Sopitas.- Hace unos cuantos días el Tribunal Electoral federal sancionó a Denise Dresser por cometer violencia política de género en contra de Andrea Chávez. Pero ahora esa carta está siendo usada en contra de varios medios y periodistas.
Y ojo, no decimos que en este caso no hubo violencia política de género porque sí apareció. Muchos comentarios y publicaciones que asumían que la carrera de la diputada se basa en ser “novia” de alguien de la esfera política.
Pero algunos otros contenidos, que también están denunciados, son investigaciones periodísticas relacionadas con un “vuelo fantasma” en el que está embarrado un político.
La pregunta entonces es ¿qué es violencia política de género y en qué momento se convierte en una carta para la censura?
Andrea Chávez y las denuncias por violencia política de género
Vamos a comenzar con la denuncia contra Denise Dresser. Hace tanto solo unos días el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que Denise Fresser cometió violencia política de género en contra de la diputada de Morena Andrea Chávez.
Todo comenzó por una mesa de análisis con el periodista Carlos Loret de Mola, en su espacio en Youtube llamado Latinus. La transmisión se hizo el 15 de agosto de 2023.
De acuerdo con lo que refiere el expediente y el proyecto elaborado por la magistrada Mónica Lozano Ayala, en esta mesa de análisis la politóloga Denise Dresser soltó declaraciones que vinculan sentimentalmente a la legisladora Andrea Chávez con un político.
El Tribunal encontró violencia política de género y sancionó a Dresser con una multa de más de 20 mil pesos, ofrecer disculpas públicas, tomar un curso sobre el tema y permanecer por un año en el Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.
La politóloga calificó esta sanción como un “precedente peligroso” por parte de la autoridad electoral.
Afirmó que ahora se podrá usar el argumento de violencia política de género para limitar o frenar el cuestionamiento legítimo a mujeres candidatas y/o funcionarias.
Puso como ejemplo el caso de Ricardo Salinas Pliego, a quien el Tribunal Electoral exoneró hace poco por los múltiples insultos en contra de Citlalli Hernández, senadora y líder en Morena.
El argumento fue que no podían sancionar a Salinas Pliego porque los dichos sí son violencia psicológica y simbólica, pero no vulneran los derechos políticos y electorales de la senadora.
La diputada Andrea Chávez afirmó que esta sentencia del Tribunal repara el daño que se causó a su carrera, familia, pareja y a todas las mujeres que se hacen política. Afirmó que “las mujeres jóvenes no necesitan ser novias ni amantes de nadie para hacer política con honor y dignidad“.
La cosa es que hasta ese momento esa denuncia no era la única involucrada en el tema de la violencia política de género contra Chávez.
Los periodistas y medios denunciados por violencia política de género
Daniel Moreno Chávez, de Animal Político, explicó en sus redes sociales que había una denuncia sobre la mesa en contra de dos periodistas del medio (Nayeli Roldán y Arturo Daen) por violencia política de género en contra de Andrea Chávez.
Todo tiene que ver, en este caso en específico, con una nota publicada por el medio en la que se habla de un vuelo del que “nadie sabe nada”. Un político viajó de alguna forma al informe de actividades de Andrea Chávez en Ciudad Juárez y hay un vuelo de una aeronave de la Guardia Nacional que coincide.
El texto explica que hicieron las solicitudes de información a las secretarías de Gobernación, de Defensa y de Seguridad Pública pero que las tres respondieron que no saben cómo viajó el político mencionado a Juárez.
Ojo acá: el texto no hace referencia (al menos lo que se lee en el portal del medio) a que la diputada tenga una relación sentimental con el político. La cosa es que los periodistas de Animal Político fueron denunciados por escribir el texto y compartirlo en redes sociales. Sí, solo compartirla sin hacer ningún comentario extra.
Esta es una captura de la denuncia que refiere, por ejemplo, un tuit de la periodista Nayeli Roldán, quien no redactó el texto, solo lo compartió.
Y este es solo un ejemplo porque en la denuncia son bastantes medios y periodistas los denunciados. La cosa es que la denuncia no fue presentada por Andrea Chávez, sino por Yadira Moscorro Morales.
El periodista Daniel Moreno explica que en el documento que ellos recibieron del INE se explica que Andrea Chávez ratificó la denuncia presentada, por lo que se le incluye como denunciante por resultar afectada.
La denuncia va contra varias personas incluyendo a Lilly Téllez, Chumel Torres, Nayeli Roldán, Fernando Belauzarán, etc., al igual que medios digitales como Animal Político, El Financiero, SDP Noticias, El Heraldo de Chihuahua, El Universal y otros más. Por acá está la denuncia que luego llegó a la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del INE.
Y va de nuevo: algunas de las publicaciones denunciadas sí tienen comentarios que vinculan sentimentalmente a la diputada con el político en cuestión, pero otros contenidos son investigaciones netamente periodísticas.
La diputada Andrea Chávez desiste de esta denuncia
La tarde de este 21 de noviembre, la diputada de Morena anunció que desistirá de todas las denuncias de terceros, excepto la que sí hizo ella contra Denise Dresser.
“Yo ya conseguí la victoria que buscaba: que se reconociera que lo que hizo Denise es intolerable, y que ninguna mujer debe ser acosada en su vida privada o sexual para buscar dañarla política y personalmente“, se lee.
Afirmó que por ahora lo importante es sentar un precedente para que ninguna mujer viva violencia política de género.
Pero va de nuez: ella no hizo la segunda denuncia contra periodistas y medios, la presentó otra mujer y Chávez la ratificó.
¿En qué momento la violencia política de género se usa para censurar?
De acuerdo con el artículo 20 Bis de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia política contra las mujeres en razón de género es:
“Toda acción y omisión, incluida la tolerancia, basada en elementos de género y ejercida dentro de la esfera pública o privada, que tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres, el acceso al pleno ejercicio de las atribuciones inherentes a su cargo, labor o actividad, el libre desarrollo de la función pública, la toma de decisiones, la libertad de organización, así como el acceso y ejercicio a las prerrogativas, tratándose de precandidaturas, candidaturas, funciones o cargos públicos del mismo tipo“.
Se entiende que estas acciones u omisiones se dirigen a una mujer por ser mujer, le afectan desproporcionadamente o tengan un impacto diferenciada en ella.
Y claro, habla de todas las formas que lesionen o dañen la dignidad, integridad o libertad de las mujeres que ejercen un cargo político, público, de poder o de decisión, que además afecte sus derechos políticos electorales.
Esto mismo aparece en el artículo 3, inciso k, de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Pero… ¿qué pasa cuando el cuestionamiento contra una mujer que hace política es desde una investigación periodística? ¿ya no podremos cuestionar a las candidatas o funcionarias que están embarradas en casos medio turbios?
