Sopitas.- México cuenta con una histórica tradición de talentos en el mundo del automovilismo, de modo que nuestra bandera ha sido representada de una manera destacada en diversos seriales, como en Nascar, IndyCar (antes Champcar), Rally y competencias de resistencia como las 24 horas de LeMans, y por supuesto en Fórmula 1.
A lo largo de la historia del deporte motor, México ha tenido presencia en Fórmula 1 con seis pilotos que han competido oficialmente en el Gran Premio de México, y antes de la era de Checo Pérez, los mejores volantes en el Gran Circo eran considerados los hermanos Rodríguez, Pedro y Ricardo.
Ricardo, el menor de los hermanos, cuenta con la marca de ser el piloto más joven que ha conducido para la escudería Ferrari, las más emblemática en la historia de la Fórmula 1, a la edad de 19 años, cuando condujo en el Gran Premio de Italia en el año de 1961. Pedro, dos años mayor, fue considerado el mejor piloto mexicano hasta 2021, cuando Checo igualó sus dos triunfos en Fórmula 1; el mayor de los hermanos Rodríguez ganó el Gran Premio de Sudáfrica y Bélgica, en 1967 y 1970, respectivamente.
Los hermanos Rodríguez condujeron para Ferrari y en el caso de Pedro, compartió equipo con la leyenda, Jochen Rindt, a quien superó en su primera temporada, en 1970, con la escudería Yardley Team BRM, sin embargo, les tocó la era más peligrosa de la Fórmula 1, entre los 60 y 70.
La muerte de Ricardo Rodríguez
Ricardo era considerado una joya del automovilismo mexicano y contaba con una amplia proyección, de modo que su llegada a Ferrari no fue producto de la casualidad, pues se perfilaba para ser un campeón de Fórmula 1, sin embargo, sólo pudo correr en la máxima categoría durante un año, pues falleció el 1 de noviembre de 1962, a la edad de 20 años.
Para ese año, Ferrari no participó en el Gran Premio de México, que era una carrera no puntuable, por lo cual pidió permiso con su equipo para correr en el autódromo mexicano a bordo de un auto Lotus.
En la primera práctica libre, la suspensión de ese Lotus 24 presentó fallas justo cuando tomaba la famosa curva peraltada y se estrelló con los rieles que delimitan la pista. Éstos no cumplieron con su función de contener.
El día 2 de noviembre, los periódicos contaron la muerte del piloto mexicano: “Ricardo Rodríguez salió disparado del auto después del choque y murió instantáneamente”, decía el encabezado de La Afición. “Se mató nuestro campeón”, publicó La Prensa.
El diario narra que tras perder el control del Lotus, impactó con los rieles externos de la pista y rebotó contra los rieles internos, y éstos se incrustaron en la zona del abdomen del piloto. “Tras este segundo impacto, Ricardo fue despedido del auto para a estrellarse a la altura del abdomen contra el riel de arriba de la curva. Toda esta macabra acción aconteció a las 17:10 horas”.
Pedro Rodríguez falleció en Alemania
El mayor de los Rodríguez formó parte de aquel Gran Premio de México de 1962 y su padre había anunciado que Pedro no volvería a correr jamás, pues el automovilismo se había a terminado para la familia, pero no fue así, ya que Pedro continuó sobre las pistas durante 11 años más hasta que la muerte lo alanzó el 11 de julio de 1971, a los 31 años de edad.
Pedro falleció tras perder el neumático delantero derecho del Ferrari 512M durante las 200 millas de Norisring, en la vuelta 12. El mexicano impactó contra un muro de contención y su auto se incendió. De acuerdo con los informes de la policía alemana, Pedro sufrió fracturas en cráneo, pelvis y piernas, además de quemaduras en el 25% del cuerpo. El mexicano fue rescatado del auto con vida, sin embargo, falleció poco después debido a la gravedad de las lesiones.
La noticia sobre el fallecimiento fue comunicado en México por el periodista Héctor Martínez Serrano, cerca de las 9:30 horas a través de la radio, y media horas después se informó en televisión, con Jacobo Zabludovsky.
El cuerpo de Pedro llegó a México cuatro días después, el 15 de julio, y fue recibido por miles de aficionados a su arribo al aeropuerto capitalino.
Los restos de los Rodríguez se encuentran en el Panteón Español, y tras la muerte de las leyendas, el autódromo lleva el nombre de Hermanos Rodríguez.