CNN.- Un jurado declaró a dos empresas de la Organización Trump culpables de múltiples cargos de fraude fiscal y falsificación de registros comerciales relacionados con un esquema que se extendió por 15 años para defraudar a las autoridades fiscales al no reportar ni pagar impuestos sobre la compensación de los altos ejecutivos.
Trump Corp. y Trump Payroll Corp. fueron declaradas culpables de todos los cargos que enfrentaban.
Donald Trump y su familia no fueron acusados en este caso. Sin embargo, los fiscales mencionaron repetidamente durante el juicio la conexión del expresidente con los beneficios otorgados a ciertos ejecutivos, incluidos apartamentos financiados por la empresa, arrendamiento de automóviles y gastos personales.
La Organización Trump podría enfrentar un máximo de US$ 1,61 millones en multas cuando se dicte la sentencia a mediados de enero. Ahora bien, la empresa no corre el riesgo de ser desmantelada porque no existe ningún mecanismo bajo la ley de Nueva York que disuelva la empresa. Sin embargo, una condena por un delito grave podría afectar su capacidad para hacer negocios u obtener préstamos o contratos.
El veredicto de culpabilidad se produce mientras Trump enfrenta el escrutinio de los fiscales federales y estatales por su manejo de documentos clasificados, el esfuerzo por anular los resultados de las elecciones de 2020 y la precisión de los registros comerciales y estados financieros de la Organización Trump. También enfrenta una demanda civil de US$ 250 millones de la fiscal general de Nueva York que lo acusa a él y a sus hijos adultos de estar involucrados en un fraude que se extendió una década. La fiscal general busca prohibirles de forma permanente que se desempeñen como funcionarios o directores de una empresa en el estado de Nueva York, entre otras sanciones.
“Este fue un caso de codicia y trampas”, dijo el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg. “Trump Corporation y Trump Payroll Corporation se salieron con la suya con un esquema que otorgó a los ejecutivos de alto nivel beneficios y compensaciones lujosas mientras ocultaba intencionalmente los beneficios a las autoridades fiscales para evitar pagar impuestos. El veredicto de hoy responsabiliza a estas empresas de Trump por su esquema criminal de larga duración”.
El analista legal de CNN y exfiscal federal Elie Honig dijo que el enfoque de Bragg fue reivindicado.
“Obviamente, esto es un revés para la Organización Trump, un gran revés para la Organización Trump. Ahora los declararon culpables de conducta criminal, fraude fiscal”, dijo Honig a Victor Blackwell de CNN en “Newsroom”.
“También es una especie de victoria para el fiscal de distrito de Manhattan”, dijo Honig. “Su teoría, ahora, de que parte de los ingresos de los empleados, incluido Allen Weisselberg, se pagó a través de beneficios adicionales para evitar la obligación tributaria, esa teoría ha sido reivindicada”.
El fiscal Joshua Steinglass le dijo al jurado en los argumentos finales que Trump “sancionó explícitamente” el fraude fiscal y los instó a rechazar el argumento de la defensa de que el exdirector financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, era un empleado deshonesto motivado por su propia codicia personal.
“Toda esta narrativa de que Donald Trump felizmente lo ignoraba simplemente no es cierta”, dijo Steinglass.
El jurado escuchó que Trump accedió por capricho a pagar la matrícula de la escuela privada de los nietos de Weisselberg y firmó un contrato de arrendamiento de un apartamento en Manhattan para reducir los traslados del ejecutivo. Trump firmó personalmente los cheques de bonificación de sus empleados en Navidad y puso sus iniciales en un memorándum en el que reducía el salario de otros altos ejecutivos, lo que, según los fiscales, sugería que sabía todo el tiempo sobre el esquema fraudulento.
Los fiscales alegaron que durante años los altos ejecutivos redujeron sus salarios informados por la cantidad de beneficios complementarios que emitió la empresa para evitar pagar los impuestos requeridos.
La condena, tras el juicio que duró una semana, representa una victoria para la oficina del fiscal de distrito de Manhattan que lidera Alvin Bragg, quien basó su caso en el libro mayor general de Trump Corporation, los registros fiscales y el testimonio de Weisselberg.
Weisselberg, que está en una licencia remunerada de la empresa, pasó tres días en el estrado de los testigos. Se declaró culpable de 15 delitos graves por no pagar impuestos sobre US$ 1,76 millones en ingresos. Como parte de su acuerdo de culpabilidad, será sentenciado a cinco meses de cárcel si el juez determina que testificó con sinceridad.
