¿Por qué existe una disputa por el control de Nagorno-Karabaj?

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The Guardian.- La población mayoritariamente armenia de la región separatista ha resistido el dominio azerbaiyano durante más de un siglo.

¿Lo que está sucediendo?

Azerbaiyán ha dicho que sus fuerzas armadas han lanzado lo que llamó “actividades antiterroristas locales” en la región de Nagorno-Karabaj para restaurar el orden constitucional desarmando y forzando la retirada de las formaciones militares armenias allí.

Nagorno-Karabaj es reconocido internacionalmente como territorio de Azerbaiyán, pero tiene una población mayoritariamente armenia que ha resistido el dominio azerbaiyano durante más de un siglo. En 1991, la región de unos 150.000 habitantes declaró su independencia y desde entonces se ha gobernado a sí misma –con apoyo de Armenia– como la no reconocida República de Artsaj.

El martes, cuando comenzó la operación, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán habló de su intención de “desarmar y asegurar la retirada de las formaciones de las fuerzas armadas de Armenia de nuestros territorios, [y] neutralizar su infraestructura militar”.

A pesar de las señales en el pasado de un posible progreso hacia la paz, uno de los “conflictos congelados” de Europa ha estallado nuevamente.

¿Cuál es el trasfondo?

Nagorno-Karabaj, una región montañosa sin salida al mar dentro de las fronteras de Azerbaiyán, ha sido fuente de disputas desde antes de la creación de la Unión Soviética. Las tensiones se suprimieron cuando Armenia y Azerbaiyán eran estados soviéticos, pero resurgieron cuando terminó la guerra fría y se disolvió el control del bloque por parte del Partido Comunista.

Una guerra entre las fuerzas armenias y azerbaiyanas terminó con un alto el fuego en 1994, con Armenia en control total de Nagorno-Karabaj y otros enclaves circundantes del territorio de Azerbaiyán.

En 2020, después de décadas de escaramuzas intermitentes, Azerbaiyán inició una operación militar que se convirtió en la segunda guerra de Nagorno-Karabaj, rompiendo rápidamente las defensas armenias. Durante el conflicto de 44 días, recuperó siete distritos y alrededor de un tercio del propio Karabaj.

Rusia, un aliado de Armenia en un tratado que también tiene buenas relaciones con Azerbaiyán, intervino para negociar un alto el fuego .

El acuerdo preveía el despliegue de unos 2.000 cascos azules rusos en Karabaj para proteger la única carretera que une el enclave con Armenia: el llamado corredor de Lachin.

En diciembre de 2022, activistas azeríes respaldados por el gobierno comenzaron a bloquear el corredor de Lachin y, en abril de 2023, Azerbaiyán estableció un nuevo puesto de control de seguridad a lo largo de la ruta. Estas medidas han cortado el flujo de personas y bienes entre Armenia y Nagorno-Karabaj, excepto para evacuaciones médicas urgentes, creando lo que Estados Unidos y otros han llamado una “situación humanitaria en rápido deterioro”.

Luis Moreno Ocampo, ex fiscal jefe de la corte penal internacional, describió el bloqueo como potencialmente un “genocidio” de los armenios de Karabaj y con la intención de “matarlos de hambre”.

Azerbaiyán es mayoritariamente musulmán y Armenia es mayoritariamente cristiana, y algunos en ambos lados han tratado de plantear el conflicto en términos religiosos, aunque los analistas dicen que este ángulo es exagerado (Azerbaiyán, por ejemplo, mantiene fuertes vínculos de defensa con Israel).

¿Por qué están peleando ahora?

La reanudación de los combates sugiere que los esfuerzos rusos y occidentales por negociar un resultado diplomático entre las dos partes han fracasado.

Armenia lleva semanas advirtiendo que Azerbaiyán estaba desplazando tropas cerca de su frontera conjunta, considerada una de las más militarizadas del mundo.

Al lanzar sus llamadas “actividades antiterroristas”, Azerbaiyán quiere obligar a Armenia a reconocer su soberanía sobre Nagorno-Karabaj. Azerbaiyán también ha estado tratando de construir un corredor vial y ferroviario que lo conectaría con Nakhichevan, una parte separada del territorio azerbaiyano en la frontera suroeste de Armenia, lo que le daría al país un vínculo directo con Turquía.

Además de la cuestión humanitaria, el conflicto genera preocupación internacional por varias razones. El principal es que potencias regionales como Rusia, Turquía e Irán están invertidas en el Cáucaso Meridional en diversos grados.

Turquía ya ha declarado su firme apoyo a Azerbaiyán, mientras que Rusia tiene una alianza de seguridad con Armenia, aunque vende armas a ambos países.

La UE, si bien impulsa conversaciones, ha llegado a depender de Azerbaiyán en su búsqueda de socios energéticos, para compensar la pérdida de importaciones rusas de gas y petróleo desde el inicio de la guerra en Ucrania.

¿Rusia está perdiendo influencia?

La decisión de Azerbaiyán de lanzar una nueva ofensiva sugiere que Rusia, distraída y agotada por su costosa invasión de Ucrania, está perdiendo su control sobre países de la antigua región soviética que consideraba una esfera de influencia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, negoció personalmente el fin de una guerra entre ambos en 2020 y desplegó 2.000 tropas rusas de mantenimiento de la paz. En ese momento, los observadores dijeron que el acuerdo de paz le dio a Moscú una influencia renovada sobre la región, al tiempo que profundizaba la dependencia de los dos países del Kremlin.

Pero la desastrosa invasión rusa de Ucrania perturbó profundamente a ambos países, que desde entonces han tratado de diversificar sus políticas exteriores alejándolas de una fuerte dependencia de Rusia.

Azerbaiyán se acercó a Turquía e Israel, comprando armas a ambos países.

Armenia ha realizado varias acciones demostrativas para criticar y distanciarse de Rusia, al tiempo que corteja la influencia en Occidente.

A principios de este mes, la administración en Ereván anunció que recibiría a soldados estadounidenses para un ejercicio militar conjunto sin precedentes. Armenia también ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania, que fue entregada personalmente por Anna Akobyan, esposa del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan.

 

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