El pez perro, que tiene la capacidad de cambiar de color, utilizaría esta función para aparearse o alejar rivales, pero también para esconderse de los depredadores.
DW.- Un grupo de científicos ha descubierto que el pez perro (Lachnolaimus maximus), una especie bastante común en el Atlántico americano, entre la costa Este de Estados Unidos y el Norte de Brasil, tiene la capacidad de visualizar su propia piel para luego usar esa información como un mecanismo de autodefensa, según se detalla en un estudio publicado este martes (22.08.2023) por la revista Nature.
Este pez, llamado perro por su hocico puntiagudo, tiene también la habilidad de cambiar de color en cuestión de milésimas de segundos, una característica que llamó la atención de una las autoras del estudio, la bióloga Lori Schweikert, de la Universidad de Carolina del Norte (EE. UU.), mientras pescaba.
Cuando la investigadora se dispuso a guardar el pez en la nevera del barco tras haberlo pescado, se dio cuenta de que había adquirido el mismo color que la cubierta de la embarcación. Schweikert pensó que, el hecho de que el pez fuera capaz de camuflarse, aun después de muerto, podría indicar que el L. maximus tenía la capacidad de detectar la luz con la piel, independiente de sus ojos y cerebro.
Una foto con una Polaroid desde el interior
Los estudios sobre la visión cutánea determinaron que el pez perro cuenta con un gen que contiene una proteína sensible a la luz llamada opsina, que se activa en la piel y que es diferente a la opsina del ojo. Tras entender cómo funciona el detector de luz del animal marino, los investigadores llegaron a la conclusión de que cuenta con un mecanismo de retroalimentación sensorial que funciona como una especie de cámara Polaroid interna, el cual le permite, literalmente, contar con una “foto” interna de su propia piel.
“Estos animales pueden literalmente hacer una foto de su propia piel desde dentro. En cierto modo, estas (imágenes) pueden decirle al animal cómo es su piel, ya que en realidad no puede agacharse para mirar”, explicó el coautor Sönke Johnsen, biólogo marino de la Universidad de Duke.
¿Para qué le sirve este cambio de color?
Según los apuntes de la investigación, el cambio de color podría ayudar a esta especie para cortejar a sus parejas o para ahuyentar a sus rivales. Asimismo, la información obtenida a través de esa visión cutánea ofrece al pez perro la habilidad de esconderse de depredadores o de otras amenazas, lo que en este caso puede ser cuestión de vida o muerte.
“No decimos que la piel del pez perro funcione como un ojo, porque el ojo no solo se limita a detectar la luz y formar imágenes, sino que se trata de un mecanismo de retroalimentación sensorial que le permite controlar los cambios de color de su propia piel y adaptarlos a lo que ven sus ojos”, añadió Scheweikert.
Una habilidad aplicable a los automóviles
Los autores del estudio, llevado a cabo por el Instituto Tecnológico de Florida, la Universidad Internacional de Florida y el Laboratorio de las Fuerzas Aéreas, creen que sus conclusiones serán de utilidad para desarrollos tecnológicos como los coches autoconducidos, uno de cuyos retos es ajustar su rendimiento con sensores sin depender únicamente de técnicas de imagen.
“La retroalimentación sensorial es uno de los trucos que la tecnología aún está tratando de descifrar. Este estudio es una buena disección de un nuevo sistema de retroalimentación sensorial”, concluyó Johnsen.