En su testimonio, Weisselberg admitió que debería haber pagado impuestos sobre la compensación, por un total de aproximadamente US$ 200.000 en un año, que incluían un apartamento de lujo en Manhattan con vista al río Hudson, dos autos Mercedes Benz, estacionamiento, servicios públicos, muebles y matrícula de escuela privada para sus nietos. También testificó que se pagó a sí mismo y a otros ejecutivos como si fueran consultores independientes, lo que permitió a las empresas de Trump evadir el pago de impuestos.
Weisselberg testificó que logró el esquema con la ayuda de su subordinado, el interventor de la Organización Trump, Jeffrey McConney. McConney, quien recibió inmunidad por testificar ante un jurado investigador, admitió parte de la conducta ilícita en su testimonio.
Después de que a Trump lo eligieran presidente, testificó Weisselberg, hubo una “limpieza” y muchas de las prácticas ilegales cesaron.
Reveló conversaciones que tuvo con Trump, Eric Trump y Donald Trump Jr., pero ante el jurado señaló que él no planeó ni conspiró con nadie en la familia Trump, cuando los abogados del expresidente lo interrogaron.
Weisselberg se mostró emotivo en algunas ocasiones y le dijo al jurado que estaba “avergonzado” por su conducta y que “traicionó” a la familia Trump, quien ha sido su empleador durante 49 años.
Los fiscales y los abogados defensores apuntaron a las lealtades divididas de Weisselberg: querer respetar su acuerdo de culpabilidad y cumplir una sentencia de cárcel más baja, así como su lealtad a la familia Trump, que podría pagarle US$ 1 millón en compensación este año.
Para probar la culpabilidad de la empresa, los fiscales tenían que demostrar que Weisselberg o McConney eran un “agente de alta dirección” que cometió los delitos en el ámbito de su empleo y “en nombre de” la empresa.
Los fiscales y los abogados defensores discutían en círculos sobre lo que significaba “en nombre de”.
El juez Juan Merchan también tuvo dificulades sobre cómo explicarle la frase al jurado y recurrió a dos tratados legales para crear una definición.
El juez se lo explicó al jurado y dijo: “Bajo la definición de ‘en nombre de’ no es necesario que los actos delictivos realmente beneficien a la corporación. Pero los actos de un agente no son “en nombre de” una corporación si se llevaron a cabo únicamente para promover el propio interés de los agentes. Dicho de otra manera, si los actos del agente se tomaron simplemente para beneficio personal, no fueron ‘en nombre de’ la corporación”.
Weisselberg caminó por una línea muy fina en su testimonio, diciéndole al jurado que nunca quiso afectar a la compañía, que lo impulsó la codicia y principalmente quería pagar menos impuestos. Pero, también dijo, sabía en ese momento que la compañía se beneficiaría hasta cierto punto de sus esquemas.
En su testimonio, Weisselberg dijo: “Fue un beneficio para la empresa, pero principalmente se debió a mi codicia”. Le dijo al jurado que la compañía ahorró dinero al pagar menos impuestos sobre su compensación no registrada en los libros de contabilidad y reconoció cuando la fiscal Susan Hoffinger le preguntó si, si bien su objetivo principal era evitar impuestos, también creaba un beneficio para la compañía.
“Hasta cierto punto, sí”, testificó Weisselberg.
Weisselberg dijo que él y McConney sabían en ese momento que la compañía pagaría menos impuestos sobre la nómina a través del esquema, aunque dijo que nunca lo discutieron explícitamente.
Los abogados de Trump argumentaron repetidamente ante el jurado que “Weisselberg lo hizo por Weisselberg” para enfatizar que estaba motivado únicamente por su codicia personal.
En el contrainterrogatorio, Weisselberg estuvo de acuerdo en que la decisión de no pagar impuestos fue suya y se tomó únicamente para beneficiarse a sí mismo.
“Esa fue mi intención”, dijo Weisselberg cuando los abogados de Trump le preguntaron, “beneficiarme a mí mismo”.
Los abogados de las entidades de Trump llamaron solo a un testigo de hecho, el contador de mucho tiempo de las compañías de bienes raíces Donald Bender de Mazars USA, que dejó a Trump como cliente a principios de este año.
Los abogados de Trump dijeron que Bender estaba al tanto de la compensación extraoficial o debería haber descubierto el fraude fiscal y lo acusaron de mentir en el estrado.
Cuando fue interrogado por los fiscales, Bender testificó que confiaba y dependía de Weisselberg, quien testificó que ocultó el plan ilegal.
Steinglass, el fiscal, le dijo al jurado que las empresas de Trump eran culpables, y que el plan ilegal se inventó “para que los empleados puedan obtener un salario neto mayor mientras le cuesta menos a Trump Corporation. Es una situación en la que todos ganan, a menos que sean las autoridades fiscales”.