chávez.
Guanajuato, Baja California y Michoacán, los más violentos
“La violencia se concentra en algunos estados, que son los focos rojos y en los que vemos masacres cada semana. Por ejemplo, Guanajuato, Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Michoacán”, enumera Chávez Vargas. Sostiene que en esas entidades la violencia está fuera de control porque la autoridad actúa en complicidad con los grupos del crimen organizado, o porque no se ha implementado la estrategia correcta para enfrentarla.
Según los datos del Secretariado Ejecutivo, las 17 entidades con más de 300 casos de homicidios dolosos con arma de fuego en 2022 fueron Baja California, Colima, Chihuahua, Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sonora, Veracruz y Zacatecas.
De estos, sobresalen Guanajuato, con más de 2 mil casos, y Baja California, Chihuahua, Estado de México, Michoacán y Nuevo León, con más de mil registros cada uno.
Antes de la guerra contra las drogas, que comenzó en 2006, las cifras de homicidio iban a la baja. A partir de ese momento aumentaron por diversas causas. Por ejemplo, el involucramiento de las fuerzas de seguridad militar y pública en el combate al crimen, contextualiza Jorge Peniche, director ejecutivo de Justicia Transicional en México, organización que promueve el combate contra la impunidad en casos de violaciones graves a los derechos humanos.
Hoy, más de seis de cada 10 homicidios en el país ocurren por arma de fuego, advierte el especialista, “un incremento sostenido que se relaciona mucho con la clara violencia con que funcionan distintos mercados y economías legales e ilegales en el país. No solo el narcotráfico y la trata”.
Peniche explica que existe un fenómeno asociado a por qué subieron tanto las muertes con arma de fuego en México: “Las sustancias ilícitas como drogas van de México a Estados Unidos y de allá para acá llegan muchos cargamentos de armas ilícitas”.
Es fácil, dice, adquirir un arma en el país de manera ilegal, y esto se asocia directamente a las muertes con arma de fuego. “El propio gobierno federal ha argumentado que se ha estabilizado la violencia homicida en México, que llegamos a un punto de inflexión, pero eso depende mucho del cristal con que lo midas”.
Se estabilizan, entre comillas, los homicidios, añade, “pero la cantidad de asesinatos con arma de fuego en el país por violencia criminal u otras violencias, como la feminicida, siguen siendo graves. Es clara la asociación entre el tráfico ilícito y mayor muerte con arma de fuego”.