El Economista.-
La fatiga en el trabajo es peligrosa y preocupante, señala el Workforce Institute de UKG. El agotamiento de la fuerza laboral puede asociarse, entre otras cosas, con accidentes o dificultad para concentrarse; las consecuencias son graves tanto para la salud de las personas como para las finanzas de las empresas.
De acuerdo con los Consejos Nacionales de Seguridad (NCS por sus siglas en inglés), un empleador con una plantilla de 1,000 trabajadores puede perder hasta 1 millón de dólares al año por problemas asociados a la fatiga. Según la organización sin fines de lucro, el 78% de esta merma se asocia con el presentismo.
“En los últimos años, las evaluaciones de desempeño a menudo han citado posibles problemas de rendimiento como consecuencia de turnos de trabajo largos, poco tiempo entre turnos y muy pocos días libres”, indica el Workforce Institute en su informe Fatiga en la fuerza laboral del sector público: Riesgos y soluciones.
Entre la fuerza laboral, las personas con turnos nocturnos y horarios atípicos son las que tienen mayores riesgos de padecer fatiga laboral, indican los NCS.
El Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de Estados Unidos analizó, por ejemplo, estudios que comparaban los trastornos por falta de sueño con la intoxicación por alcohol. Concluyó que estar despierto por 17 horas continuas es similar a una concentración de alcohol en la sangre de 0.5%, equivalente a beber dos cervezas.
“La mayoría de las operaciones de 24 horas al día y 7 días a la semana son propicias para problemas de fatiga de los empleados. Los gerentes tienen el desafío de mantener los puestos ocupados cuando los empleados se toman vacaciones”, apunta el Workforce Institute.
La investigación encabezada por Katherine Barrett y Richard Greene destaca que dormirse frente al volante, reaccionar lento en el trabajo y diversos daños a la salud son algunas de las consecuencias de la fatiga laboral.
“La fatiga en el trabajo no permanece simplemente en el ámbito laboral. Los efectos se pueden considerar de una manera más amplia como una preocupación de salud y seguridad pública, por ejemplo, cuando trabajadores cansados conducen en carreteras públicas”, señalan los NCS.
Problema reversible, pero a tiempo
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la fatiga puede ser reversible a través del descanso, las pausas o la posibilidad de alternar el trabajo con otras tareas que impliquen menor carga mental.
Pero si la rutina laboral no se modifica, advierte, la fatiga puede llegar a un estado crónico en el que se presenta irritabilidad, depresión, falta de energía y de voluntad para trabajar, dolor de cabeza, mareos, lumbalgias, dificultad para respirar, insomnio, pérdida de apetito, entre otros.
El diseño del puesto, las cargas de trabajo, las condiciones ambientales, los horarios, las posturas y el nivel de autonomía en la organización del trabajo son algunas de las condiciones laborales que influyen en este problema, indica la Universidad Complutense de Madrid en el estudio Fatiga laboral: Conceptos y prevención.
“En el mundo laboral, los problemas de fatiga deben abordarse desde el estudio de todas las condiciones del trabajo, de las exigencias del mismo sobre la persona y de los recursos para dar respuesta a tales demanda”, señala.
