4 datos antes de ver el documental sobre La Mataviejitas de Netflix

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Sopitas.- Juana Barraza Samperio, mejor conocida como La Mataviejitas, está en Santa Martha Acatitla cumpliendo una sentencia de 759 años por el homicidio de 16 mujeres de la tercera edad.

Si bien esta historia ha sido contada muchísimas veces, que si era luchadora, que si la canción, que si la historieta, etc…. ¿qué sabemos sobre las historias de las víctimas? ¿qué fue lo que las autoridades hicieron con tal de atrapar a esta asesina serial? ¿qué pasó con las dos personas que llegaron a prisión acusadas de ser la asesina y luego fueron olvidadas tras las rejas?

4 datos antes de ver el documental sobre La Mataviejitas de Netflix

Netflix está a punto de lanzar un documental sobre este caso que, en gran parte, se enfoca en mostrar las historias de las familias de las víctimas y de los daños colaterales de esta larga persecución.

La dirección estuvo a cargo de María José Cuevas y Laura Woldenberg participó en la producción.

Darle el foco a las víctimas

Juana Barraza Sampeiro es una mujer que entre la década de los 90 y principios de 2006 cometió varios homicidios en contra de mujeres de la tercera edad porque, según lo que ha declarado, las odiaba en recuerdo de su mamá.

Si bien solo se le atribuyeron judicialmente 16 homicidios y algunos robos, se habla de que pudieron ser más de 40. Pero como en los demás casos no hubo pruebas suficientes, se aplicó la que se aplica muchas veces: carpetazo.

Bueno, pues al analizar si valía la pena contar esta historia, porque el caso fue muy mediático y podría pensarse que ya todo se contó […] nos dimos cuenta que la historia que se conocía pues era una historia casi como en forma de leyenda. Nosotros lo que decidimos es enfocarnos en el caso, en los hechos, en cómo las autoridades van en búsqueda del primer asesino serial que al que se enfrentan y y voltear este la cámara hacia las víctimas, a sus familias“, nos cuenta en entrevista Laura Woldenberg.

Y es que además de ser números y direcciones, cada una de las mujeres adultas mayores que fueron asesinadas eran abuelas, madres, compañeras, amigas o vecinas.

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Y en todo este contexto de duelo y de pérdida para las víctimas, también se asoma una investigación a la mexicana, que persiguió a la primera asesina serial a la que se enfrentaban sin un plan definido… porque no existía.

“Al azar también se le caza”

Cuando le preguntaron a Bernardo Bátiz Vázquez, quien en ese momento era procurador general de Justicia del Distrito Federal, si la Mataviejitas fue capturada al azar, con una estrategia que se iba probando conforme la marcha, la respuesta fue “al azar también se le caza“.

Y es se nota en toda la investigación. Primero pensaban que se trataba de un hombre, por la fuerza que se usaba para asfixiar a las víctimas, luego que era una enfermera por el atuendo que usaba, luego un hombre disfrazado de mujer, luego una luchadora, etc.

En todo ese proceso varias personas fueron detenidas e incluso llegaron a prisión.

Araceli Vázquez fue detenida en 2004 en el Estado de México. Como había robado a algunas mujeres y encontraron los objetos en su posesión, la acusaron de ser la Mataviejitas y la condenaron a 42 años de prisión por homicidio.

Durante la presentación a los medios de comunicación, que parecía más como una carnicería, la obligaron a ponerse una peluca y una bata para que encajara con el perfil.

A pesar de que Juana Barraza fue detenida años después y la condenaron por ser la asesina serial que buscaron por muchos años, Araceli se quedó en prisión y sigue ahí.

Mario Tablas fue un hombre al que también se le acusó de ser el Mataviejitas y de estar relacionado con varios asesinatos. Su expediente apunta a que nunca hubo pruebas suficientes, pero murió en prisión, sosteniendo que era inocente.

Cuando las autoridades pensaban que el asesino serial era un hombre vestido de mujer, se ordenó todo un operativo con el que arrestaron a travestis que estaban en la calle porque se dedicaban a la prostitución.

Sí, nos equivocamos, pero se les pidió una disculpa y los dejamos ir. Es que nosotros teníamos que investigar todo lo que nos llegaba“, se escucha por ahí de uno de los funcionarios que participaron en el caso.

Entonces ¿se detiene para investigar y no se investiga para detener?

¿Sí era luchadora?

Uno de los puntos que más saltan del documental, respecto a la imagen que se creó de la Mataviejitas, es que era luchadora y por eso tenía la fuerza necesaria para matar a una persona.

La describen en todo momento como una persona corpulenta, alta, morena, que ni de chiste podía ser una mujer. Pero sí era.

Varias entrevistas, a sus compañeras en la Arena, apuntan a que nunca la vieron pelear y tampoco conocían a alguien que peleara contra ella, por lo que la duda que queda flotando en el aire es ¿sí era luchadora?

Una manera de hacer justicia que se repite

Si bien en su momento las autoridades de la Ciudad de México se enfrentaban por primera vez a una asesina serial, la forma de hacer “justicia” es una fórmula que se repite una y otra vez, adaptándose a lo tiempos, claro está.

Se necesita un chivo expiatorio, a como dé lugar, aunque no sea el culpable para bajar un poco la presión. Se le tortura, se le fabrican pruebas y lo meten a prisión. Listo, justicia.

Si después resulta que esa persona no era culpable, se le piden disculpas muchos años después (si es que pasa) y le damos más de 500 años de prisión al responsable.

Entonces esas son como las cosas que realmente el corazón que lo encontramos a esta historia y que no fuera una simple historia de un asesino serial amarillista“, explica la directora.

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Todo el equipo detrás de este documental tuvo acceso a los expedientes de los homicidios, por lo que, contar la historia muy a fondo, como probablemente no la habíamos escuchado, resulta bastante interesante.

 

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