Cate Blanchett lanza fondo para cineastas desplazados y advierte sobre el autoritarismo cultural

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La actriz australiana Cate Blanchett alertó que los regímenes autoritarios “primero vienen por los grandes actos culturales” cuando comienzan a restringir libertades civiles. Su advertencia coincidió con el lanzamiento del Displacement Film Fund, un nuevo fondo para cineastas desplazados, impulsado junto al Festival Internacional de Cine de Róterdam (IFFR) y el Hubert Bals Fund.

Este fondo piloto entregará una primera subvención de 100 mil euros a cinco cineastas provenientes de contextos marcados por el exilio y la represión: Maryna Er Gorbach (Ucrania), Mo Harawe (Somalia-Austria), Hasan Kattan (Siria), Mohammad Rasoulof (Irán) y Shahrbanoo Sadat (Afganistán). Sus cortometrajes tendrán su estreno en la edición 2026 del IFFR.

“La historia ha demostrado que cuando los regímenes autoritarios comienzan a restringir las libertades civiles, primero vienen por los grandes actos de cultura”, señaló Blanchett al diario The Guardian. “Los artistas son silenciados, y eso suele ser apenas el inicio de un proceso mucho más amplio y peligroso”.

La actriz, ganadora de dos premios Oscar y embajadora de buena voluntad de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), explicó que la idea del fondo surgió durante el Foro Global de Refugiados hace 18 meses. “Nos comprometimos a encontrar una vía para visibilizar las perspectivas desplazadas y llevarlas a una audiencia más amplia”.

Arte y censura: un fenómeno global

El contexto no podría ser más oportuno. Según ACNUR, más de 122.6 millones de personas han sido forzadas a desplazarse en el mundo, una cifra récord que representa a una de cada 67 personas.

En paralelo, informes como el de Freemuse advierten que la libertad artística está más amenazada que nunca, con una creciente ola de censura, encarcelamientos, leyes de blasfemia, uso político de cargos por difamación y violencia contra creadores.

Blanchett subrayó que la estigmatización de las personas refugiadas contribuye a su invisibilización: “Es fácil perder de vista la humanidad detrás de los números. A menudo se las demoniza o se las usa como arma política. Pero en mis viajes con ACNUR he escuchado historias de enorme resiliencia y hasta de humor. Son personas con vidas, sueños y habilidades que siguen intactos”.

La actriz, reconocida por su trabajo en películas como Tár, Carol y Blue Jasmine, así como por la serie Stateless —inspirada en casos reales de detención arbitraria de migrantes en Australia—, resaltó el papel del cine como herramienta para “derribar barreras”.

“Se nos dice que los refugiados vienen a quitarnos el trabajo o a desestabilizar nuestras sociedades, pero en realidad tienen muchísimo que aportar. Son médicos, arquitectos, abogados, artistas. Son personas cuyas vidas se han puesto en pausa, pero cuya humanidad permanece intacta”.

“No se trata de comodidad, sino de expresión”

Uno de los beneficiarios del nuevo fondo es el cineasta iraní Mohammad Rasoulof, quien recientemente huyó de Irán tras la selección de su película The Seed of the Sacred Fig en la competencia oficial del Festival de Cannes 2023. Su próximo cortometraje, aún sin título, abordará la historia de un escritor exiliado cuya familia intenta cumplir su última voluntad tras su muerte.

Rasoulof compartió una imagen poderosa: “Cuando huía de mi país, antes de cruzar la frontera, me detuve a mirar por última vez mi tierra. Pensé en todos los que han debido abandonar sus raíces, su cultura, su historia, solo para poder seguir expresándose libremente”.

El director iraní, que ha enfrentado interrogatorios y prisión por su obra crítica, insistió: “No huí por comodidad ni por seguridad. Lo hice porque quería seguir trabajando, seguir creando. Y eso es lo que muchos artistas buscan: la posibilidad de seguir contando sus historias”.

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