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El Economista.- Recientemente, el bienestar psicológico ha tomado fuerza hasta convertirse en una prioridad fundamental para los empleadores y líderes empresariales, pues la estabilidad emocional de los trabajadores no solo es esencial para su calidad de vida, sino que también se traduce en una mayor productividad en el ámbito laboral, lo que deriva en una retención efectiva del talento. Por ello reconocer y abordar el tema dentro de las comunidades de trabajo se considera como inversión estratégica en el capital humano.
Lo primero que debemos considerar es la creación de un entorno laboral que fomente el bienestar al establecer una cultura organizacional que valore y respete la salud de los empleados. Los líderes deben actuar como un referente de estos principios de la organización y fomentar los canales de comunicación abierta con los miembros de su equipo.
La implementación de políticas que permitan un equilibrio entre la vida laboral y personal es fundamental. El trabajo a distancia, la flexibilidad de horarios y el reconocimiento de logros son algunas prácticas que contribuyen a un ambiente más saludable.
Como segundo paso, las empresas deben considerar incluir dentro de sus prestaciones programas de bienestar que aborden de manera integral la salud emocional de sus empleados. Estos programas pueden ir desde talleres y técnicas de relajación hasta sesiones o actividades que ayuden a reducir el estrés y enfocar la mente.
La tensión laboral es uno de los principales factores que afectan el equilibrio emocional, por lo que es necesario adoptar prácticas de descompresión que reduzcan las excesivas cargas de trabajo, así como asegurarse con regularidad que los empleados cuenten con los recursos y apoyo necesario para cumplir con sus obligaciones laborales.
Impulsar un entorno de trabajo colaborativo es también una práctica esencial para reducir el estrés, ya que el fomentar la colaboración en lugar de la competencia, gratificar los logros y brindar una retroalimentación de manera respetuosa y constructiva ayudan a mejorar el clima laboral.
El bienestar psicológico está relacionado de forma positiva con el desempeño de los empleados. Aquellos que gozan de una armonía son más creativos, innovadores, proactivos y eficientes en sus tareas, y un ambiente de trabajo que promueve el equilibrio emocional baja las tasas de ausentismo y obtiene retención de talento, reduciendo así los costos asociados a la rotación de personal y creando un equipo más unido y leal.
Tener una mente sana y equilibrada tanto en el ámbito laboral como en el personal, es esencial para el éxito. Al incluir estrategias que salvaguarden y potencien el bienestar del capital humano, las empresas no solo mejoran la calidad de vida de sus colaboradores, sino que también fortalecen su competitividad y sostenibilidad a largo plazo. Es responsabilidad de los líderes desarrollar entornos de trabajo saludable, apoyar con programas, reducir el estrés laboral, y brindar canales de comunicación seguros y confidenciales donde los trabajadores que atraviesen una inestabilidad emocional puedan acercarse sin miedo a ser juzgados o a que existan represalias. Al hacer esto se construye una cultura empresarial basada en respeto y cuidado mutuo.
