
Una mujer rusa que vive en Oaxaca denuncia en un video viral las condiciones que enfrentan los familiares de pacientes hospitalizados en México.
ABC.- El canal “Sin.Chile” publicó recientemente un video que ha generado conversación en redes sociales: una mujer rusa que vive en Oaxaca comparte su experiencia en hospitales públicos de México.
Su testimonio se ha vuelto viral por el fuerte contraste que marca entre la atención médica en su país de origen y lo que ha presenciado en territorio mexicano.
Según relata, lo que más le sorprendió es que en México los familiares de los pacientes deben hacer guardia fuera del hospital las 24 horas del día, incluso si el paciente está en condiciones de comunicarse. Esta situación, asegura, le parece “absurda” e innecesaria.
“¿Para qué la guardia si el paciente puede hablar?”
Durante el video, la mujer explica que en Rusia los familiares no tienen que permanecer afuera de los hospitales.
Sin embargo, en Oaxaca ha visto cómo la gente coloca cartones y cobijas en la banqueta para dormir allí, esperando informes médicos.
En su caso personal, su esposo fue hospitalizado recientemente. Aunque estaba lúcido y podía comunicarse, el personal del hospital le pidió que hiciera guardia fuera del edificio.
“Cada tres horas saldrá un doctor a informarle cómo va”, le dijeron.
Ella cuestiona: “¿Por qué no se lo dicen al paciente y él me lo comunica? Si pasa algo grave, que me llamen”.

El “círculo sin fin”: niños no pueden entrar
Otro punto que considera ilógico es la prohibición de ingresar al hospital con niños. La mujer, madre de dos, explica que no tiene familiares en Oaxaca que la ayuden, por lo que, si quiere hacer guardia, tendría que dormir en la calle con sus hijos y no podría entrar a hablar con los doctores porque el acceso con menores está prohibido.
“La guardia es obligatoria, pero no me dejan entrar con mis hijos, y no tengo con quién dejarlos. ¿Qué se supone que debo hacer?”, comenta con frustración.
Crítica al sistema y al silencio colectivo
Además de la falta de personal para atender necesidades básicas de los pacientes (lo que justifica, en parte, la guardia de familiares), la mujer cuestiona por qué esta práctica se ha normalizado.
“A nadie le parece una locura. Ya todos lo ven como algo común”, menciona en tono crítico.
“El chat GPT ya sabe preparar chilaquiles… pero los familiares siguen durmiendo en la banqueta. Por Dios”. Comentó irónicamente.
Al final del video, la mujer invita a los espectadores a compartir si en sus ciudades pasa algo similar o si también consideran absurda esta dinámica.
Su testimonio ha encendido el debate sobre las condiciones en las que los familiares de pacientes deben esperar, sobre todo en instituciones donde la infraestructura y el personal son limitados.
La crítica de esta ciudadana rusa ha abierto una conversación necesaria sobre cómo opera la atención hospitalaria en México y el rol que se espera de los familiares.
Su relato no solo exhibe diferencias culturales, sino también una serie de obstáculos logísticos y humanos que muchos pacientes y sus familias enfrentan a diario, y que, como ella señala, no deberían verse como normales.