Al diablo las instituciones
Por Roberto Mendoza
Twitter @SoyRoMendoza
Después de las elecciones de 2006 se le exigía al Presidente Vicente Fox y al Secretario de Gobernación, Carlos Abascal se volviera a contar voto por voto los sufragios, la respuesta oficial fue que se solicitara a las instituciones que actuaran en consecuencia, al recibir ésta respuesta institucional, el candidato vencido mando “al diablo a sus instituciones”, pues pensó, eran propiedad de los entonces gobernantes.
La idea de imponer la voluntad personal por encima de la institucional, marca este gobierno, las llamadas conferencias mañaneras se parecen más a audiencias monárquicas. Desde esa tribuna, se lanzan acusaciones, se denosta a supuestos adversarios, se purifica a los malvados, se dan clases de historia, se utiliza el espacio para propagar ideas de gobierno e incluso, algunos participantes, se convierten en gestores de peticiones, muchas veces personales, que el presidente siempre está dispuesto a oír, responder y resolver.
Los propios funcionarios del gabinete se sienten obligados a ver estas conferencias para saber si tienen que hacer un trabajo extra, aparte de sus funciones ordinarias, a los que el presidente les haya comprometido. Aparte se agencia un derecho de réplica único en el mundo, por desproporcionado, pues tiene consigo toda la fuerza del estado, mientras que un medio de comunicación únicamente tiene el espacio de sus audiencias y un ciudadano está sólo.
Esto da una nueva dimensión a la frase de 2006 de mandar “al diablo a sus instituciones”, porque el presidente se agenció poder casi ilimitado, incluso dicen algunos, por encima del judicial y el legislativo. En los compromisos de la agenda 2030 está el hacer más fuerte a las instituciones, es un acuerdo internacional. Actualmente las instituciones se están debilitando y se está fortaleciendo una figura única, que, desde un ejercicio de propaganda, dicta órdenes y genera supuestas soluciones. Un día quizá, el presidente asigne a la Guardia Nacional la tarea de buscar una mascota o ponga como solución partir a un niño en dos, para dictar justicia.