Cáncer: el enemigo silencioso de nuestra era

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Blakely Morales

El 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer. Este día fue establecido en el año 2000, durante la Cumbre Mundial contra el Cáncer para el Nuevo Milenio, que se celebró en París. Ahí, las organizaciones de salud, los gobiernos y los expertos de todo el mundo firmaron la llamada Carta de París contra el Cáncer, un compromiso para promover su investigación por la amenaza que representaba ya desde entonces.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que el cáncer fue la principal causa de muerte en 2022; en su boletín relativo a la fecha, este 2025, el INEGI hizo la misma afirmación. Y aunque algunas fuentes la contradicen, colocando a las enfermedades cardiovasculares en la primera posición, lo cierto es que la tasa de mortalidad por tumores malignos en nuestro país se ha disparado y parece imparable.

Hace diez años, en 2014, la tasa era de 63.7 por cada cien mil habitantes; en 2023 llegó a 70.8.

Por eso, casi nadie duda de que es el cáncer, el mayor enemigo de nuestra era, y no solo por lo que implica, sino por el silencio con el que avanza.

La Organización Panamericana de la Salud, estima que la carga del cáncer aumentará aproximadamente en un 60% durante las próximas dos décadas, llegando a unos 30 millones de nuevos casos para 2044, y previendo que el mayor crecimiento se producirá en países de ingresos bajos y medianos.

Afirma que, si no se toman medidas para prevenir y controlar el cáncer, el número de personas que serán diagnosticadas con cáncer aumentará en un 59,3%, lo que significaría aproximadamente 6,7 millones de personas para 2045 solo en la Región de las Américas.

Aunque San Luis Potosí se ubica, según los reportes más recientes, muy por debajo de la media nacional y entre los diez estados con menor número de defunciones por tumores malignos en México, la entidad experimenta desafíos significativos, principalmente en la atención del sistema de salud público.

Uno de los principales centros de tratamiento de cáncer, el hospital Central Ignacio Morones, ha reportado desabasto de medicamentos y en años recientes, incluso se ha denunciado negligencia ocasionada por la corrupción.

Además, en no pocas ocasiones, los pacientes se ven obligados a recurrir al amparo de la justicia para poder acceder a los tratamientos oncológicos, que de otra manera, a través de los sistemas privados no podrían costear.

Un aspecto preocupante es el incremento del 10% en los casos de cáncer de mama entre mujeres menores de 40 años. Tradicionalmente, esa enfermedad afectaba principalmente a mujeres mayores de 50; sin embargo, la tendencia actual muestra una incidencia creciente en mujeres más jóvenes.

Volviendo con los datos de INEGI, por grupos de edad, la tasa de defunciones por cáncer presentó una tendencia al alza conforme se incrementó la edad de las persona fallecidas. La tasa más alta se ubicó en el grupo de 80 años y más con 755 muertes por cada 100 mil personas. La OMS señala que esta tendencia probablemente se deba a la acumulación de factores de riesgo ambientales.

En México, algunos tumores malignos son la principal causa de muerte para determinados grupos de edad o afectaron de forma diferenciada a mujeres y hombres. En este contexto, la leucemia fue el cáncer con la mayor prevalencia entre la población de 0 a 29 años y presentó la tasa de mortalidad más alta en los hombres de 20 a 29 años de edad.

Aunque la investigación sobre el cáncer ha avanzado significativamente en las últimas décadas, aún persisten numerosas preguntas abiertas que desafían a la comunidad científica y abarcan aspectos biológicos fundamentales pasando por los desafíos en la prevención, el tratamiento y la atención de los pacientes.

Por ejemplo: ¿Cuáles son los mecanismos que permiten que ciertos tipos de cáncer permanezcan latentes durante años antes de manifestarse? ¿Cómo se podría predecir la evolución de un tumor con mayor precisión?

¿Se puede detener o prevenir la metástasis sin afectar otras funciones vitales del organismo? ¿Por qué algunos pacientes responden bien a la inmunoterapia mientras que otros no lo hacen? ¿Es posible desarrollar vacunas personalizadas contra el cáncer de manera eficiente y asequible?

¿Qué papel desempeñan los factores ambientales emergentes, como la contaminación del aire o los microplásticos, en la aparición de ciertos tipos de cáncer? ¿Cómo interactúan los factores genéticos y ambientales para aumentar el riesgo de cáncer? O, ¿Por qué algunos cánceres raros o infantiles tienen tan pocas opciones de tratamiento?

Estas preguntas y otras más seguramente surgirán en el camino.

En MG Comunicación, este mes nos dedicaremos a conocer más sobre el panorama actual del cáncer, hablaremos de ciencia pero también de cómo el cáncer nos atraviesa y nos cambia la vida. Cómo se vive el cáncer en la capital, pero también al interior del estado, escucharemos historias, entrevistas, tratando de dar claridad, pero también de ser el acompañamiento en la lucha de miles de personas.

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