El universal.-América lo hizo de nuevo. No se olvidó de su ADN ganador. Un pase no apto para cardíacos. Con la misma facilidad con la que respiran, las Águilas volvieron a dejar en el suelo a Cruz Azul, aplastando sus sueños de una final con una actuación que se sintió más como una lección que como un partido. 3-4 fue el marcador final.
En esta semifinal, el destino del equipo celeste ya parecía sellado antes de que el árbitro pitara el final, mientras que América, imparable, confirmó que cuando se trata de enfrentarse a la Máquina, no hay historia que contar. 25 años y contando en los que la Máquina no puede eliminar a los azulcremas en una liguilla.
Cuatro veces llegaron los azulcremas y cuatro errores, le costaron el partido a Cruz Azul. Los de Copa ahora enfrentarán a Rayados. Un duelo de revancha.
El primero al minuto 15, un error en el medio campo fue bien aprovechado por Alejandro Zendejas que con u no toque dura e, venció a Kevin Mier.
La segunda anotación de las Águilas llegaría iniciando el segundo tiempo, al 49. Cuando la Maquina más buscaba el empate, llegó el error de Rotondi, que Richard Sánchez aprovecharía que el portero colombiano estuviera delantero y con un simple golpe, lo vencería
Ramón Juárez metería el tercero y el silencio en el estadio llegaría. El Búfalo Aguirre se encargaría de sellar el pase final vía penalti al 93, mas tarde se iría expulsado por doble amarilla.
Nacho Rivero al 68, Toro Fernández al 80 y al 86, Amaury Morales, pudieron descontar para los cementeros. Revivieron en los minutos finales pero no les alcanzó.
La diferencia fue abismal. Mientras Cruz Azul luchaba por encontrar respuestas, el América parecía jugar a otro nivel, como si la victoria fuera algo ya acordado. A pesar de que no fue un buen torneo para ellos, en la fase final supieron vencer a sus rivales. No hubo sorpresas, no hubo milagros, solo una actuación que evidenció la distancia que aún existe entre los dos equipos. Y es que, como ya es costumbre en estos duelos, el América parece tener el control de la narrativa.
No importó cuánto lo intentaron los celestes, no importaron sus esperanzas de finalmente quebrar esa maldición que los persigue cada vez que enfrentan a las Águilas. El resultado, como siempre, fue el mismo: una derrota aplastante que, a estas alturas, suena más a una tradición que a una simple casualidad.
Aquel equipo líder de los 42 puntos, quedará como una anécdota más del futbol, en el que no pudieron concretar el campeonato. Un año de pesadilla para Anselmi en el que no pudo vencer a su odiado rival.
El América, con su futbol impecable, se paseó por el campo mientras Cruz Azul volvía a ser el espectador de su propio destino, otro sueño frustrado, otra temporada que termina con la sensación de que, por más que intenten, no podrán vencer al gigante azulcrema. Un gol tras otro, sin resistencia, sin respuestas, y la sensación de que el equipo celeste ya está acostumbrado a este guion.