Canadá impone aranceles del 100% a los vehículos eléctricos procedentes de China

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El Gobierno de Justin Trudeau se suma a los movimientos en el mismo sentido que ya han realizado Estados Unidos y la Unión Europea

El País.- Nuevo golpe a los coches eléctricos producidos en China. Según ha anunciado este lunes el Gobierno encabezado por el primer ministro Justin Trudeau a través de un comunicado, Canadá impondrá unos aranceles del 100% a los vehículos eléctricos de batería fabricados en el gigante asiático que sean importados a su país. Este movimiento, que alinea al país norteamericano con sus aliados de Estados Unidos y la Unión Europea, viene acompañado de un impuesto del 25% a los productos de aluminio y al acero procedentes de China, como medida para proteger a los fabricantes nacionales.

Los sectores del acero, del aluminio y automovilístico tienen una gran importancia para Canadá. Según las cifras facilitadas por el Ejecutivo de Trudeau, la fabricación de vehículos sustenta 125.000 empleos en el país, mientras que el sector acerero y alumínico aporta 130.000 puestos de trabajo. La tesis de Canadá, al igual que la argumentada por Europa o Estados Unidos, es que los fabricantes chinos de vehículos eléctricos se benefician de ayudas públicas por parte de Pekín que de facto suponen una competencia desleal.

“Los trabajadores y el sector del automóvil canadienses se enfrentan actualmente a una competencia desleal por parte de los productores chinos, que se benefician de políticas y prácticas injustas y ajenas al mercado”, acusa el Gobierno en la nota. Los canadienses señalan que la “política intencional y dirigida por el Estado de China de sobrecapacidad y la falta de normas laborales y ambientales rigurosas amenazan a los trabajadores y las empresas de la industria de vehículos eléctricos en todo el mundo” y “socavan la prosperidad económica a largo plazo de Canadá”.

El Gobierno encabezado por el primer ministro Justin Trudeau ha comunicado también que estos aranceles a los vehículos eléctricos provenientes de China entrarán en vigor a partir del 1 de octubre de 2024, e incluirán a automóviles de pasajeros, camiones, autobuses y furgonetas de reparto eléctricos y algunos híbridos. “Este impuesto adicional se aplicará además del arancel de importación de nación más favorecida del 6,1% que se aplica actualmente a los vehículos eléctricos producidos en China e importados a Canadá”, añade. El impuesto a las importaciones de productos de acero y aluminio procedentes de China, de su lado, entrará en vigor a partir del 15 de octubre de 2024.

Un movimiento acompasado

La decisión anunciada por el Ejecutivo canadiense se suma a otras de carácter similar impulsadas tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea. El sector automovilístico de Canadá está altamente integrado con el de Estados Unidos, ya que la gran mayoría de su producción de vehículos ligeros, que fue de 1,5 millones de unidades el año pasado, se exporta hacia su vecino del sur. El 100% de aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos es un porcentaje similar al que comunicó previamente Washington, y en ambos casos es más agresivo que el fijado desde Bruselas.

En concreto, en la Unión Europea, a principios de julio se aprobaron de forma provisional durante cuatro meses unos aranceles cuyo monto dependía del fabricante y que iban del 17,4% al 37,6%. Esos porcentajes se sumaron al 10% que ya pesaba sobre ellos.

La semana pasada, cuando trascendieron más detalles del borrador definitivo que está preparando la Unión, se conoció que los Veintisiete han llevado a cabo una leve rebaja de los aranceles propuestos inicialmente y han añadido la posibilidad de que se le aplique un 9% extra de aranceles a los coches de Tesla fabricados en el gigante asiático.

Según la última propuesta de Bruselas, en el caso de SAIC se aplicaría un arancel del 36,3%. Para los vehículos de Geely sería del 19,3%, mientras que para BYD, el mayor fabricante del mundo de vehículos eléctricos, se fija en el 17%. La Unión tiene hasta el 30 de octubre para adoptar una decisión definitiva y, de aprobarse, implicaría que los aranceles estarían vigentes durante cinco años.

Finalmente, el Gobierno de Canadá anuncia que pondrá en marcha una segunda consulta de 30 días sobre la imposición de aranceles adicionales a otros sectores fundamentales “para la prosperidad futura de Canadá”, como las baterías y sus componentes, los semiconductores, los productos solares y los minerales esenciales.

Asimismo, el Gobierno canadiense revela su intención de limitar la elegibilidad para los Incentivos para Vehículos de Cero Emisiones (iZEV), los incentivos para Vehículos Medianos y Pesados de Cero Emisiones (Imhzev) y el Programa de Infraestructura para Vehículos de Cero Emisiones (ZEVIP) a los productos fabricados en países que han negociado acuerdos de libre comercio con Canadá.

“Nuestro Gobierno está avanzando con medidas decisivas para nivelar el campo de juego, proteger a los trabajadores canadienses e igualar las medidas tomadas por socios comerciales clave”, ha afirmado la viceprimera ministra y ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland.

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