ESPN.- En Qatar 2022, Roberto Martínez está ante un desafío particular e histórico que excede el hecho de conducir a una generación brillante por segunda vez en una Copa del Mundo. El DT de la Selección de Bélgica buscará convertirse en el primer entrenador extranjero en ser campeón del máximo torneo del planeta.
El español es uno de los entrenadores con más tiempo de trabajo entre los que llegan al Mundial. Condujo con inteligencia y caapcidad a una camada de élite y supo competir en Rusia 2018 y en la última Euro. Su equipo es uno de los candidatos a llegar bien lejos en Qatar.
Desde su arribo a Bélgica en 2016 impuso su sello, el cual lo había hecho destacarse en la liga más competitiva del mundo, la Premier League, con clubes como Wigan, con el que dio el gran golpe ante Manchester City y se coronó campeón de la FA Cup en 2013, y Everton.
De la escuela de Johan Cruyff, Martínez siempre apuesta por la dinámica y el juego asociado, confiando en las características y el ingenio individual de las piezas utilizadas. Su sistema táctico predilecto es el 3-4-3, con la flexibilidad, la presión y la velocidad como estandartes.
Martínez ya tuvo su chance en Rusia 2018 y estuvo cerca de la gloria. Condujo a los Diablos Rojos a las semifinales y fue una de las selecciones que mejor fútbol mostraron en la competencia. En su camino venció a Inglaterra en fase de grupos, a Japón en octavos y en cuartos bajó a un candidato histórico como Brasil, sólo para caer en semis ante Francia, en un ajustado 1-0. Luego volvió a derrotar a Inglaterra para conseguir un destacado tercer puesto y las miradas de todos los amantes del fútbol.
En la Eurocopa 2020, disputada en 2021 por la pandemia, volvió a brillar en fase de grupos y eliminó a Portugal en octavos, pero cayó en cuartos, también ante el campeón Italia.
A pesar de no conseguir títulos en competencias oficiales, Bélgica, de la mano de Martínez, dominó buena parte de los últimos cuatro años el ránking FIFA.
Por lo hecho en Rusia, Martínez ya está en la historia como uno de los mejores entrenadores extranjeros en materia de resultados mundialistas, pero buscará mejorarlo en Qatar 2022.
Hasta el momento, los mejores resultados de DTs extranjeros en Copas del Mundo fueron los obtenidos por el inglés George Raynor, quién llevó a Suecia a la final del Mundial 1958. Además, ya había sido tercero en el Mundial de Brasil 1950.
El otro entrenador que logró acceder a la final a una Selección que no es la de su país fue el austriaco Ernst Happel, quién con Países Bajos alcanzó la definición de Argentina 1978 después de tomar la posta del legendario Rinus Michels.
Otras actuaciones destacadas de extranjeros en Mundiales fueron la mencionada de Roberto Martínez con Bélgica, tercero en Rusia 2018; la de Otto Glória, brasileño, también tercero con Portugal en Inglaterra 1966 y la de Robert Millar, escocés que fue tercero con Estados Unidos en Uruguay 1930.
Además, el brasileño Felipe Scolari fue cuarto con Portugal en Alemania 2006 y el neerlandés Guus Hiddink, también cuarto con Corea del Sur en Corea-Japón 2002.
Más allá de Mundiales, hay pocos antecedentes de entrenadores extranjeros consiguiendo títulos importantes a nivel de selecciones. El caso más emblemático es el del alemán Otto Rehhagen, único foráneo campeón de Eurocopa con el recordado equipo de Grecia, dando la gran sorpresa en Portugal 2004.
En Copa América hubo más casos, con cinco DTs extranjeros consiguiendo este logro. El primero en lograrlo fue José Lago Millón, español, quién fue campeón con Argentina en la Copa América de 1927. El inglés Jack Greenwell, fue campeón con Perú, en la edición de 1939. Danilo Alvim, brasileño, fue campeón con Bolivia, en la Copa América de 1963.
Los casos más recientes fueron los de Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi, ambos argentinos, quiénes fueron campeones con Chile en las Copas Américas de 2015 y 2016.
A lo largo de la historia de los Mundiales, apenas ocho países lograron alzarse con la gloria y todos tienen algo en común y es no apostar por entrenadores extranjeros, con pocas excepciones. Un caso testigo es el de Alemania, que en toda su historia nunca tuvo un entrenador extranjero.
Brasil, máximo ganador en los Mundiales, tuvo apenas un entrenador extranjero: el argentino Filpo Núñez, quién dirigió solo un encuentro en 1965. Además, el portugués Joreca compartió dupla técnica con Flavio Costa en dos encuentros en 1944.
Argentina tuvo dos entrenadores foráneos: el español José Lago Millán entre 1927 y 1928 y el italiano Felipe Pascucci, quién dirigió al seleccionado en el Mundial de Italia 1934. Eran épocas en la que la importancia del DT era menor y cumplía una función más administrativa que futbolística.
Italia solo tuvo un entrenador extranjero en su historia, el húngaro Lajos Czeizler. Francia tuvo un solo DT de otra nacionalidad: el rumano Ştefan Kovács entre 1973 y 1975.
Inglaterra no tuvo entrenadores extranjeros hasta el año 2001, con el sueco Sven-Göran Eriksson, quién estuvo al mando hasta 2006. El italiano Fabio Capello lo hizo entre 2008 y 2012.
Uruguay tuvo apenas un DT internacional, al contratar al argentino Daniel Passarella en el año 2000 y estuvo hasta el 2001.
España tuvo cuatro, siendo László Kubala el más destacado con 68 partidos entre 1969 y 1980.
Qatar 2022 contará con once entrenadores extranjeros, un número bajo, teniendo en cuenta ediciones anteriores. El Mundial de Rusia 2018 tuvo más de un tercio de selecciones con DTs extranjeros, con 13 de los 32.